Los ángeles se ven como Fyodor

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Tres días antes de la boda – segunda parte.

La habitación del príncipe estaba casi sombría, eran alrededor de las cuatro de la tarde, las cortinas estaban bajas por lo que privaba de la luz del sol. Los candelabros derrochaban la cera ya consumida sobre las superficies y Nikolai, que estaba esperando a Fyodor, estaba sentado en uno de los sillones enfrente de la estufa encendida que le iluminaba el rostro.

Se encontraba inquieto por varios asuntos, pero no tuvo tiempo de pensar mucho, la puerta se abrió revelando al ojeroso príncipe que pronto hizo contacto visual con el bufón -que se puso de pie- dejo que el otro se acerque a sus brazos, sin decir ni una palabra cuando Fyodor estuvo considerablemente cerca, le envolvió la cintura en un toque lleno de amor, le pasaba los brazos por la cintura como si Fyodor fuera una hermosa rosa y tuviera miedo de pincharse con las espinas.

El príncipe apoyó su rostro cansado en el pecho fuerte de Nikolai y refregó su mejilla en la ropa del otro como si fuera un cachorro buscando amor. Nikolai le acaricio el pelo que estaba suave a pesar de todo, esta vez el príncipe desprendía un delicioso aroma a canela que lo volvía loco.

— Fui a las aldeas afectadas y vi un infierno allí. — la voz de Fyodor estaba quebradiza. — la gente... la gente agonizaba y yo no pude ayudarlas, Teruko dijo... — Nikolai sintió como tensaba sus manos sobre su ropa. — Teruko dijo que tuvieron que sacrificar a varios para acabar con su sufrimiento ya que era imposible curarlos...

Nikolai sentía como su corazón se quebraba ante el dolor ajeno y deseó tener el poder de quitárselo y sufrir él en su lugar. Apretó más sus brazos alrededor de Fyodor.

— Me alegra que me cuentes. Recuerda siempre que puedes contármelo todo, no debes llevar este dolor solo. — se separó para mirarlo a los ojos, Fyodor le quitó el parche. — no puedo imaginar lo que viste hoy, pero sé que con el gran corazón que tienes has hecho todo lo posible. Y que seguirás haciéndolo hasta que los sobrevivientes estén mejor.

Fyodor soltó un suspiro cargado de melancolía y luego de un prolongado silencio, susurró: "Tenias razón".

Nikolai lo miró confundido.

— ¿A qué se refiere?

— A cuando me dijiste que dios tiene sus prioridades desordenadas; si él estuviera aquí no habría permitido a inocentes pasar por eso...

El bufón vio como el brillo en los ojos de Fyodor habían desaparecido, su mirada habia sido marcada por la desgracia. Lo tomó por el mentón cuando el chico bajo la cabeza.

— No hay palabras suficientes para consolarlo, mi príncipe, — le dijo con honestidad y pausadamente, eligió con mucho cuidado sus palabras. — si dios tiene las responsabilidades desordenadas quizás sea la responsabilidad de los poderosos ayudar a aquella gente. No se torture tanto, no puede devolverle la vida a los que se fueron, pero si puede tomar medidas para que esto no vuelva a suceder... y yo estaré para lo que necesite.

Fyodor lo miró en silencio, el peliblanco aun lo sostenía por el mentón y lo miraba con una sonrisa que construía un puente de calma entre ambos.

El príncipe se sintió muy agradecido de tener a Nikolai. Quizás sus palabras era lo que necesitaba y no tanto porque lo que decían, si no, porque era el alma que más le importaba quien le confirmaba lo que ya sabía.

Porque solo Nikolai le podía dar esa paz.

Se inclinó un poco hacia adelante para dar un suave beso en los labios del bufón, que sonó como un chasquido en el silencio del lugar.

Grotesco resplandor - fyolai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora