Do you love me? || Minsung - Omegaverse

๑ 1

El primer encuentro entre Jisung y Minho había sido como sacado de un cuento de hadas. O, al menos, así lo había visto Jisung en aquel entonces.

Era una noche de verano, cálida y vibrante, con las luces de la ciudad parpadeando como estrellas artificiales en el horizonte. Jisung había asistido a una fiesta con algunos amigos en uno de esos bares que, aunque abarrotados, parecían envolverte en una burbuja donde solo existía la música y el brillo de las luces de neón.

Estaba en la pista de baile, moviéndose al ritmo de la música, cuando sintió una presencia detrás de él. Un par de ojos intensos lo observaban desde la penumbra. Jisung se giró y su mirada se encontró con la de Minho, un Alfa imponente con una confianza que parecía irradiar de él como un halo.

El Alfa se acercó con una sonrisa ladeada, y antes de que Jisung pudiera procesarlo, Minho ya lo estaba tomando de la mano, guiándolo hacia un rincón más tranquilo del bar.

—Hola, soy Lee Minho —dijo con una voz grave, que resonaba como un suave ronroneo en los oídos de Jisung.

Jisung, con las mejillas ligeramente sonrojadas, se presentó a su vez. Había algo en los ojos de Minho que lo hipnotizaba; una mezcla de misterio y atracción que lo envolvía como un imán. Aquella noche, hablaron durante horas, las risas y miradas cómplices fluyendo entre ellos como si fueran los únicos en la sala.

—¿Puedo invitarte a salir otro día? —preguntó Minho, mirándolo con una intensidad que hizo que el corazón de Jisung diera un vuelco.

Sin pensarlo dos veces, Jisung aceptó, y lo que comenzó como una simple cita se convirtió en una serie de noches interminables compartiendo secretos bajo las estrellas, besos robados en callejones y paseos bajo la lluvia. Al principio, Minho fue el Alfa ideal; protector, atento y lleno de una pasión que encendía la vida de Jisung como nunca antes la había sentido.

.
.
.

Pasaron semanas, luego meses, y todo parecía un sueño del que Jisung no quería despertar. Minho lo hacía sentir especial, único. El Alfa siempre tenía una sonrisa para él, una caricia que lo hacía temblar y un susurro al oído que lo llenaba de promesas de amor eterno.

—¿Me amas, Minho? —le preguntaba Jisung en esas noches tranquilas, con la cabeza apoyada en el pecho del Alfa.

—Por supuesto, pequeño —respondía Minho, rodeándolo con sus brazos fuertes y seguros. Jisung nunca dudó de esas palabras.

Sin embargo, los padres de Lee lo vieron como una oportunidad para comprometerlos, Minho amaba a Jisung pero las cosas comenzaron a cambiar por ese trato, ahora solo lo veía como un objeto. Poco a poco, la pasión y la ternura de Minho fueron reemplazadas por silencios fríos y miradas que Jisung no lograba descifrar. Pero en aquellos primeros meses, cuando aún eran solo ellos dos y el mundo se sentía pequeño y perfecto, Jisung había creído que había encontrado a su alma gemela.

Había entregado su corazón a Minho sin reservas, y ahora, aunque las cosas se habían torcido, una parte de él seguía aferrada a esos recuerdos, a esa primera noche en la que sus ojos se habían encontrado por primera vez bajo las luces parpadeantes del bar.

Jisung sabía que, en algún lugar profundo, todavía amaba al hombre que conoció aquella noche. Pero ahora, ese hombre parecía ser solo un espejismo que se desvanecía cada vez que intentaba alcanzarlo.