¡Entiende que soy beta! - KookTae

Capítulo 26

Después de cenar y saludar a gente desconocida era hora de volver a casa, solo debía sonreír y esperar a que fuera media noche para el brindis ya que luego de eso irían a casa.

Las cosas no fueron tal mal después de ese odioso omega pero tampoco las disfrutó demasiado, nunca faltaba el imbécil con complejo de superioridad que alardeaba de sus privilegios o propiedades. Cerca de las doce todos ya tenían sus copas en mano preparadas, al ser media noche en punto todos alzaron sus manos con ellas para exclamar un salud colectivo y beber en conjunto con el ruido afuera de los fuegos artificiales a los que salieron a admirar después de unos minutos a excepción de ellos porque Hyuna quiso aprovechar la distracción para volver a los autos con un notable mal humor. Como si fuera magia, Jimin volvió a aparecer junto a ellos algo desalineado en conjunto de un gruñido de Yoongi a lo que Soyeon rió en respuesta y Taehyung no pudo evitar acompañarla. La mano de Jungkook se mantuvo sobre la suya todo el tiempo, incluso cuando entraron a la camioneta y parecía ido, el omega sospechó que tenía que ver con su hermana.

¿Qué se supone que se dice a la hora de hacer sentir mejor a otra persona? Taehyung no tenía mucha experiencia en ello, cuando se trataba de Jin cocinaban o se dedicaban a auto mimarse dentro de lo que se podía y con Hoseok hacían karaoke o bailaban además de beber con Hyunjin ¿Qué haría con Jungkook? ¿Abrazarlo? Bufó desde su lugar obligando a su mano a quedarse en el lugar, no podía apartarse ahora por impulso y su lobo ayudaba demasiado a quedarse ahí aunque su lado racional en parte quisiera poner distancia.

Cuando llegaron a casa vio por la ventana a Soyeon bajando del auto de su padre con emoción mientras que este abandonaba el lugar del conductor con una sonrisa, la pequeña no dejaba de llamarlo agitando sus manos con emoción.

Sintió a Jungkook tirar de su mano, era hora de bajar. El alfa no lo soltó en ningún momento, sonrió al ver a su sobrina pero no parecía ser de ternura, parecía más estar triste y cuando quiso notarlo ya tenía los ojos llorosos por lo que Taehyung lo abrazó mientras el resto de la familia se adentraba a la casa. El omega hizo que el castaño se diera la vuelta quedando ambos frente a frente mientras acariciaba su cabello inclinando la cabeza del otro con su mano de manera que su rostro quede muy cerca de su cuello. Lo bueno de estar marcado era que inevitablemente empezaba a empatizar con el alfa y podía calmarlo.

Taehyung levantó la vista encontrándose con Hyuna y Yoongi en el umbral de la puerta, el segundo simplemente volvió adentro cuando fue visto y Hyuna fue llevada adentro por su hija quien gritó algo de "Necesitan privacidad".

—Lamento hacerte esto ahora, se supone que es navidad y debemos ser felices —murmuró Jungkook correspondiendo al abrazo por fin.

—Te dije que iba a abrazarte cuando te sintieras así además de que mi lobo no puede ignorar la forma en que te sientes, es inevitable supongo —empezó a jugar con los mechones que antes acariciaba. — ¿Dónde está escrito que debemos ser felices? No se puede serlo todo el tiempo, es natural que estés triste y extrañes a alguien que fue vital para ti.

—Se que debemos ir adentro pero esto es reconfortante —Taehyung fue consciente de sus manos y que el alfa ya estaba bastante calmado por lo que rompió el abrazo. — ¿Qué? —preguntó el castaño cuando el omega lo evaluó de pies a cabeza.

—Veo que estás mejor y hasta puedo sentirlo, será mejor que volvamos con tu familia ¿Bien? —el mayor lo soltó del todo para empezar a caminar a la puerta, el alfa emitió un quejido por lo bajo. —Deja de hacer eso, pareces un berrinchudo.

— ¿Entonces no puedo hacer berrinches? —el omega se lo imaginaba haciendo pucheros mientras caminaba desganado detrás de él. —Que malo eres, Tae.

El mencionado negó adentrándose a la casa con el alfa detrás de él, ambos llegaron a la sala cuando Soyeon estaba en medio de ella abriendo sus regalos con mucha felicidad mientras era admirada por toda la familia. Taehyung no pudo evitar sonreír cuando la niña abrazó a su padre, eufórica. La armadura soberbia y orgullosa de Yoongi fue destruida en segundos.