T r e c e

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El sol brilla afuera y la nieve se derretía de los árboles volviéndose gotas de agua. Los rayos del sol entraron en la habitación golpeando la cara de Jack. Él puede oír risas a lo lejos y se dio cuenta de las pequeñas y felices voces. La voz de su hermana pequeña y el chico raro, Jef, rieron. Sin embargo, algo que faltaba, pensó.

Todavía se sentía mareado y con náuseas, pero mucho mejor que la noche anterior. Entonces vió la sombra de alguien pasando. Él abrió los ojos y recordó la joven de cabello blanco, el ángel de la guarda. Rápidamente salió de la cama y perdió el equilibrio.

-_____...- susurró Jack.

-Ten cuidado cariño.- Dijo una voz de mujer. Era su madre. Jac alzó la vista y vió que le sonreía con dulzura. -Aquí, con cuidado, siéntate.- Dijo a su madre y se sentó cuidadosamente.

El joven obedeció y su madre le dio una sopa caliente para que sintiera mejor. Nadie habló durante un minuto hasta que la madre de Jack comprobó la temperatura del joven guardian.

-¿Cómo me has encontrado ayer por la noche Jack?- preguntó su madre con su peinado liso, sin embargo, castaño y desordenado.

Jack trató de recordar y pero no puede decir realmente lo que pasó. Él no puede decirle a su querida madre que un ángel de la guarda le dijo y lo guió a ella. Por eso, cuando oyó la voz de Jef, una idea apareció en su cabeza.

-El ... el chico te vio in-inconsciente en la nieve la noche anterior y regresó rápidamente después de verte- contestó el espíritu de invierno, -Dijo que había una mujer sola en el bosque e inconsciente. No dudé y seguí a Jeff.-

Su madre sonrió y abrazó fuertemente a su hijo. -Oh, Jack ... no sé lo que hubiera pasado si no me encontrabas.- Ella dijo, sollozando en silencio.

El joven guardián consoló a su madre y dijo que estaba bien que lo importante era que nadie salió herido. La madre de Jack lo dejó solo en la habitación para darle espacio. Suspiró aliviado y se limpió la cara mientras miraba fuera de la ventana.

Jack se levantó y se acercó a ella. Abrió la ventana y dejó que el viento helado entrara en la habitación. Miró aquí y allá, en busca de tí y esperaba que pudiera verte de nuevo. Él no estaba realmente seguro de por qué quería verte pero tenía unas inmensas ganas de hacerlo.

-¿Me buscabas?- una voz de repente se oyó y Jack dio un salto golpeándose la cabeza en la parte superior de la ventana.

-¡Ahhh!- gritó el espíritu de invierno y tocó su adolorida cabeza suavemente.

Te cubriste la boca con ambas manos y te acercaste al joven guardián. -¿Estas bien?- dijste preocupada con una risa ligera.

-Sí ... más o menos ...-, murmuró y se quedó mirando el suelo evitando tus ojos de color azul claro deslumbrantes.

No pudiste evitar reírte y besaste la cabeza del adolescente. Sus ojos se agrandaron y se quedó helado. Tu tampoco podías creer lo que habìas hecho, tal vez porque estabas acostumbrada a que el siempre reconocía tus besos. Estuviste helada y le pediste una disculpa.

-No, no ... es ... bueno ...ammm...- respondió Jack con timidez. -Eso ... alivió el dolor de alguna manera.- Añadió.

Tus mejillas se pusieron rojas y diste un paso atrás. Te decías constantemente que debías mantenerte alejada de él como fuera posible, pero no podías evitar acercarte a él y no sentir algo. Hemos estado juntos desde hace un siglo, ¿cómo se puede permanecer lejos de él después de todo lo que hemos pasado?

-Así que ... quiero decir ... gracias por lo de anoche ...- Dijo Jack rompiendo el silencio sin dejar de mirar el suelo de madera.

-No hay de qué ...- susurraste y miraste hacia abajo también.

-¿Quieres ir afuera?- Preguntó el chico finalmente mirándote.

Asentiste lentamente y el espíritu de invierno tomó tu mano. Algo se sintió cuando ambas manos se tocaron y ambos se congelaron. Mirándose fijamente a los ojos del otro, el muchacho adolescente inspeccionó los rasgos de tú cara seriamente.

"¿Que está pasando?" pensaba, "¿Qué está pasando?" Pensó de nuevo. Soltaste tú mano de su agarre y volaste fuera.

-¡_____! ¡Espera!- gritó Jack, pero ya era demasiado tarde, ya habías volado lejos.

Jef vio tú sombra y se dio cuenta de que algo andaba mal. También vió a Jack llamándote, pero no miraste hacia atrás. El niño dejó la bola de nieve que había hecho hace un momento y corrió a donde estabas. Jef trató de ocultarse como fuera posible mientras te siguía desde el suelo. De repente, bajaste muy rápido y el hijo del espíritu de invierno se detuvo a mirarte y, finalmente, te arrodillaste delante del lago congelado.

El lago congelado, donde Jack morirá en seis días. Examinaste el lugar y una lágrima cayó de tus ojos temblorosos. -Jack ... lo siento tanto ...- susurraste.

No puedes imaginar viendo como muere Jack, mientras que su hermana llora desesperadamente. Simplemente no podrías soportarlo. Tienes miedo no dejarlo ir, sin embargo, también tienes miedo de que él no exista más y la peor parte sería que nunca nacería Jef.

-Es una elección .. Odio todas las opciones ...- murmuraste y golpeaste ligeramente el suelo. "Ya sea viendo a Jack morir o dejar que... Jef ... fuera borrado de este mundo ..."pensaste

Se hizo el silencio, pero se desvaneció rápidamente. El sonido de una ramita agrietada te puso alerta y sacaste tus armas y señalando el lugar de donde provenía el sonido. Jef levantó las manos y le gritaste nerviosa.

-¡JEF!- girando hacia atrás, -No me asustes así!- agregaste.

El niño pequeño se dio cuenta de que has estado llorando; por lo que te dió un fuerte abrazo y le acarició la cabeza con dulzura. -¿Qué estás haciendo aquí?- le preguntaste con curiosidad.

-¿Pasó algo?- preguntó el niño ignorando su pregunta. -¿Porqué estás llorando?-

-Na-nada cariño ...- le susurró y se limpió las lágrimas de su rostro.

-¿Puedo hablar contigo?- dijo una voz. Abriste de golpe los ojos y levantaste la vista. Viste al espíritu de invierno, recuperando el aliento y recargándose en un árbol, evitando caer a la fría nieve.

Jef te miraba y trató de convencerte de hablar con el joven guardián. Por lo que optaron por regresar a casa mientras hablaban.

Cuando el niño estaba lo suficientemente lejos para que él te oyera hablar, espetaste: -¿Qué haces aquí?-

Jack se dirigió hacia tí lentamente y se quedó sin responder. Repetiste pero aún sin respuesta. Él se concentró en algo; Sin embargo, algo lo impedía recordarlo.

-____ ...-, susurró. -Conozco ese nombre ... No puedo recordar muy bien ...-. Añadió.

TÚ corazón comenzó a latir rápido y las instrucciones de MiM cambiarían si algo había salido mal.

-Claro, por supuesto que sabes ese nombre ... Muchas chicas tienen ese nombre.- tartamudeaste y trataste de mantenerte alejado del adolescente.

Jack negó con la cabeza y tomó tus mejillas con las manos. Se movió más y más cerca cada vez.

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Perdón por la tardanza, ocurrieron muchas cosas.
En unas horas les subo la 2da parte.

-Hwa Young Shim :33

•Padres Guardianes Adolescentes• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora