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Jisung había logrado mantener en secreto su visita al hospital y su delicado estado de salud durante varios días

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Jisung había logrado mantener en secreto su visita al hospital y su delicado estado de salud durante varios días. Había cumplido las órdenes del médico de guardar reposo, moviéndose lo mínimo necesario, todo mientras intentaba no levantar sospechas. Sin embargo, su plan se desmoronó la noche que Minho decidió regresar más temprano de lo habitual.

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Era una noche tranquila, y Jisung estaba recostado en el sofá, acariciando su vientre con cuidado. El cansancio lo había vencido, y no escuchó el sonido de las llaves en la puerta. Cuando esta se abrió de golpe, su cuerpo se tensó de inmediato, y su corazón comenzó a latir con fuerza.

Minho entró al apartamento con el ceño fruncido, claramente molesto, pero lo que más llamó su atención fue la bolsa con medicamentos que Jisung había dejado olvidada en la mesa.

—¿Qué es esto? —preguntó el Alfa, levantando la bolsa y mirándola con una mezcla de curiosidad y sospecha.

Jisung se levantó de inmediato, tambaleándose ligeramente.

—No es nada importante —intentó decir, avanzando para quitársela de las manos.

Pero Minho retrocedió, sacando los papeles de la bolsa y leyendo rápidamente. Sus ojos se entrecerraron, y su expresión pasó de confusión a un furioso entendimiento.

—¿Medicamentos para el embarazo? ¿Qué diablos significa esto, Jisung? —rugió, arrojando los papeles al suelo.

El Omega dio un paso atrás, con el cuerpo temblando. Había llegado el momento que tanto temía.

—Yo… quería decírtelo… —murmuró, apenas pudiendo hablar.

—¿Decirme qué? ¿Que estás cargando un maldito bebé sin mi permiso? —la voz de Minho era como un látigo, cada palabra cortándole profundamente.

—Es tu hijo, Minho. Nuestro hijo —intentó decir con valentía, pero su voz se quebró al final.

—¿Nuestro hijo? —Minho soltó una risa seca, llena de desprecio—. No me hagas reír, Jisung. ¿Crees que quiero algo que venga de ti?

El Alfa comenzó a acercarse, y Jisung retrocedió instintivamente hasta que su espalda chocó contra la pared.

—Esto es lo que has estado ocultando, ¿verdad? Todo este tiempo fingiendo que eras solo un problema menor, pero ahora vienes con esto —continuó Minho, su tono cada vez más frío.

—No tienes que aceptarlo, pero no le hagas daño —imploró Jisung, sus manos protegiendo su vientre de forma instintiva.

Minho lo miró con asco.

—¿No hacerle daño? —se burló—. Jisung, ni siquiera quería que te quedaras, mucho menos que trajeras a otro problema a mi vida.

El Alfa dio un paso más cerca, inclinándose sobre él con una mirada que lo congeló.

—No va a pasar, Jisung. Este bebé no va a nacer.

El Omega sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies.

—¡No! —gritó, sus ojos llenándose de lágrimas—. Por favor, Minho, no. Es inocente.

—No me importa. Ya estoy harto de ti, y esto es la gota que colma el vaso —dijo Minho, con una calma aterradora.

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Sin más palabras, el Alfa se giró y salió del apartamento, dejando a Jisung temblando y hundiéndose en el suelo. El Omega sabía que Minho estaba decidido. Las palabras no habían sido una amenaza vacía.

Acariciando su vientre con manos temblorosas, Jisung sollozó en voz baja.

—No te dejaré, mi pequeño. No voy a permitir que te haga daño.

Sabía que no podía quedarse ni un segundo más bajo el mismo techo que Minho. Tenía que irse esa misma noche. Sin importar lo que costara.

 Sin importar lo que costara

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Do you love me? || Minsung - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora