O c h o

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Durante la media noche, mientras dormías. Tuviste una pesadilla, te encontrabas gritando el nombre de tu hijo y el del joven guardian.
Despertaste, era la primera pesadilla que tenías desde que te convertiste en guardian. Solo que, esta vez era diferente... Se sintió muy real aquella pesadilla.

Despertaste con sudor cubriendo tu cuerpo, sin embargo, la temperatura era muy baja. Te incorporaste y buscaste a tu lado, tratando de encontrar a Jack. Pero el no se encontraba ahí.
Limpiaste tu cara un poco mientras te ponías de pie. Saliste hacía la terraza, abriendo y cerrando tus alas. Hasta que oíste como algo volaba rápidamente por encima de la casa, te asomaste, logrando divisar una sombra gigante. Mientras que esta, pasaba de largo tu casa.

Tomaste tus armas rápidamente y poco a poco saliste de la habitación y te dirigiste al balcón. Mirabas hacía todos los lados, tratando de encontrar la sombra, cosa que no hallaste. Solo podías escuchar el suave sonido del viento y el agua del río corriendo. Todo se encontraba tranquilo.
Ignoraste lo sucedido antes y te adentraste a la casa. Volviste a escuchar aquella cosa, saliste y esta vez abriste tus alas y te elevaste un poco. Sin bajar la guardia observaste sigilosamente la oscuridad.

Instantáneamente, escuchaste el sonido de algo o alguien aterrizando, no lejos de donde estaba y lo siguió. Aterrizaste en Lurch, diferente dirección, mientras apuntabas tus armas asegurándote de que nadie te atacará.

Entonces viste algo que se movía lentamente desde la distancia y se encontraba escondido detrás de los árboles. Es grande, azul y tiene alas de mariposa. Está mal herido y miraste a tu alrededor tratando de encontrar a alguien más, pero nadie venía.

Apresuradamente corriste a ella y le tocaste la cabeza suavemente, poco a poco tratando de consolar y aliviar el dolor de la mariposa. Su otra ala rota y que apenas puede abrir sus ojos hermosos. Te has dado cuenta de que está tratando de decir algo, pero que no podía entenderlo. Caíste en cuenta de que era la mascota de MiM.

-¿Qué haces aquí solo? ¿Dónde está MiM?- le dijiste con voz suave y besaste su cabeza. Has notado algo adjunto alrededor de su cuello. Es una botella, y en su interior se encuentra un papel de oro laminado y alrededor de él están dos pulseras de ámbar delgadas.
Viste a la criatura, comprendiendo que debías abrir el papel y leerlo. Tus ojos se abrieron conforme ibas leyendo.

-No, no, no ...- susurraste. -Por qué yo?-.

Miraste la pulsera por un momento y te lo pusiste. Trataste de curar a la criatura, sin embargo, ella trata de decirte algo. Obedeciste a pesar de no entender plenamente el mensaje. Volaste lo más rápido hacía el orfanato. Pero cuando llegaste, Jef había desaparecido sin dejar ningún rastro.

Con el pánico encima, volaste alrededor de la ciudad. Te diste la vuelta, y los edificios, calles y casas eran tragados por una cosa blanca. Volaste con velocidad gritando el nombre de tu hijo. De repente escuchaste que alguien había respondido, una voz familiar.
Seguiste el sonido y encontraste al hijo del espíritu de invierno en las lagrimas y feliz por haberte encontrado.

-¡_____!- -exclamó el muchacho y saludó con locura para que lo encontraras. Te abalanzaste en el y te apresuraste en ponerle la pulsera de ámbar al niño.

-¿Qué pasa?- dijo Jef en un tono de pánico.

-Te lo explicaré más tarde. Pero ahora, necesito que te quedes fuerte conmigo ok?- Dijiste tratando de tranquilizarlo y tocándole suavemente la cara al niño.

-¿Dónde está Jack?- preguntó el niño cuando se dio cuenta de que el espíritu de invierno no estaba contigo.

Te tomó unos minutos para contestar y cuando miraste a lo lejos, te diste cuenta que era cuestión de tiempo para que la cosa blanca atrapara a los dos. Acorralados, no tuvieron más opción qué agarrarse fuerte uno de otro.

-¿Y Jack?- preguntó el chico nuevo.

