Capítulo siete

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La pantalla de su teléfono se prende y la luz de la misma provoca una picazón inesperada en sus ojos. Los frota con suavidad y al abrirlos cae en cuenta de que no está en su habitación. Está desnuda y con frío. Se aferra a las mantas bostezando. El cuerpo ajeno femenino le da la espalda dejando ver unas cuantas pecas adornando el espacio.

Tiene ganas de besar aquella extensión. Niega con la cabeza de inmediato. Suspira intentando que el sueño la invade nuevamente. Son las seis de la mañana de un domingo. La calle aparentemente está vacía. No se escucha nada. Recién oye un sonido cuando una pequeña llovizna da contra la ventana. Tal parece que no ha dejado de llover. Sin ánimos y todavía con millones de cuestionamientos sobre su comportamiento rozando cada parte de su ser, no le queda más de otra que elevar las comisuras cuando Moon Byul la mira prácticamente en la oscuridad. También está al descubierto y, probablemente, analizando la situación. No es la primera vez que se tocan y permanecen en el mismo lugar dándose placer mutuamente, pero esta vez la sensación es diferente y ambas están al tanto de eso.

Hicieron el amor.

Fue lento, casi insoportable, cariñoso y preciso. Besaron cada cicatriz y se rieron al final cuando terminaron. Se complementan, se entienden, piensan igual, entonces... ¿qué es lo que pasa? ¿Por qué simplemente no se pueden amar y dejar todo atrás? Miedo. Este siempre está. Aun así, Yong Sun desea olvidar aquel sentimiento. Sus ojos se cierran otra vez al percibir la mano suave adueñarse de una de sus piernas. Moon Byul la está tocando y lo único que quiere es que la secuencia se repita hasta el cansancio.

Se detiene y los labios se rozan. Ahora su mano sostiene su mejilla y es ella quien utiliza el pulgar para acariciar la cadera expuesta. La acerca y jadean al mismo tiempo cuando el juego de lenguas empieza.

- Quédate conmigo todo el día, sé mía de nuevo, Yong Sun. - el plan de huir nunca ha pasado por su mente. Sus frentes chocan junto a las respiraciones agitadas. Quiere fumar y tomarse un café amargo, pero las piernas de la chica se enroscan en las suyas y la boca se funde en su cuello soltando un gemido inesperado. No responde a lo que salió de su interior anteriormente, solo sigue los pasos y respira hondo cuando Moon Byul toma asiento encima suyo.

Sabe lo que está a nada de hacer. Al quedar con todo el peso en tan solo uno de sus muslos, el movimiento de caderas empieza. Quiere ahogarse en sus pechos y no pensar en lo inútil que se ve por no tener a la chica de sus sueños. Siente la vagina mojada no pudiendo evitar observar lo desesperada que se encuentra Moon Byul. A propósito, agarra su cintura y la ayuda a moverse más rápido. Está jadeando y su cuerpo comienza a sudar. Aprieta los pechos llegando a la conclusión de que no puede vivir sin ella.

Gime su nombre y su única misión es no olvidarse jamás de ese momento... ella encima con el cuerpo hirviendo y nombrándola tan ansiosa. ¿Cómo no puede ser suya? Por más destruida y desastre que sea, Moon Byul puede directamente decirle que «sí». Apoya la cabeza en su vientre sintiendo las manos tanteando su cabello negro. Lo tiene suelto y desordenado.

- ¿Yong? - enrolla las manos alrededor de su cintura suspirando una vez más con fuerza. La suavidad de su piel la hace olvidarse de todo. Por primera vez, el cigarro no está intentando atraparla.

- Quiero un baño.

Cuando la puerta se cierra y las gotas de lluvia continúan cayendo, abraza el cuerpo femenino y delgado al conectar con el agua caliente. Respira hondo. A pesar de que se siente tranquila, el pensamiento persistente negativo regresa: "Moon Byul solo está jugando". Inconscientemente, se aleja y, al hacerlo, se da vuelta dándole la espalda. Su cabeza comienza a doler y seguramente es porque no ha comido. Se muerde los labios. La boca tantea apenas su nuca.

- Te amo, Yong Sun. - los próximos minutos, la confesión ronda por su mente. Ya vestida y perfumada, sopla antes de tomar un sorbo de café. Moon Byul está mirándola. - No... no puedo más, necesito... necesito un título para esto, y...

- No lo necesitas, mañana él te buscará y yo... nada tendrá sentido, Byul. - no la mira. Habla mientras fija los ojos en sus pies descalzos.

- ¿No quieres estar conmigo, Yong? - la pregunta casi provoca que la taza toque el suelo.

- Quiero... quiero que no peleemos y estemos bien, Moon Byul.

- Voy a hablar con él.

En el fondo, no desea que Moon Byul le de esperanza.

- Byulie, te estás adelantando muchísimo, yo no sé si...

- Te esperaré todo lo que sea necesario, pero esta vez déjame que lo arregle, Yong Sun.

Su mejilla es besada.

- Haz lo que sea más conveniente para ti, mejor dicho. - con eso, termina el café.

Ha pasado una semana desde que escuchó la conversación atroz que tuvo con su, ahora, ex novio. No solo fue insultada de pies a cabeza, sino que también le expresó que le daba asco que esté sintiendo atracción por alguien como ella. Moon Byul lo dejó, pero ¿por qué no está contenta?

Su padre está llamando. Atiende mientras maneja.

- Feliz cumpleaños, hija. - cuando dice eso, sabe que ha olvidado por completo su supuesto día especial. - ¿Cómo está tu madre? - la visitó el mes pasado. Está bien. Es lo importante.

- Ella... está todo en orden, papá. - detiene el vehículo cerca de su hogar.

- Yong Sun, sé que me equivoqué, pero ¿por qué nunca me llamas?

- Estoy ocupada, papá. Tengo muchas cosas para hacer. Lo lamento. - por suerte, la llamada no dura más.

Son las cinco de la tarde. Está grande y siente que no ha hecho lo suficiente. Le pone la alarma a su coche para después dar con su casa. El espacio está vacío y el vino que se encuentra en la heladera la llama. Comienza a beber directamente de la botella rozando la cadera en la mesada. La deja a un lado. La puerta se abre y Moon Byul la analiza.

- Mi abuela te mandó saludos. Lindas ojeras. - atrapa sus labios en los suyos inesperadamente. - Es muy temprano para tomar vino, ¿no te parece? - susurra agarrando su cintura.

- Necesitaba relajarme... es todo. - pone las manos en su nuca sonriendo cuando otro beso llega.

- No me esperaste. - el reclamo gracioso la hace reír. - Estaba pensando, ¿te suena bien salir a comer esta noche?

- Odio festejar mi cumpleaños, Moon Byul.

- Qué sea simplemente una cita, Yong.

Después de todo, querer no es tan complicado.

[...]

Vicious Circle [moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora