Esposa por contrato

C24

Narra Danissa
Viernes

El día de ayer, mientras cenábamos, Alexander me sorprendió con una pregunta que no esperaba: "¿Te gustaría ir al cine conmigo?". Me tomó un momento responder, no porque no quisiera, sino porque hace tanto tiempo que no voy al cine

Actualmente estoy sentada en mi escritorio, frente a la pantalla del ordenador, respondiendo correos. La monotonía de las palabras escritas me envuelve, y aunque intento mantenerme enfocada, mi mente regresa constantemente al momento en que Alexander me invitó.

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Narra Alexander

El bullicio del cine nos envuelve mientras avanzamos lentamente en la fila para comprar las golosinas. Las risas de niños emocionados, el murmullo de conversaciones y el aroma tentador de las palomitas recién hechas crean un ambiente que me resulta reconfortante, casi familiar. Danissa está a mi lado, más animada de lo que la he visto en días, hablando sobre lo mucho que le emociona ver Coco.

Cuando por fin es nuestro turno, nos acercamos al mostrador y pedimos palomitas mitad acarameladas y mitad de queso, una combinación que, según Danissa, es "la fórmula perfecta". Para beber, optamos por sodas, porque qué sería de una visita al cine sin esa chispa refrescante que acompaña las palomitas. La empleada del cine nos entrega nuestras compras con una sonrisa, y nos dirigimos a la sala, donde el aire acondicionado y la oscuridad nos dan la bienvenida como si fueran un abrazo silencioso.

Nos acomodamos en nuestros asientos justo a tiempo para los cortos. Las luces aún están tenues, y en la pantalla comienzan a desfilar los avances de próximas películas. Todo transcurre con normalidad hasta que aparece el tráiler de una película de suspenso. La música inquietante y las imágenes cargadas de tensión parecen envolver la sala. Es en ese momento cuando siento a Danissa dar un pequeño salto en su asiento, sobresaltada. Antes de que pueda reaccionar, ella se inclina hacia mí, cubriendo su rostro contra mi hombro

El tráiler termina, y como si la sala entendiera la necesidad de alivio, las luces se apagan por completo y la pantalla se llena de tonos vibrantes que anuncian el inicio de Coco. Danissa se acomoda en su asiento, aún aferrada al borde de la cajita de palomitas, y yo me recuesto, dispuesto a disfrutar de la película.

No puedo evitar mirarla de reojo. Hay algo en su forma de concentrarse, en la manera en que sus labios se curvan apenas en una sonrisa cuando aparece el pequeño Miguel en pantalla, que me hace olvidarme por completo de la película. Es como si la sala entera se desvaneciera, dejando solo este momento en el que todo parece más sencillo, más ligero.

El aroma de las palomitas acarameladas flota en el aire, y en un impulso silencioso, ella extiende la cajita hacia mí.

- Prueba estas, están mejor que las de queso - dice en un susurro, como si temiera interrumpir la magia de la película.

Conforme avanza la película, Danissa se deja llevar por la historia. Hay momentos en los que parece contener el aliento, como cuando Miguel cruza al mundo de los muertos por primera vez, y otros en los que sus ojos se llenan de lágrimas, especialmente en las escenas más emotivas. Durante una de ellas, sin que ninguno de los dos lo planee, nuestras manos se encuentran en el portavasos compartido. Es un roce leve, casi accidental, pero ninguno de los dos lo retira.

En los últimos minutos, cuando la voz de Miguel resuena con "Recuérdame" y las emociones alcanzan su punto más alto, noto que Danissa está llorando en silencio. Sus lágrimas caen despacio, y yo, sin pensarlo demasiado, le extiendo una servilleta

Una vez que se termina la pelicula salimos de la sala, con el crujido de las cajas vacías de palomitas bajo nuestros pies y las voces de los demás espectadores llenando el aire, no puedo evitar sentir que esta salida al cine fue más que una simple distracción.

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Narra Alexander

Cuando salimos del cine, la noche ya había caído completamente, y la brisa fresca me hace abrazarme a mí misma por el frío.

- ¿Te apetece una pizza?".

Por un momento considero la idea, pero la verdad es que tengo otro antojo en mente.

- No, mejor cenemos sushi - sugiero

Asiente sin discusión. Nos dirigimos al restaurante de sushi más cercano, un pequeño lugar acogedor con luces cálidas que contrastan con la fría noche. Hacemos nuestro pedido: unos rollos tempura, sashimi y un par de nigiris . Mientras esperamos, hablamos de lo bien que estuvo la película.

Una vez con la comida en nuestras manos, volvemos a casa. El ambiente en el interior es cálido y acogedor, como si nos invitara a relajarnos y disfrutar del momento. Preparo la mesa con rapidez mientras Alexander organiza los paquetes con precisión. Nos sentamos, y poco a poco, entre bocados de sushi y sorbos de té, la conversación fluye hacia la película.

- Creo que lo mejor de Coco fue cómo lograron capturar la esencia de la familia - comenta Alexander, dejando sus palillos a un lado - y cómo el recuerdo de los que amamos nunca muere si los mantenemos en nuestra memoria

- Sí - asiento, recordando las lágrimas que solté en la sala - es un recordatorio de lo importante que es valorar a quienes tenemos cerca, incluso cuando las cosas no son perfectas

Después de un momento, se inclina un poco hacia adelante, apoyando los codos en la mesa.

- Y hablando de valorar lo que tenemos... - comienza con cautela, como si estuviera tanteando el terreno - ¿Has pensado en lo que mi propuesta?

Por un instante, el mundo parece detenerse. Sé exactamente a qué se refiere: su propuesta de matrimonio en la oficina. Lo había tomado por sorpresa en ese momento, y mis emociones estaban tan mezcladas que solo pude pedirle tiempo para pensarlo. Ahora, bajo la tenue luz de nuestra sala, siento que este es el momento adecuado para darle una respuesta.

- Sí - digo finalmente, rompiendo el silencio. Lo miro directamente a los ojos, tratando de transmitir la mezcla de nerviosismo y determinación que siento - y la respuesta es que sí, Alexander. Quiero casarme contigo

Por un instante, parece que las palabras tardan en llegar a él. Pero cuando lo hacen, su expresión se transforma en una mezcla de alivio

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C24 publicado el día sábado, 22 de febrero de 2025, 23:30 p.m 

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