No me digas que defendiste mi nombre cuando a mis espaldas también lo destrozaste.No intentes disfrazar tus palabras con heroísmo, porque yo las escuché.Sé que no fue de la misma forma que yo te rompí, pero lo hiciste,me hablaste a medias, me hiciste pedazos en silencio,y en cada palabra tuya había un cuchillo que yo no veía venir.No soy inocente; lo sé, lo siento.Fui cruel, mezquina, y te traicioné de frente,pero no puedo evitar pensar que también llevabas tu propio filo,uno más sutil, más escondido,y aunque tus cortes no se comparen a los míos,también dolieron.Nos traicionamos, ambos.Quizá yo grité mis errores y tú los susurraste,pero aquí estamos, entre ruinas,culpándonos mientras recogemos los pedazosde algo que nunca sabremos si merecía romperse.No sé si tus palabras sin sentido buscaban protección o venganza,pero se clavaron igual que las mías,y entre tú y yo solo queda un eco amargo:la decepción de saber que ambos caímos en la misma sombra.¿Quién tiene la culpa? Quizá no importe.Porque, al final, lo que más duele no es lo que hicimos,sino que olvidamos cómo protegernos el uno al otro,y eso... eso es una traición que nunca se arreglará 💔🔪👥
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Una adolescente más 👤
RomancePensamientos, sentimientos y emociones de un adolescente que intenta descifrar que es lo que tiene