Do you love me? || Minsung - Omegaverse

๑ 6

Había pasado un mes desde que Jisung intentó, en vano, mejorar su relación con Minho. Desde aquella noche en que fue brutalmente rechazado y castigado, las cosas no habían hecho más que empeorar. Minho se había vuelto aún más frío, más distante, y sus regresos a casa eran cada vez más tardíos y llenos de un desprecio palpable. Jisung había aprendido a medir sus palabras y sus acciones, viviendo en constante estado de alerta para evitar despertar la furia del Alfa.

Sin embargo, lo que Jisung no sabía era que Minho tenía un plan en marcha. Uno que había estado urdiendo en silencio durante semanas, con el objetivo de deshacerse de su molesto Omega. Jisung no sospechaba que, mientras él intentaba sobrevivir un día más sin desencadenar la ira de su esposo, Minho trabajaba en las sombras para librarse de él de una vez por todas.

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Aquella tarde, Jisung decidió salir un momento para comprar algunos ingredientes que necesitaba en la cocina. Sabía que a Minho no le gustaba que saliera sin su permiso, pero las sirvientas estaban ocupadas, y prefería no molestarlas. Además, era una buena excusa para tomar un poco de aire fresco y alejarse de la opresiva atmósfera del apartamento.

Caminando por las calles frías, Jisung se abrazó a sí mismo, protegiendo su vientre de los escalofríos que lo recorrían. A pesar de que trataba de ocultarlo, su embarazo se estaba volviendo cada vez más evidente. Temía el momento en que Minho notara los cambios en su cuerpo. Había guardado el secreto durante un mes, pero sabía que no podría hacerlo por mucho tiempo más.

Después de comprar lo necesario, regresó a casa con paso rápido, consciente de que Minho podría llegar en cualquier momento. Al entrar al apartamento, respiró aliviado al encontrarlo vacío. El silencio era su único consuelo últimamente.

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Horas más tarde, cuando el reloj marcaba casi la medianoche, Minho finalmente regresó. El olor a alcohol que impregnó el aire no era nada nuevo, pero esta vez había algo más en su mirada, algo que hizo que Jisung sintiera un nudo en el estómago.

-¿Por qué luces tan nervioso, Jisung? -preguntó Minho con una sonrisa ladeada, sus ojos oscuros y peligrosos clavados en él. El Omega bajó la mirada de inmediato, intentando no provocar una confrontación.

-No... no estoy nervioso, solo estaba esperando que regresaras -respondió con voz temblorosa.

Minho se acercó lentamente, sus pasos resonando en la silenciosa habitación como un presagio. Tomó a Jisung por el mentón, obligándolo a mirarlo a los ojos.

-¿Y qué es lo que has estado haciendo hoy mientras yo no estaba? -preguntó en un susurro que tenía un filo amenazante.

-Solo... solo cociné algo para ti -mintió Jisung, sabiendo que cualquier otra respuesta podría desatar la ira del Alfa.

Minho soltó un gruñido bajo y lo empujó con desprecio, obligándolo a tambalearse hacia atrás. Sin embargo, en lugar de atacarlo de inmediato, como lo había hecho tantas veces antes, el Alfa se quedó en silencio, observándolo con una expresión calculadora.

-Escucha, Jisung -dijo Minho, cambiando abruptamente el tono de su voz a uno que casi parecía amable, pero que solo logró hacer que Jisung se pusiera más nervioso-. He estado pensando mucho últimamente. Creo que esta relación no está funcionando.

El Omega sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies. Aunque siempre había sabido que Minho no lo amaba, escuchar esas palabras en voz alta fue como un golpe en el estómago.

-¿Q-qué quieres decir...? -preguntó, su voz apenas un susurro.

-Quiero decir que ya estoy harto de esto, de ti -Minho se rió con frialdad, acercándose aún más-. Pero no te preocupes, tengo un plan para que esto termine de la forma más conveniente para ambos. Bueno, para mí, al menos.

Jisung sintió que la sangre se le helaba. Las palabras de Minho eran como un veneno que se filtraba lentamente en su mente. ¿Qué significaba ese "plan"? ¿Qué pensaba hacer? El Omega retrocedió instintivamente, pero Minho lo tomó por el brazo con fuerza, sus dedos clavándose en su piel.

-Escucha bien, Jisung -continuó Minho, su voz ahora convertida en un susurro venenoso-. Vas a salir de mi vida, pero no sin antes asegurarme de que no te lleves nada conmigo. Ni dinero, ni propiedades... ni ese maldito secreto que estás tratando de ocultar.

El Omega sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. ¿Acaso Minho sabía sobre el bebé? No, no podía ser. Había sido extremadamente cuidadoso. Pero entonces, ¿a qué se refería?

-No... no sé de qué estás hablando -intentó defenderse, con el corazón latiéndole a toda velocidad.

Minho soltó una carcajada cruel y lo soltó de golpe, empujándolo hacia la cama.

-Ya lo verás, Jisung. Tienes una semana para empacar tus cosas y salir de aquí. Y más te vale que no intentes nada estúpido, porque tengo los medios para asegurarte de que no llegues muy lejos -amenazó antes de darle la espalda y salir de la habitación, dejándolo solo y temblando.

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Cuando el sonido de los pasos de Minho se desvaneció, Jisung se desplomó en el suelo, llevándose las manos al vientre. Las lágrimas que había estado conteniendo finalmente comenzaron a caer. No sabía exactamente lo que Minho planeaba, pero lo que sí sabía era que no estaba a salvo. Ni él ni su bebé.

Acariciando su vientre con manos temblorosas, el Omega susurró:

-Lo siento... No dejaré que te haga daño. Prometo protegerte.

Pero, mientras las lágrimas caían por su rostro, Jisung se preguntaba si realmente tendría la fuerza para hacerlo.