Capítulo 43

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Renuncia

Narrador omnisciente

— Queremos regrese a su puesto como primer ministra del poder judicial.

— ¿A qué se debe esto? — cuestiona incrédula — Aún no se resuelve el caso de Saúl Aguirre y se supone que soy la primera sospechosa.

— El agente Contreras revocó como evidencia ese video. No hay nada empírico que te señale como verdadera intelectual.

— Porque no lo soy — dice mostrándose de lo más apacible.

— Lo sé — asiente la mujer de cabello rojizo — Entonces, ¿aceptas retomar tu cargo como ministra?

— No — responde dejando sorprendida a la presidenta — De hecho, — le extiende un carpeta color negro — esta es mi renuncia.

Elva tomó la carpeta y revisó el décimo apartado donde se exponían las razones por las cuales Altagracia renunciaba a su cargo como Ministra.

— "Mi proceso en el poder judicial, terminó. Cumplí con mis propósitos y metas, lo que me quita intenciones de continuar aunado lo sucedido en los últimos meses" — lee en voz alta — ¿En verdad vas a dejar tu impecable carrera por un hombre?

— ¿Perdón? — enarca una ceja — Mi vida personal nunca ha interferido en mi vida profesional. Las razones que están ahí plasmadas, son las únicas razones por las cuales me retiro. Aunque me faltó poner que estoy sumamente decepcionada por el acto de desconfianza hacia mi persona.

— Altagracia, era algo de ley. No podía dejarte bajo el cargo habiendo una acta penal sobre ti.

— Ajá, como si otros funcionarios públicos no hayan sido acusados anteriormente y se les deja en su cargo aún siendo culpables — se pone de pie — Esa es mi decisión. Mi "era" como ministra terminó, ya hice lo que tenía que hacer.

Y si, el propósito que la llevó a buscar un lugar en la suprema corte de justicia, era poder ejecutar su venganza; claro que en el camino aprovechó para dejar algo bueno ante la sociedad femenina, pero culminó. Había encontrado en otras áreas más de sus destrezas como profesionista, tenía varios estudios encima, lo que le daba la capacidad de desenvolverse en cualquiera de los campos laborares que abarcaban sus especialidades.

Altagracia salió de la corte más molesta que la primera vez «Dejar mi carrera por un hombre» le parecía absurdo que la creyeran capaz de tomar semejante decisión. Por eso no dudó en decidir que esa fuera su decisión, «no me conocen ni un poco»

Manejaba en dirección a su casa cuando recibió la llamada de Regina. No habían pasado ni ocho horas desde que regresó junto a José Luis de Mazatlán. Él había sido citado en el juzgado a primera hora y ella en la corte, así que tenía motivos suficientes para estar ansiosa. En su hogar nadie la había visto, por eso la llamada de su hermana.

— Regina — habla recién vincula la llamada al altavoz del carro.

Pensé que al despertar te vería en casa.

— ¿Tan temprano y reclamando? — sonríe frenando cuando llega a un semáforo — Ya voy para la casa.

¿Aún no han llegado? ¿Y José Luis?

— Él está en un asunto y sí, llegamos ayer a las doce por el retraso del vuelo — mueve la palanca — Ya estaban todos dormidos y seguían así cuando salimos de la casa. Te veo en un rato ¿si? Sigo manejando.

Cerró sus ojos pensando en José Luis. Desde aquella noche se sintió extraña, pensando en todo lo que podía estar mintiéndole. No sabía nada de él, de su familia, de su origen. No quería que le pasara lo mismo que con Saúl, pero es que esta vez el sentimiento era más grande, más real, más sólido y se veía tan recíproco, que no tenía manera de no desconfiar de él.

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