De compras.

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Priscilla y Amber estaban en el centro comercial observando la ropa de maternidad y los pequeños conjuntos de bebés. Priscilla apenas llevaba 6 meses de embarazo, pero ya estaba planeando como decoraría la habitación y comprando poco a poco lo necesario para su bebé.

Lúcian observaba la extraña cercanía de Amber con Priscilla, parecía guiarla y acompañarla en todo momento. Se había vuelto una amistad cercana. Amber cargaba las bolsas de la pelirroja mientras enganchaba su brazo con el de ella. Caminaban juntas hacia el estacionamiento para pedir un taxi.

―Todo está pasando tan rápido Amber. Tengo miedo de que me pase algo en el parto. Así murió mi madre. -Dijo la chica con pesar, pequeñas lágrimas se deslizaban de sus mejillas.

―Eres más fuerte que ella y ahora hay más tecnología. Sé que ambos estarán bien.-Tocó su barriga con delicadeza y sintió una ligera parada de su sobrino.

Priscilla cambió su expresión por una más animada. Su cuñada había sido bastante protectora y buena con ella. Se sentía como si fuera su hermana mayor a la que puede contarle todo.

El taxi se detuvo y solo Priscilla subió. Amber escoltó al taxi en su motoneta hasta las calles centrales y luego se perdió adentrándose al bosque.

―Hasta que logro verte de día. – Mencionó Lúcian cruzado de brazos. Su tono era un poco burlón. ―¿Priscilla te aflojó la correa?

Amber le lanzó un guante a la cara para hacerlo callar. Apagó la moto y bajó de ella.

―Solo fuimos de compras

―Con que así se le llama ahora. – Mencionó el vampiro. ―Si yo fuera Evan ya te habría metido una orden de alejamiento.

Amber arrugó la nariz. La verdad la incomodaba un poco. Había desarrollado fuertes sentimientos genuinos por la persona equivocada. Humana o vampira el amor era complicado

―¿Ya comiste hoy? -Pregunto Lúcian antes de acercarse a su refrigerador secreto.

―Sabes que no- Respondió Amber.

Lúcian le arrojó una nueva bolsa de sangre.

―Sé que estas confundida, pero cuando mires a ese bebé y descubras la felicidad de esa familia. Sabrás que lo correcto siempre fue mantener tus sentimientos a raya.

Amber dio un trago a la bolsa…  quizás necesitaría cientos de bolsas de sangre para llenar el vacío que sentiría al tener que alejarse de Priscilla.

―Todo sería más fácil si estuviera enamorada de ti. – Dijo la rubia mirando a Lúcian a los ojos.

El vampiro le sonrió coqueto

―Puedo tenerte atada a mi, pero no puedo obligarte a amarme. Lo hemos intentado y parece que solo somos amigos. -Concluyó el mismo.

―¿Estarás listo para vivir solo?. No podré seguir en esta ciudad cuando ese nene nazca. Debo recoger los pedazos de mi corazón y comenzar de nuevo.

―Te sugiero que le envíes una carta. Puedes confesarle tu amor si lo deseas y también puedes explicar porque te vas, pero nunca le menciones lo que eres o se asustaría.

―Lo sé, Lúcian. Cada día es más difícil ocultarle lo que soy. -Dijo bajando los hombros antes de seguir succionando su bolsa de sangre.

―Sé que encontrarás un buen lugar después de todo tenemos una cuenta en común. Sé que el dinero no será problema. Solo renta algo lindo por favor. No te quiero viviendo como pordiosera. -Sentenció Lúcian

Amber asintió.





Susurros de sangre y asfalto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora