Dirty, Little, Traitor [Scaramouche x F!Reader] ¡Español!

Las mentiras contadas en nombre del amor

—Por fin está relativamente limpio...

Pasaste casi toda la noche limpiando la sangre seca de tus preciadas pistolas. Te tomó alrededor de un balde y medio lleno de agua y jabón, pero ahora lucían como nuevas, aunque se podía ver unas manchas de color rojo en la base y la punta de la pistola. Solo tardó un poco más hasta la noche.

Qué fastidio... Tonta Maga Cicin... Pensando que está a mi nivel, qué broma.

Sentada en tu habitación con el trasero en el suelo mientras admirabas tu trabajo, mirabas tu arma por si había alguna mancha más que necesitara ser limpiada. Aparte de eso, eran de tu mínimo nivel de agrado. Una pequeña sonrisa en tu rostro mostraba cuánto extrañabas usarlas, no parecías más inocente que una niña jugando con sus muñecas.

—Pew... —apuntando con pereza, disparaste un falso tiro hacia armario —. Wooosh... ¿Qué? ¿Odias el frío...? Bien.

Por suerte para ti, no había nadie allí que pudiera interrumpir tu pequeño juego infantil. Era agradable recordar el pasado de vez en cuando. Seguiste sumergiéndote en los días de gloria, las veces que disparabas a todo lo que se movía e incluso decías una frase sarcástica en medio. Aquellos días...

—Estoy tan aburrida.

En medio de todo eso, recordabas todas las cosas buenas que ya no podías tener. Cada día con Scaramouche estaba lleno de emoción. Los cobros de deudas eran como recados. Los arrestos eran casi como un juego de rol infantil. Las reuniones estaban llenas de patadas y codazos juguetones debajo de la mesa. El entrenamiento...

Por alguna razón, tus pensamientos se detuvieron. Te encontraste rascándote descuidadamente la nuca con la punta del arma mientras intentabas terminar con lo que estabas tratando de recordar. Fuera lo que fuese, probablemente no valía la pena pensar en ello.

Deseaste haberlo notado antes. Deseabas haber notado esos agujeros vacíos en tus recuerdos. Era difícil ubicarte en la sociedad como la parte buena o mala . No existen buenas personas dentro de los Fatui.

Entonces, te imaginaste a una tú más incierta, reduciéndote a una simple mujer y a Scaramouche a un simple hombre.

Una mujer sin su hombre no es nada.

¿Y qué tal si...?

Una mujer, sin ella, el hombre no es nada.

Entonces, así es.

—Oh, Señor Scaramouche... Deberías haber impedido que me fuera.

¿Por qué soy así? Siempre ha sido así, siempre le echas la culpa a los demás. ¿Alguna vez aprenderás? Él intentó impedir que te fueras, todo fue culpa de la Viajera. Engañándote con promesas vacías y palabras que sonaban maravillosas. Las palabras de Scaramouche no eran más que la dolorosa verdad, y aun así querías alejarte de aquello.

Pensaste que podrías estar a salvo si te ibas con la Viajera, pero tus problemas nunca se resolvieron realmente. Como le dijiste a Childe antes, Lumine debía haber tenido otras personas como tú antes. Nadie puede entender cómo confiaste tu vida tontamente a este extraña. Fue como un anzuelo y una trampa, te sacaron del agua como un pez y te arrastraron a lo largo de un peligroso viaje que no te condujo a ningún santuario.

Llegados a este punto, poco a poco te diste cuenta de que no eras una buena persona, nunca lo fuiste. Después de que te dijeran que solo te obligaban a seguir órdenes escandalosas, te sentiste totalmente fuera de la realidad. Estabas segura de que tenías control total sobre tus acciones, pleno control de tus pensamientos cuando cometías arrestos violentos.