Dirty, Little, Traitor [Scaramouche x F!Reader] ¡Español!

El único momento para escapar

Oh, qué poco dormiste anoche.

El polvo en el aire se podía ver como manchas blancas cuando la luz de la mañana brilla a través del cristal.

Solo notaste el pequeño corte rojo en el costado de tu cuello después de quitarte la blusa. Parecía que Chongyun logró cortarte la piel con el mínimo roce de su mandoble después de tu pequeña pelea de anoche. No sentiste nada en ese momento, estabas demasiado concentrada en intentar quitártelo de encima.

La sangre ya se había secado, sólo quedaba una fina línea de piel partida. Menos mal que se curó rápido, estabas segura de que si la costra no hubiera estado allí, habrías podido despegar una sección y tocar el interior.

Te preguntaste adónde se había ido el exorcista. Pero, ¿por qué preocuparse por el paradero de Chongyun cuando en realidad deberías estar esperando la llegada de Scaramouche? No podías creer que no se hubiera presentado en tu escondite incluso después de haber sido visto por un grupo de miembros Fatui.

El guardián de las ruinas de Dottore te había visto a ti y al grupo de la Viajera viajando por la carretera principal hacia el puerto de Liyue. Esa recluta, Maga de Cicin, logró interceptarlos (sin embargo, no fue una gran preocupación ya que está muerta).

Luego, el agente Fatui Kliment te encontró dentro de la ciudad; para tu desgracia, escapó. Scaramouche probablemente estaba informado sobre tu ubicación en el puerto. Luego, esos dos guardias del Banco del Norte, Vlad y Nadia, saben exactamente cómo es tu disfraz. Scaramouche probablemente se caería de la silla riéndose al escuchar sobre tu pequeño cambio de vestimenta.

Por último, el maestro Childe. Después de ese encuentro totalmente innecesario con un grupo de ladrones de tesoros, debió ser pura coincidencia que Childe estuviera presente cuando forzaron a Li Ding a subir sobre ti. Aunque Childe prometió no contarle a Scaramouche que te había encontrado, incluso el más leal puede ver su confianza tambalearse cuando se trata del 11.º Heraldo

Sin embargo, una parte de ti se preguntó qué pasó con los hermanos Li. No te importaba en lo más mínimo el hermano mayor, Li Dang, nunca te gustaron los hombres bulliciosos como él. Pero su pobre hermano menor, Li Ding, no quería nada más que una recompensa por su buen trabajo al secuestrarte. Fue lamentable oírlo llorar mientras sus compañeros de equipo se reían.

Su insignia estaba en el alféizar de la ventana mientras que la de su hermano estaba en el suelo. No te molestaste en tocar ninguna de las monedas esparcidas por tu habitación. Podías adivinar dónde estaban.

Tú sólo veías esas cosas como deseos repugnantes que se apoderaban de las acciones de las personas. Solo sería un inconveniente, por eso aprendiste a olvidar. Por suerte, no necesitabas hacer eso.

De repente, se oyó un golpe rítmico en la puerta, algo que no te sorprendió, pero fue suficiente para hacerte volver a ponerte la blusa. Ni siquiera un segundo después, la puerta de madera se abrió con un chirrido y un sombrero negro apareció en la entrada. Debajo del sombrero, un par de ojos floridos se elevaron y se posaron justo en el lugar donde estabas

Hu Tao miró a su alrededor y, en lugar de molestarse por el desorden, entró y se quedó allí rígida. Apretó sus dos dedos índices de manera infantil y se balanceó sobre sus talones nerviosamente.

—Oye... eh... —la voz de Hu Tao tembló mientras resistía el impulso de reírse —. La próxima vez, trata de no hacer demasiado ruido cuando tengas chicos en tu habitación... el viejo vendrá pronto y empezará a hablar poéticamente sobre el amor juvenil si te oye divirtiéndote arriba.

—Disparé una bala a tu techo.

—Así que son del tipo salvaje, oh Arcontes...

Casi te dan un golpe muy fuerte en la frente en el momento en que Hu Tao empezó a mover las cejas al oír que un chico te había visitado en mitad de la noche. ¡Qué vergüenza intentar admitir que fuiste tú la causa de todo este daño! No creías que ella viera el enorme agujero congelado en el techo, incluso las astillas de madera tenían escarcha.