Te has dado cuenta de que su voz temblaba y todo su cuerpo temblaba. Te arrodillaste y abrazaste al chico calurosamente y con fuerza. Él te devolvió el abrazo, pero todavía quiere la respuesta a su pregunta simple.

-¿Dónde está Jack?- susurró el niño y lloró en silencio.

-No te preocupes, que está a salvo ... por ahora. Lo veremos pronto.- Dijiste de manera sencilla y sorprendentemente se quedaron más tranquilos gracias a la fe y valentía del chico.

-Vamos a verlo después...eso espero- Le dices al niño que ya se estaba preparando.

Le dijiste a tu hijo que cerrara los ojos y él obedeció. Lo blanco se encuentra a pocos pasos de distancia y, tú también, cerraste los ojos y abrazaste al chico más fuerte.

Viste el destello de luz en tus ojos a pesar de que están cerrados. No se oye nada, sólo silencio. Por suerte todavía se puede sentir el cuerpo del chico, frío y temblando.

Abriste los ojos lentamente y te diste cuenta de que ambos estaban en el mismo lugar hace apenas minutos, pero un poco diferente. Todavía es invierno, pero el lugar era antiguo y la gente estaba usando ropa de estilo antiguo.

Todos están mirando al muchacho joven, vestido con ropa diferente de lo que los otros usaban, de rodillas en el suelo y abrazando a algo, pero no había nada allí.

-Jef, Jef ...-le susurraste -Es necesario actuar natural. Recuerda que ellos no me pueden ver.-Añadiste.

El muchacho miró a su alrededor y se dio cuenta de que poco a poco están en un lugar raro ... bueno, viejo. Echó un vistazo a la gente que lo estaba mirando con los ojos confusos, quizás preguntándose dónde obtuvo su ropa y zapatos de goma nike.

-Dónde estamos?- preguntó Jef y limpió sus ojos y la cara.

-Tu ciudad natal ... solo ...- le dijiste y no pudiste realmente explicarle al niño lo que estaba sucediendo.

-Espera ... Vi este lugar antes de ...- susurró el hijo del espíritu invierno y mirándote. -Creo que ... Estamos en un ... libro?!-

Perplejo, Jef se rascó la cabeza con una sonrisa en su rostro que te recuerda demasiado a Jack Frost. Te reíste y besaste su frente, diciéndote -No tonta.- Dijiste con una sonrisa -Estamos en el pasado ... Los primeros tiempos de la colonia.-

Jef Winter, helado dejó caer su mandíbula y se quedó mirándote a tí locamente. Te dió un poco de risa, pero, dentro de tí, estás preocupada por Jack.

-Pa-pasado?- Apenas y puede hablar -¿Los primeros tiempos de la colonia?- Jef tartamudeó.

-Sí!- Dijiste alegremente y te levantaste. -Tal vez tu viste este lugar en tu libro de historia.- Añadiste limpiando la nieve de tus rodillas y colocando las manos en las caderas.

-La historia re-recobrada?- dijo el hijo del espíritu de invierno. Te reíste y le frotaste el pelo marrón al muchacho, pero él todavía está en estado de shock. ¿Quién no lo estaría?

Era un chico de siete años que vivía en un mundo moderno lleno de computadoras, teléfonos celulares, automóviles y otros productos alimenticios. Y en sólo un latido del corazón, ahora estaba en el pasado y veía a la gente vistiendo ropa vieja, montando coches viejos, niños jugando con juguetes de madera y comiendo comida tradicional.

-No ... no me gusta esto ...- susurró el muchacho.

Te agachaste a su nivel, -¿Por qué no? ¿No estás feliz de ser capaz de ver el pasado?- dijiste algo preocupada.

"Yo- yo ... es que ... voy a ..." balbuceó el joven y miró hacia abajo, -Voy a extrañar ... Voy a extrañar MI COLECCION DE COCHE! ¡QUIERO VOLVER A CASA!- el gritó.

Te reíste en voz alta y rodaste por el suelo todavía riéndote locamente. El joven cruzó los brazos y empezó a alejarse. Te has dado cuenta de que Jef se ha ido y que poco a poco te pusiste de pie sin dejar de reír a la ligera. Tú atrapaste al niño y pusiste tu brazo alrededor de sus hombros y dijo: -¿Sabéis dónde estáis, cierto?- te burlaste.

La piel pálida del chico se puso rojo y él dejó de caminar. -No ...- dijo tímidamente.

•Padres Guardianes Adolescentes• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora