🍪Capítulo 37🍪

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Las únicas criaturas que están lo suficientemente evolucionadas para transmitir amor puro son los perros y los bebés

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Las únicas criaturas que están lo suficientemente evolucionadas para transmitir amor puro son los perros y los bebés.
«Narra Jimin»
Corea del Sur, Seúl.


Tome las maletas en cuanto Jungkook las bajo, sonreí mirando ese edificio enorme, este sería nuestro hogar mientras ahorramos dinero para comprar una casa. Me sentía nervioso por la sorpresa que esto crearía en la casa Jeon-Lee, y por supuesto a mi familia, no les habíamos mencionado absolutamente nada. En realidad no sabían ni que habíamos regresado, hasta mañana iríamos a hacer presencia a esa casa.

-Vamos amor.- dijo Jungkook haciéndome señas de caminar, asentí y entramos a ese edificio.

Había un pequeña recepción donde detrás del mostrador se encontraba una chica rubia y de aspecto extranjera, nos acercamos y su acento me afirmaba aquello. Le entrego unas llaves al pelinegro, caminamos hacia el elevador para subir a nuestro piso. Cuando las puertas se abrieron solo había un solo pasillo con una alfombra larga en color morada, y se encontraban dos puertas en color blanco una frente a otra.
Nos acercamos a la derecha y Jungkook abrió con una de las llaves, entramos y quedé asombrado por qué ya se encontraba amueblado, y era de una forma muy acogedora, me gustaba. Seguí al pelinegro hasta una habitación, deje las maletas en la puerta, me acerque a la cama, me quite los tenis y me tumbe boca abajo disfrutando lo suave del colchón. El cuerpo de Jungkook se puso a mi lado y me abrazo de lado, me gire y lo abrace, era cómodo su cuerpo y me encantaba.

-¿Cuando iremos a tu casa?- pregunté curioso, quería ver a mi madre y a Sung-Jin.

-Navidad es dentro de una semana, ¿Te parece esa fecha?- suspiré y soltó una risa por mi puchero.- Está bien, mañana iremos, pero hoy nos tomaremos la tarde para descansar.

-Me agrada ello.- me acerque para besar sus labios, el pelinegro me sostuvo con sus fuertes brazos y me atrajo hacia el, su cuerpo era tan cálido y perfecto. - Te amo Jungkook.

-Yo también te amo mi pequeño.- beso mis labios nuevamente.- Te tomaría pero estoy tan cansado.

-Tambien me siento agotado, ¿Y si tomamos una ducha?- pregunté inocentemente.

-Me agrada, yo podría tallar tu espalda.- mis mejillas sintieron calor, me sentía avergonzado por esa proposición.- Me parece bien la idea.

Se levantó y sujeto mi cuerpo cargándome como costal, grite levemente aún con las mejillas encendidas, ¿Jungkook y yo bañándonos juntos? Me parecía tan provocativo, pero la vergüenza inundaba todo mi cuerpo, me estremeci al imaginar a Jungkook desnudo, mojado y lleno de espuma. Cuando entramos al baño Jungkook me bajo y sonrió con malicia, se acercó y beso mis labios.

-Date una ducha.- beso mi frente y salió del baño dejándome con esa imagen tan deliciosa.- ¡Muy pronto lo haremos!

Grito sacándome una sonrisa.
Entre a la ducha, cuando termine busque por todos lados una toalla, suspiré frustrado. Salí totalmente desnudo a la habitación, tome mi maleta y saque una toalla limpia, me seque y la puse en mi cintura, abrí totalmente la maleta y saque la ropa limpia que me había quedado. En serio necesitaba ir a la casa de los padres de Jungkook para recoger toda mi ropa, me cambié y tome unas calcetas de marranitos. Tome la ropa sucia de todas las maletas y las puse en un sesto que se encontraba en el baño, tenía que hacer algo al respecto. Sonreí ya que esto me hace sentir más este matrimonio, lavaría la ropa de mi esposo, cocinaría para el, y lo atendería de la mejor forma. Saque la ropa limpia y abrí el clóset, era enorme y ya se encontraban muchos ganchos, colgué la ropa de Jungkook y varias prendas mías, otras las doble. Miré atentamente el clóset, en medio tenía el perchero para la ropa colgada, y una área arriba donde supongo metería las colchas y sábanas, al lado había reparticiones así que tome la desición de que la derecha sería para el pelinegro. Y la izquierda sería para mí, después de acomodarla quedé con asombro.

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