Capítulo 39

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Taehyung caminaba por el medio de la calle fingiendo que no iba hacia ellos pero se detuvo de golpe cuando estuvo frente a la puerta del piloto, por suerte este tenía la ventana baja por lo que no le costó introducir la mano para sujetarlo del cuello de la camisa de este bajándolo. El otro pareció entrar en una especie de shock por la sorpresa, y ahí estaba el tatuaje del emblema del escorpión, el mismo que poseía su familia.

Abre la jodida puerta ―ordenó fuera de sí, el tipo era alfa por lo que no tardó en obedecer. De nada, supongo que estamos en paz. Más tarde vería el tema con su lobo. Sacó al tipo del auto empujándolo al suelo. ―Ni se te ocurra intervenir, alfagruñó cuando notó la presencia de Jungkook cerca y se dedicó al tipo en el piso. ―Deberías empezar a rezar o algo porque el tatuaje en tu cuello marcó tu fin, ellos saben muy bien que no deben meterse en mi vida y dile a mi padre que-

―No nos mandó su padre, sino su abuelo ―habló el acompañante quien había bajado del auto. ―Es de su padre de quien nos mandó a protegerlo, todos rechazamos a ese traidor.

El omega no podía dar crédito a lo que escuchaba ¿Su abuelo? Ese viejo solo había observado sus desgracias desde lejos sin rechistar. Su mandíbula se apretó de tan solo tener en cuenta de que lo que salía de la boca de estos tipos fuera real pero por más que quisiera no tenía mucho sentido ¿o sí? Tal vez podría ir y averiguar la verdad por sí mismo.

―Tengo una idea ―canturreó el omega con emoción fingida. ―Jungkook alfa va a volver a casa a preparar un postre rico y una bañera llena de agua caliente porque más tarde la voy a necesitar, mientras yo voy a resolver estos dilemas familiares porque evidentemente abuelo y padre para mí son las mismas enfermedades.

―Tae... ―murmuro el alfa preocupado.

―Estaré bien ―dijo el nombrado soltando al alfa en el piso. ―Solo vuelve a casa, no me va a tomar mucho.

El peli negro le hizo una seña a los alfas de que se subieran al auto pero no sin antes quitarles las armas para subirse él en los asientos traseros, la duda y el enojo ocuparon demasiado y terminaron opacando la preocupación y el miedo. Taehyung sintió el peso de las armas en sus manos lo que le generó un sentimiento extraño, como si fuera familiar pero no las había tocado en años y apenas recordaba cómo se usaban.

No se habló palabra alguna hasta que llegaron a una imponente casa en los barrios privados y más prestigiosos de la ciudad, aburrido, Taehyung abandonó el auto detrás de los alfas en la entrada.

Las personas que cruzaba le hacían reverencia y murmuraban cosas inentendibles, no recordaba mucho de los lemas de los clanes ni nada de esas cosas ya que se alejó de ello iniciando la adolescencia y tampoco eran momentos que le agradara recordar.

Los alfas se detuvieron después de dar un paseo por los pasillos según Taehyung. La puerta era diferente al resto de la casa.

―Usted debe pasar, nosotros no tenemos permiso en estos momentos ya que usted está aquí ―dijo el que antes había derribado en el suelo.

Taehyung empujó las armas en sus direcciones para rodar los ojos y abrir la maldita puerta de una vez, respiró hondo apreciando la expresión en la cara del viejo ¿Sorprendido y feliz? Cerró la puerta detrás de él con cuidado para después avanzar hasta estar en frente del escritorio, él lo recordaba más grande.

―Vine en busca de respuestas ―se apresuró a decir bajo la observación atenta de su abuelo, tanta atención por parte de este lo ponía nervioso.

―Pero mira cuanto has crecido, realmente eres tu ―habló con la mirada fija en su cuerpo hasta llegar a su cuello y después su cara, le dedicó más tiempo a su cara.

¡Entiende que soy beta! - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora