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Meses después

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Meses después

Jisung estaba recostado en el sofá de la sala, sintiendo el cálido resplandor del sol de la tarde que se filtraba por las ventanas. Acariciaba suavemente su vientre aún plano, una sonrisa temblorosa curvando sus labios al pensar en la pequeña vida que crecía dentro de él. Había sido una sorpresa descubrir su embarazo, pero más allá del miedo inicial, una alegría profunda y pura se había asentado en su corazón. Ese bebé sería fruto de su amor por Minho, su amado Alfa. O al menos, eso es lo que él creía.

Minho estaba en su estudio, sumergido en su trabajo como de costumbre. Parecía que últimamente esa era la única forma en la que escapaba de la realidad, y para Jisung, esa distancia que había crecido entre ellos en las últimas semanas era dolorosa. Sus conversaciones habían disminuido hasta volverse frías y monótonas, como si solo fueran compañeros de habitación en lugar de una pareja.

Jisung tomó aire profundamente, sus dedos temblorosos aferrándose al suave tejido de su suéter. Necesitaba hablar con Minho, contarle su gran secreto. Pero una parte de él estaba aterrada, temiendo la reacción del Alfa. Minho no había mostrado el mismo entusiasmo que solía tener antes. El brillo en sus ojos cuando lo miraba había desaparecido, y Jisung no sabía si era algo que él había hecho o simplemente un cambio que había ocurrido en Minho sin razón aparente.

Finalmente, reunió el coraje suficiente y se levantó del sofá. Caminó por el pasillo con pasos silenciosos, el eco de sus propios latidos resonando en sus oídos. Cuando llegó frente a la puerta del estudio, dudó por un instante antes de llamar suavemente.

—Minho, ¿puedo hablar contigo? —preguntó con la voz más firme que pudo.

Desde el otro lado, escuchó un suspiro exasperado antes de que la puerta se abriera. Minho lo miró con un rostro inexpresivo, los ojos oscuros que Jisung una vez amó ahora fríos y distantes.

—¿Qué es, Jisung? Estoy ocupado —dijo el Alfa, cruzando los brazos mientras esperaba.

El Omega sintió que su corazón se encogía, pero aún así, sonrió tímidamente. Intentó encontrar las palabras adecuadas, aquellas que no hicieran que Minho se alejara más de lo que ya lo había hecho.

— ¿Te gustaría tener un bebé conmigo? —dudó un momento, viendo la impaciencia en el rostro de su pareja—.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Minho parpadeó un par de veces, procesando la pregunta. Jisung esperó, su mirada ansiosa y vulnerable, esperando alguna señal de alegría, o al menos, sorpresa. Pero en lugar de eso, vio cómo los ojos de Minho se volvían aún más fríos.

—¿Tener un bebé? —repitió Minho, su voz teñida de incredulidad y algo más que Jisung no pudo identificar del todo. Era como si la pregunta no hubiera hecho más que aumentar la carga en sus hombros—. ¿Por qué preguntas eso? Claro que no, te verías horrible... Más de lo que estás.

—Pero... —Pobre Jisung, sus manos temblando mientras jugaba nerviosamente con los dobladillos de su suéter—. Pensé que... que estarías feliz por intentarlo.

Minho dejó escapar un resoplido seco, apartando la mirada. Sus labios se curvaron en una línea amarga.

—No sé qué esperabas, Jisung —susurró finalmente, su voz casi un susurro que golpeó al Omega como una bofetada—. Un bebé... No creo que sea el momento adecuado para esto. Hay muchas cosas que quiero hacer antes de estar atado a... algo así.

El mundo de Jisung se vino abajo en ese instante. No había sido un simple rechazo; había sido una confirmación de que el amor que él sentía no era correspondido de la misma manera. Aún así, tragó el nudo que se formaba en su garganta y mantuvo la compostura, al menos en la superficie.

—¿No... no estás feliz? —preguntó con un hilo de voz, esperando en vano que Minho cambiara de parecer, que de algún modo encontrara un destello de alegría en su corazón.

Minho no respondió de inmediato. Sus ojos se clavaron en el suelo antes de volver a levantar la vista, pero no hubo ni un rastro de afecto en su expresión.

—No es eso, Jisung. Solo... no estoy seguro de querer esto en este momento. Siendo sincero, nunca me veo realmente en esa situación —confesó con frialdad—. Pensé que las cosas entre nosotros no eran más que un arreglo temporal. No podemos llegar al estremo de tener un bebé

Esas palabras perforaron el alma de Jisung como cuchillos. Él había creído en Minho, había entregado su corazón y su cuerpo a aquel Alfa que ahora lo veía como si fuera un simple obstáculo en su vida.

—¿Entonces... nunca me amaste, todo fue parte de un trato? —susurró, sus ojos llenándose de lágrimas que se negó a dejar caer.

Minho no dijo nada. Simplemente se encogió de hombros y volvió al interior del estudio, cerrando la puerta con un golpe suave pero definitivo.

Jisung se quedó allí, de pie en el pasillo, sintiendo cómo su mundo se derrumbaba. Se abrazó a sí mismo, sintiendo un frío que calaba hasta los huesos. No sabía qué hacer, cómo avanzar después de escuchar esas palabras. La vida que había imaginado junto a Minho, la familia que pensó que formarían juntos, todo se había desvanecido en un instante.

Acarició su vientre una vez más, buscando consuelo en la pequeña vida que crecía en su interior. Quizás Minho no los quería a ambos, pero Jisung estaba decidido a dar todo su amor a ese bebé. Porque aunque Minho no lo amara, él sí amaba con todo su ser al Alfa.

Sin embargo, ahora entendía que, a veces, el amor no es suficiente para mantener a alguien a tu lado.

Sin embargo, ahora entendía que, a veces, el amor no es suficiente para mantener a alguien a tu lado

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Do you love me? || Minsung - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora