Todos conocen la historia detrás de uno de los hijos del murciélago de Gotham, Red Hood. El antihéroe de la ciudad del crimen marcado por su pasado y que, en palabras de estos escritores conjuntos, merece algo mejor en su vida. Pero ahora, hablemos...
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En las mazmorras oscuras de aquella mansión, luego de lanzar el cuerpo de Jacob por un tubo que iba directo al mar que dividía Gotham con Metrópolis, Silvano comenzó a caminar, hacia su habitación, después de haber soltado el tubo con el que golpeó al cantinero y a los demás sin obtener ni un solo resultado prometedor, secándose las manos con una toalla, y diciendo en una voz fría:
--"Busquen la información necesaria para dar con Ariadne. Y si no obtienen lo que busco, los mataré a ustedes."—
Entonces uno de sus subordinados, calvo y barbón, tratando de no ofender a su jefe, preguntó, con algo de temblor en la voz, mientras se rascaba la nuca:
--"¿Y qué hacemos con los burdeles, Signore?..."—
Entonces Silvano volteó, y con una voz fría como el hielo respondió.
--"Quemen todo. Ya les dije que quiero ver a Gotham en llamas."—
...
Días pasaron, en los que Jason y Ariadne vivían en su pedazo de paraíso. El vigilante tenía que terminar de recuperarse, y es por ello que, cuando estuvo listo, comenzó de nuevo a patrullar en las noches por las calles de la ciudad.
Ariadne se había convertido en algo parecido a una ama de casa devota y tranquila, y aunque a Jason no le parecía muy bien aquello, realmente no tenía otra manera de mantener a la chica ocupada mientras él se iba a patrullar las calles.
Se dijo a si mismo que la motivaría a buscar su propio camino, en cuanto todo ese asunto con Silvano terminara. Pero lo que vería a continuación, bueno, el vigilante no estaba preparado para ello.
El aroma de cadáveres quemándose llenaba el ambiente, y la luz que emitía el distrito de Harrow, no daba lugar a ninguna duda. El Rey Mono había llegado hasta los extremos para encontrar a Ariadne, causando guerrillas con la misma gente que junto con el italiano, operaban allí. Cuando Red Hood se acercó lo suficiente para intentar dar el siguiente golpe, vio con sus propios ojos como todo el distrito se estaba consumiendo por las llamas.
Y Ariadne también lo vio, escondida desde su trinchera, en la casa de seguridad del vigilante mientras veía las noticias de la noche.
--"Maldita sea, esto no puede ser bueno..."—Murmuró capucha roja, escondido detrás de un palomar que curiosamente tenía un edificio cercano al distrito.
Con tiento, él iba a acercarse un poco más a al lugar, cuando vio con el rabillo del ojo a una sombra que lo seguía, y levantando su arma, sin esperarse o preguntar, disparó.
La bala fue a impactarse contra un tanque de agua, y el chorro de agua pareció ocultar la conversación, pero no pudo negarla, la persona que estaba siguiendo a Red Hood, era su hermano. Nightwing.
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