Evan y su novia Priscilla estaban en la sala, disfrutando de una conversación tranquila, cuando ella empezó a contarle lo que había sucedido con su hermana Amber.
―Fue raro, ¿sabes?. - dijo Priscilla, mientras removía su café. ―Cuando me presenté en la sala me respondió tan cortante. No me esperaba esa reacción. Priscilla lo miró con curiosidad.―¿Por qué crees que fue así?
―No lo sé... quizás está pasando por algo. A veces, Amber puede ser un poco cerrada, explicó Evan. ―Y ni siquiera me dio oportunidad de preguntar si estaba bien. No quiero presionarla, sé que se le pasará.
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Lucían sacó de su bolsa una pequeña sonaja antigua de bebé, algo que siempre había pertenecido a su familia y se la entregó a Amber en su recámara.
―Ten, se la regalas a tu cuñada para que vea que te agradó. Es algo simbólico, ¿sabes? Para recordarle lo importante que es para todos nosotros, incluso si no siempre lo dices. -Dijo el vampiro, pero Amber no estaba de acuerdo con eso.
Amber se quedó pensativa por un momento, observando la sonaja. "
―Es una linda idea, Lucían. Tal vez eso ayude a cambie mi primera impresión apática por una más alegre.
"A veces, un pequeño gesto puede decir más que mil palabras.".- Pensó la rubia vampiro
―A veces los regalos tienen un poder que ni siquiera imaginamos.-Dijo Lúcian. Besó su hombro descubierto y después la dejó sola desayunando. No quería presionarla después de su encuentro de anoche.
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Amber llegó al restaurante de Priscilla por la tarde con una pequeña cajita en donde contenía el pequeño obsequio. Entonces escuchó gritos provenientes de la cocina. Por ese horario había poca gente.
Amber se alarmó había un cliente furico que llevaba una capucha para cometer un acto delictivo.
Acorraló a la pelirroja entre la estufa caliente y la proximidad de un cuchillo
―¡Creo que fui claro con lo de la deuda! -Grito aquel comensal molesto. ―¡Quiero mi dinero!
Acercó el cuchillo peligrosamente al cuello de la pelirroja... Amber guiada por las amenazas... Llegó al lugar y con un golpe fuerte en las piernas hizo doblegarse al sujeto
―Vamos... Priscilla.- La jaló y desapareció con ella. El restaurante quedó vacío hasta que llegó el cambio de turno. Amber trepó a Priscilla en su moto. La pelirroja no estaba segura de lo que sucedia. Seguía en Shock... Se aferró fuerte a la cintura de Amber y arrancaron hasta su lugar seguro, aquella cabaña alejada de la ciudad.
La pelirroja disfrutaba la sensación y el pequeño peligro que representaba este viaje. Finalmente la moto se estacionó frente al hogar de Amber
―Gracias por ayudarme. -Dijo Priscilla bajando.
―Lúcian. ¡Tenemos visita!. – Gritó la vampira deseando que no hubiera nada a la vista que evidenciara su naturaleza.
El guapo vampiro llegó a la sala y solo levantó las cejas coqueto
―Bienvenida a casa novia de mi cuñado.
―Un placer Lucían. -Priscilla se acercó dándole un beso en la mejilla.
―Estas en tu casa... ¿Quieres una soda?
―No. Estoy bien. Creo que le enviaré un mensaje a Evan para que no se preocupe.
"Amor. Hoy no podremos vernos. Tengo mucho trabajo" Escribió antes de regresar su atención a los anfitriones.
―¿Y por qué la casa está tan apartada de la ciudad?. -Preguntó un poco curiosa
―Fue la herencia de mi bisabuelo... Era un hermitaño. – Comentó el vampiro bajando los hombros para restarle importancia
―Amber de nuevo gracias por lo de...
―No hay cuidado. Puedo guardar el secreto. No te preocupes.
―Puedo explicarlo
―Priscilla no hay problema. No necesito saber todos los detalles de tu vida.
―Compré el restaurante con mis ahorros con mi anterior pareja. El debía pagar lo restante, pero se desapareció hace unos meses. Decidí abrir con otro Chef y pagar la suma después pero no he podido completar el dinero... Últimamente he Estado muy cansada y con mareos.
Lúcian y Amber sabían el motivo, pero dejarían que Priscilla se diera cuenta por si misma.
―No te preocupes Priscilla. No dejaremos que nadie te haga daño. -Aseguró Amber acariciando su mano sobre la mesa.―Somos familia ahora. -Dijo el vampiro. ―Puedo hacer un cheque ahora mismo y salimos de esta rápido. Dime la suma y el dinero será tuyo... Como obsequio de bodas de Amber y mio. No hay por qué regresarlo.
―¿Estas loco Lúcian? Es mucho dinero. -Dijo la pelirroja alarmada
Le susurró la cantidad al vampiro y este solo sonrió con orgullo y comenzó a escribir en su chequera
―Pero que una cosa quede clara. Este secreto nos lo llevamos los tres a la tumba. -Expresó antes de entregarle el cheque a la pelirroja.
―No quiero que Evan se sienta ofendido de ninguna manera. - Pidió el vampiroAmber pensaba que Lúcian siempre trataba de solucionar los problemas con dinero. Su lenguaje del amor era obsequiar dinero a las personas que amaba.
La pelirroja tomó el cheque y pequeñas lágrimas inundaron sus mejillas
―Ustedes son tan generosos. - Dijo entre sollozos. ―Siempre pueden ir a comer gratis a mi local.
―Gracias, linda. Iremos. -Mintieron ambos al unísono para no hacerla sentir mal
Priscilla estaba muy sentimental debido al embarazo. Amber pensaba que en unos pocos días se comenzaría a notar en su cuerpo.
―Vamos arriba a que duermas un poco.
Mañana temprano te llevo a tu casa o con mi hermano. - Dijo Amber antes de guiarla a su habitación y ofrecerle la cama y una pijama para cambiarse su atuendo de trabajo.―Gracias Amber. Has sido muy buena conmigo, hoy.
―Espero que esto compense mi mala primera impresión. A veces tengo mal carácter.Priscilla le toco la mejilla antes de darle un beso en la misma
―Ya lo olvidé. -Dijo la pelirroja antes de dejar a la vampira sola para entrar al baño a cambiarse.
Priscilla se sentía querida y aceptada por su nueva familia. Lúcian y Amber no parecían tan malos como Evan creía.
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Susurros de sangre y asfalto.
VampireNo robaría a la mujer de su hermano. En primera porque amaba mucho a su hermano y en segunda porque una nueva vida se estaba gestando en esa mujer. Cualquier intento de Amber de acercarse solo sería para protegerla a ella. A la portadora del pequeño...