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Athanasia miraba atentamente a su hermano mayor. Athan parecía estar tan sumergido en sus pensamientos que ni siquiera había bebido un solo sorbo de su té.
La más joven era consiente de lo que le sucedía a su hermano mayor. Incluso ella se encontraba demasiado angustiada sobre la noticia que habían recibido hace unos días atrás.
──Madre...¿no dijo nada?── decidió preguntar finalmente. Después de lo que ocurrió en la fiesta de cumpleaños del príncipe heredero, la Emperatriz se había confinado en su dormitorio. No deseaba ver a nadie, era lo que ella decía apenas recibía la visita de alguna persona. Athanasia intentó acercarse primero a ella, deseaba ver su estado, pero la mujer que la había criado decía no querer verla por el momento. Debía sentirse afortunada que su hermano mayor la recibiera en el día de hoy después de tres intentos fallidos.
──¿Qué diría al respecto?── contra preguntó el mayor con un tono de voz seco. La princesa tuvo un incontrolable temblor ante aquella pregunta. Su hermano en serio estaba enfadado ──Ella solo gritó y se fue. Nada más.
──No tienes que angustiar te.── suplicó la joven mientras tomaba la mano del mayor entre las suyas ──Querido hermano, nada de lo que sucedió hace días atrás va a cambiar algo. Todo continuará con normalidad.
──¿Eso crees?── Athan miró seriamente a su hermana menor. Su mirada azulada asustaba a la princesa. Era como ver a una persona completamente distinta para ella, alguien extraño ──¿Crees que todo seguirá siendo normal?, el maldito perro del ducado Alpheus presentó a esa bastarda con un único propósito.── de repente, la mano del mayor golpeó la mesa eh hizo que los postres y las tazas de té se volcaran. Athanasia cerró los ojos con fuerzas y aguardó a que toda la ira de él se calmara estando completamente quieta. Las sirvientas y los mayordomos, eh incluso los soldados, temblaron de terror ante aquella conducta del príncipe heredero ──Quitarme lo que me pertenece. Adueñarse de lo que es mío por derecho y dejarme con la maldita miseria.
──Hermano...eso no es-...
──¿Qué es lo que dirás?── repentinamente, la mesa voló de su lugar. Athan sujetó a su joven hermana de las mejillas con fuerza y miró sus ojos con demasiada ira ──¿Acaso dirás qué es imposible que me arrebaten la corona?, ¿mí título como heredero?, ¿mí derecho a gobernar?. Deja de ser tan ingenua, hermana mía. Esa bastarda llegó para dejarme a mí y a ti en la pobreza. ¡Utiliza tu cerebro una vez!
──Discúlpame hermano, no diré nada más.── suplicó la rubia. El príncipe soltó a la menor y ella volvió a respirar con calma.
Definitivamente era una persona completamente distinta. Athanasio nunca actuó así, ni siquiera cuando se enfurecía por otros motivos. Él nunca ocasionó un caos como esté.
──¡Fuera todos!── ordenó el heredero a cada sirviente y soldado dentro de la sala ──¡Quiero estar a solas con la princesa Athanasia!, ¡ya, fuera!── volvió a exigir. Cada persona, excepto la princesa, se retiraron cuanto antes del salón como había sido ordenado.
