Do you love me? || Minsung - Omegaverse

๑ 15

La noche había sido larga y llena de esfuerzo. El llanto de un recién nacido resonó en la pequeña habitación, rompiendo el silencio que había envuelto el refugio durante horas. Jisung, agotado pero lleno de emoción, sostenía entre sus brazos a su bebé, un pequeño Alfa recién nacido.

Hyunjin y Jeongin estaban a su lado, ayudándolo en cada paso del proceso. Hyunjin, aún con una toalla en la mano, observaba al bebé con una mezcla de asombro y alegría.

—Es un Alfa puro —dijo Hyunjin con un tono casi reverente mientras miraba al recién nacido—. Un Alfa desde su nacimiento.

Jisung levantó la vista, sus ojos brillando de lágrimas. Sabía que los Alfas nacidos como tal eran excepcionales, una rareza genética que los hacía más fuertes desde el inicio de sus vidas.

—Minsuk… —susurró Jisung con voz temblorosa, acariciando la pequeña mano de su hijo—. Ese será tu nombre.

Jeongin, quien había estado sosteniendo la mano de Jisung durante el parto, sonrió con ternura.

—Es un nombre perfecto para alguien tan especial.

Jisung miró a Jeongin y luego a Hyunjin, con el corazón lleno de gratitud.

—Gracias… no sé qué habría hecho sin ustedes.

Hyunjin le dio un apretón en el hombro, una sonrisa suave adornando su rostro.

—No tienes que agradecernos, Jisung. Esto es solo el comienzo de una nueva vida para ti y Minsuk.

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Tres años después.

El refugio había cambiado. La casa de Hyunjin y Jeongin ahora era un hogar lleno de risas y movimiento constante. Minsuk, con tres años de edad, era un niño lleno de energía y carisma. Su personalidad fuerte, característica de los Alfas puros, ya empezaba a manifestarse.

Jisung, observando a su hijo jugar con unos bloques en el suelo, no podía evitar sonreír. Cada día, Minsuk demostraba ser un niño excepcional, lleno de determinación y curiosidad.

—Minsuk tiene tu espíritu —comentó Felix, quien había llegado esa tarde para visitarlos.

—Y su fortaleza —añadió Hyunjin, entrando en la sala con una bandeja de té—. Ese niño está destinado a grandes cosas.

Jisung los escuchaba, sintiéndose orgulloso pero también un poco temeroso. Sabía que el mundo allá afuera no siempre sería amable, especialmente con un niño tan especial como Minsuk. Pero también sabía que haría todo lo posible para protegerlo.

—Él es todo para mí —dijo Jisung, acariciando el cabello oscuro de su hijo—. Y haré lo que sea para darle la vida que merece.

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Mientras tanto, en la ciudad.

Minho había reconstruido su vida. Tres años habían pasado desde que dio a Jisung por muerto bueno eso era hace unos meses. Ahora estaba casado con Soyeon, quien no lo amaba solo lo quería por su dinero.

La ceremonia había sido grandiosa, llena de lujos y apariencias. Para muchos, Minho y Soyeon eran la pareja perfecta. Pero detrás de las sonrisas, su relación era fría, construida más sobre conveniencia que amor.

Sin embargo, habían formado una familia. Soyeon dio a luz a un frágil niña que llamaron Somy, una pequeña que parecía la encarnación perfecta de su madre.

Soyeon una noche mientras observaban a Somy—. Es hermosa

Minho no la miró, el quería tener un heredero para sus empresas. Aunque no quería tener más hijos había algo en su interior que nunca terminó de apagarse. Algo que lo hacía mirar al pasado, a un capítulo que había cerrado a la fuerza.

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Esa noche, Jisung observó a Minsuk mientras dormía, con su pequeña figura acurrucada contra las mantas. Una paz indescriptible lo envolvía al saber que, a pesar de todo lo que había pasado, su hijo estaba a salvo y tenía un futuro brillante por delante.

—Te prometo que nunca volveremos a ser una sombra para nadie, Minsuk —murmuró Jisung, inclinándose para besar la frente de su hijo—. Tú mereces todo lo bueno de este mundo, y juntos lo conseguiremos.

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En esos tres años Minho no dejaba de pensar en su antiguo Omega había estado investigando hace unos días, semanas, meses y resulta que no estaba muerto, se encontraba sorprendido necesitaba arreglar cuentas con él y no de una buena forma