Capítulo 30 - Te estás enamorando

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Riker: Ross por favor -bufó- no seas estúpido y díselo.
Ross: No quiero que piense que soy un egoísta que solo la quiero para mi solo, aunque sea verdad -metió sus dedos entre su cabello y tiró de los extremos- No quiero que piense que solo quiero que esté conmigo y con nadie más, aunque sea verdad. No quiero que sepa lo mucho que la amo y que moriría por estar con ella, porque llegará un día en que ella se cansará de mi, y no quiero que se sienta entre la espada o la pared -aspiró su nariz y se secó los ojos- ¡Por eso no quiero decírselo!

Un silencio se apoderó de la noche.
Ya eran las dos de la mañana, todo el bosque dormía.Solo se escuchaba el silbido del viento chocar en los cristales.
Un crujido de rama pisada hizo despertar al bosque.

Xxx: Pues lo acabas de hacer.

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NARRA ROSS

Ross: Esa voz...-susurré.

Y de repente mi cuerpo se quedo inmovil,congelado, paralizado. Los latidos de mi corazón se aceleraron en cuestión de segundos. Mis pupilas se dilataron. Aunque esa noche era una de las más frías mi cuerpo estaba caliente, cualquiera que en ese momento que me tocase se quemaría, sin exagerar. Unas gotas de sudor humedecieron mi cabello. Tragué saliva para intentar hidratar mi seca garganta. Apreté mi mandíbula y me volteé lentamente hasta encontrarme con su mirada, sus almendrados ojos color café miraban fijamente a los míos, sus rosados labios mostraban una curvatura perfecta, lamí los míos imaginándome las cosas que esos delgados labios podrían hacer. Su cabello color miel se movía desordenado de lado a lado por la corriente de viento. Mis manos comenzaron a sudar, no podía dejar de mirarla, la temperatura de mi cuerpo aumentó, si antes estaba caliente ahora estaba que ardía. Mi cabeza miraba a sus zapatos, luego se iba levantando poco a poco, miraba sus delgadas piernas descubiertas. Levanté un poco más la mirada y miré su cintura, esa pequeña cintura que me moría por abrazar, esa cintura que cada vez que la tocaba se me erizaban los bellos de todo el cuerpo. Luego me fijé en su pecho, no estaba tan desnudo, el cuello de su vestido no me dejaba ver más de lo deseado, ella siempre se quejaba de que no tenía demasiado pecho, de que era como una hoja de papel, totalmente plana, yo me reía cada vez que le oía decir eso. Luego pasé a su cuello, ese cuello que tan delicioso se me hace cada vez que lo beso, que lo muerdo, ese cuello en donde me encanta refugiar mi rostro y sentir su dulce aroma. Y pronto mi mirada se volvió a cruzar con la de ella. Sus ojos se tornaron, mostraban una pequeña arruga de enfado. Pude haberme pasado horas y horas contemplándola, recorriendo con la vista cada esquina de su perfecto cuerpo, pero un comentario suyo me volvió al mundo real.

_____________(tn): Veo que ya has dejado de chequearme -colocó su mano derecha en su cadera- ¿Ahora podrías decirme qué es lo que pasa?


No respondí, no tenía palabras en ese momento, básicamente.

Riker: -aclaró su garganta- Eh, creo que será mejor que me vaya. -Yo asentí con mi cabeza.

Y tan pronto como lo dijo sus pies pusieron rumbo contrario para entrar en casa, desapareciendo en la oscuridad de la noche.

_____________(tn): -siguió a Riker con la mirada y luego la volvió a posar en mi- ¿Y bien?


Respiré profundo. Ya era hora de armarme de valor, de dejar de ser un cretino, de decir todo sin importarme el resultado. hora de la verdad.
Tenía mucho que perder si no lo hacía.
Saqué las manos de mis bolsillos y me dirigí hacia ella, en esos momentos de tensión solo quería abrazarla, correr a ella y alzarla en brazos haciendo que sus piernas se colocaran a los dos lados de mi abdomen. Pero sabía que si hacía eso lo único que conseguiría sería una de sus bofetadas. __________(tn) no es de las que con un simple beso o regalo caro se olvida de los problemas, ella siempre busca explicaciones. siempre quiere respuestas. es una chica muy difícil. orgullosa. sabe lo que quiere, y hasta que no lo consigue no para. nunca cierra la boca, habla y habla, eso a veces me saca de quicio. es una maldita cabezota, le encanta llevar la razón. Pero son ese tipo de cosas por las que sé que es ella realmente, que no intenta engañar ni aparentar como otras tías que solo querían mi atención. Son ese tipo de cosas que hacen que sepa que he dado con la persona indicada, con la persona que realmente me quiere por cómo soy y no por lo qué soy. Con la persona que sería una madre perfecta de mis hijos, una mujer ejemplar, una amiga única.
Porque son ese tipo de cosas por las que sé que estoy verdaderamente enamorado de ella.

¿Contigo? Hasta el infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora