Origen del Time Eater

El egg-cuentro

Cuando se iban a despedir del grupo, Shadow y Mephiles se quisieron dirigir a casa y el azabache sacó su esmeralda, pero Patches le interrumpió:

-Antes de sacar esa cosa ¿por qué no dais una vuelta? -Decía con un tono pícaro.

El erizo, le miró confuso y molesto.

-¿Y a ti que te importa?

-Solo digo ¿Por qué no aprovechar la oportunidad? Claramente has estado ocupado y te he visto tenso, y sueles estar así cuando quieres algo... pero crees que no puedes tenerlo.

-Estas mal de la cabeza -Decía el erizo, evitando la conversación.

-Bien, haz lo que quieras. Le diré a la gente que invitas la próxima.

Patches se despidió con una sonrisa. El erizo se lo empezó a pensar mejor justo después de eso. Cuando Patches les dejo a solas para acompañar al resto, Mephiles le pregunto a Shadow:

-¿Podremos ir a casa?

-Después, antes de ir quiero que demos una vuelta.

-¿Una vuelta? –Pregunto Mephiles con sorpresa, le pudu no solía estar mucho tiempo fuera de casa ni mucho menos para dar una vuelta por ahí y por supuesto tampoco entendió bien la expresión. –¿Por qué quieres dar una vuelta en medio de la calle?

-No, me refiero a que andemos un poco por la ciudad, además quiero que vayamos a un lugar.

-Está bien.

Caminaron por un rato hasta llegar a una pastelería, en ella había imágenes de pasteles y otros postres en las ventanas como promoción: pasteles de fresa, plátano, pastelitos, bollos, incluso helados. Mephiles los vio con curiosidad.

-Estos son postres ¿no? Recuerdo algunas de las recetas del libro de cocina.

-Sí, entra y compraremos algunos. –Decía mientras le abría la puerta.

Al entrar, la tienda estaba decorada con dibujos de los postres y colores rosados y blancos. El mostrador tenía una línea para helados y otras dos para los pasteles y los diferentes postres con un decorada con un mantel sobresaliendo hacia los bordes con unos pocos centímetros de encaje. Quien estaba al otro lado era Amy, anotando unas órdenes para preparar, cuando les vio entrar sonrió alegremente:

-¡Shadow! ¡Mephiles! ¡Qué sorpresa! Pasad, pasad. ¿Qué puedo hacer por vosotros?

-No será mucho, no queremos malgastar tu tiempo. –Decía Shadow acercándose al mostrador mientras Mephiles dirigía la mirada por el lugar, era cálido y acogedor.

-Tonterías, todo el que queráis. ¿Acaso queréis un postre especial?

-Bueno, cualquiera lo sería, después de todo es para Mephiles.

Al decir esto, el pudú y la eriza se le quedaron mirando con sorpresa. Mephiles no había comido nada desde que llegó a sus vidas, o siquiera antes, no es como si lo necesitase, pero Shadow quería que probase la comida aunque sea una vez y pensó que ese sería el lugar perfecto.

-Es la primera vez que comerá algo, así que quiero que tenga algo dulce para una buena primera vez.

-Ya veo –Decía Amy naciendo un gran entusiasmo por el honor de ser quien le diese la primera comida -¿Entonces que te pongo, Meph?

-Yo... -Mephiles no podía decidir, era todo tan nuevo, no sabia que probar, por eso Shadow le ayudó cuando se dio cuenta de la indecisión.

-¿Qué nos recomiendas?

-Como primera vez...-Decía mientras se quedaba pensativa y de pronto le llego una idea –Bueno, una de nuestras especialidades son los pasteles de chocolate con fresas, pero podría daros una pequeña ración de pastelitos para que comáis por el camino.