Evan estaba esperando cualquier rastro de su hermana al final del sendero. Había madrugado para llegar al final del recorrido que duraba aproximadamente 4 horas.
―Ya tuviste tu escapada alocada.- Es hora de que vuelvas a casa. – Dijo el adolescente tratando de entender por qué la chica lo miraba tan fríamente.
Amber conservó el casco mientras seguía montada en la moto. Sus ojos habían cambiado a un rojo profundo debido a la transformación.
―Evan esta es mi última carrera en Madrid. Tengo la mayoría de edad y tú ya no me necesitas es hora de que me independice. – Dijo tratando de ser empática, pero el tono de Amber ya no era tan dulce como antes, había perdido su tacto
―Entonces ¿te vas de la casa así nada más? Sólo porque un chico te habló bonito. – Dijo indignado.
―Piensa lo que te haga sentir mejor. – Dijo la chica conteniendo sus lágrimas. Debía romper su pequeño y frágil corazón.
―Cuando él te deje votada en medio de la carretera no intentes llamarme o buscarme. – Sentenció Evan mirando con odio a Lúcian. El vampiro contuvo una risita. El chico se fue molesto a tomar el autobús.
―Amber sé que es difícil dejar a tu hermano. Algunas veces hacemos sacrificios para proteger a las personas que amamos. – Dijo Lúcian
Amber sentía que las lágrimas comenzarían a delatar su profundo dolor.
―Hiciste lo correcto. A veces la mejor forma de proteger es dejar ir.
Amber arrancó su motocicleta hasta llegar a la carretera principal. Lúcian se alarmó un poco al ver que la velocidad que Amber alcanzaba cada vez era más elevada. Los vampiros no podían morir, pero si herirse
“Parece que he creado a una suicida”- Pensó siguiendola a más velocidad para pararse frente a ella y cortar su camino. Amber frustrada tuvo que detenerse de golpe antes de arrollar a Lúcian
―Sabes no deberías guardar todo ese odio. Dame un golpe para que te sientas mejor. - Amber apretó los dientes, pero siguió su consejo. Bajó de la moto y se paró frente a él.
Lúcian era imponente fuerte y fornido cualquier golpe solo le haría cosquillas. Amber aceptó lanzando un puñetazo en su abdomen. El vampiro sonrió. No hizo ningún movimiento para detener el impacto solo se paró frente a ella como saco de boxeo.
Al menos Amber podía golpear a la persona que la había trasformado en un monstruo
―Creo que fue suficiente por hoy. Quiero ir a casa. – Pidió la rubia antes de treparse a su moto y comenzar a seguir a Lúcian. El trayecto fue tranquilo y silencioso. Lúcian se sintió un poco culpable por aquella escena. Pensaba que los humanos siempre habían sido complicados.
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Susurros de sangre y asfalto.
VampireAmber una chica motociclista compite para ganar el dinero del alquiler de cada mes hasta que alguien se mete en su camino y cambia su destino. Ahora hay más preguntas que respuestas, pero ¿eso no la alejará de su familia o si? Portada hecha por @YYA...