Capitulo 7

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"Ja, ja..."

El vidrio que ya estaba casi roto se desprendió con un fuerte ruido.

Hee Joo empujó los fragmentos restantes con el pie y finalmente logró escapar.

"Ja, ja, ja..."

Luego se apoyó sobre el capó deforme del motor y soltó una sonrisa amarga.

Las frías gotas de lluvia caían sobre su rostro, pero le daban una sensación refrescante.

"..."

Faltaba un mes para la campaña electoral de su esposo.

Hee Joo miró hacia sus manos y una sonrisa comenzó a formarse en su rostro.

Ya está.

No se quedaría más en un lugar inapropiado.

El camino para evitar los 2000 mil millones de penalización por ruptura del contrato... ¡existe! Miró sus manos con más determinación, mientras observaba el teléfono de negociación modificado por los secuestradores.

"Debo conseguir el divorcio."

Amenazar al portavoz de la Casa Azul.

Haciéndose pasar por el "secuestrador" para obtener lo que quiere...

"Ah... ah..."

Mientras cenaba, intentaba vocalizar.

"¿Cuántos años hacía que no me sentía tan motivada?"

Solo pensar en amenazar a Baek Sa-eon le daba una sensación de energía.

Sentada sola en una gran mesa, comía y reía a carcajadas.

Movía el brazo y, aunque sus hombros dolían, esa sensación de poder era más efectiva que cualquier analgésico.

'El portavoz de la Casa Azul, Baek Sa-eon, agradece al gobierno de Argan, aliados, organizaciones internacionales y la comunidad internacional por su colaboración en la liberación de los rehenes...'

En las noticias, la imagen de Baek Sa-eon se repitió durante todo el día.

Cuando se filtró la información sobre las negociaciones entre las fuerzas armadas de Argan y los medios, la gente comenzó a comentar sobre cómo Baek Sa-eon manipulaba a los medios.

Hee Joo apagó la televisión sin pensarlo.

"...!"

En ese momento, levantó la cabeza de repente.

El sonido de la cerradura girando seguido de los pasos de alguien en pantuflas sobre el piso hizo que Hee Joo se quedara rígida.

Escuchó atentamente, mientras la presencia de esa persona la ponía nerviosa. "¿Cómo es que ese hombre, el que siempre regresa a medianoche, llegó tan temprano hoy?"

Desde el momento en que lo recordó, la figura alta siempre doblaba la esquina y se detenía. Hee Joo, sosteniendo la cuchara, quedó inmóvil.

"...."

Sus miradas se cruzaron, igual que siempre, sin mostrar emoción alguna.

Él seguiría adelante como siempre.

Como si sólo hubiera papel tapiz y muebles allí.

Incluso si Hee Joo no hacía un esfuerzo, él ya habría girado su cabeza.

"....!"

Sin embargo, Baek Sa-eon frunció ligeramente el ceño y la miró.

Su mirada parecía ver un problema o, tal vez, una molestia, con una ligera curiosidad.

Cuando el teléfono suenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora