Ir a la escuela con tus amigos es un mundo completamente distinto al que estoy acostumbrada, el caminar junto a Dylan me provee de un escudo invisible que me convierte en intocable, es casi impresionante como él simplemente camina apartando a la gente sin decir una palabra. Su seguridad, su porte, su estilo, incluso esa amabilidad agresiva con la que le habla a los demás lo hace una especie de líder entre las personas de mi edad.
Por otro lado, Rosa es tan amable conmigo que me cuesta creer que sea real. Siempre carga consigo fruta para quienes ve hambrientos en la escuela, así como es el tipo de persona que libera arañas en los jardines para no matarlas y siempre trata de no pisar insectos cuando camina en la calle. Una amante de la vida en su máxima expresión, muy distinta de Dylan, pese a ello, se llevan bastante bien.
—Esas huaraches son horrendos —se queja Dylan.
—Tu actitud es horrible y no te lo ando diciendo a cada rato —replica Rosa de mal humor.
—¿Te quieres morir, hippie de cuarta? —le pregunta de mal humor y Rosa se para muy firme frente a él.
—No olvides que yo te enseñe a pelear, Florecita —le responde y yo abro muchos los ojos, sintiendo que debo hacer algo para calmar la situación.
—No peleen —digo con voz suave de forma casi inaudible.
Excelente, Jazz. Eres una genio.
—Es adorable —dice Rosa casi susurrando con una mano en su pecho mientras me mira con ternura.
—Tan adorable —repite Dylan con el mismo gesto que su amiga.
—Ustedes me dicen eso bastante —me quejo con una sonrisa forzada.
—¿Y no escuchas cuando te digo que uses crema corporal? —se queja Dylan con los brazos en su cadera y camina hacia mí—. Pero mira esa piel reseca y llena de imperfecciones, ¿qué jabón usas para lavar tu rostro en las noches?
—¿Neutro? —respondo con una ceja alzada y Dylan pone una mano en su frente, como siempre que finge estar al borde del desmayo.
—A veces me desespera no saber por cuál problema tuyo iniciar —se queja y baja la mano para verme con una pequeña sonrisa—. Hoy iremos de compras y te quedarás en el departamento, te enseñaremos tu nueva rutina de noche.
—¿A dormir? —pregunto un poco asustada.
—Por supuesto —dice Dylan mientras Rosa aplaude complacida—. Aprovecharemos para enseñarte cultura general y veremos la saga de Crepúsculo.
—No me gustan esas películas —se queja Rosa—. Edward me pone los nervios de punta.
—Uh, hay que hacer un drink game —propone Dylan y Rosa parece meditarlo con una mano en su barbilla mientras miro a todos lados, confundida por lo que está sucediendo.
—Me convenciste —le dice contenta y ambos me miran sonriendo.
—Está decidido —dice Dylan dando un aplauso y me señala—, Jazz llama a tu casa, después de clases iremos de compras y de ahí a mi departamento.
—No traigo mi cepillo de dientes —respondo riendo nerviosa.
—Te compraremos uno —replica Dylan sonriendo.
—Uno ecológico —remarca Rosa y Dylan hace una mueca de disgusto pero parece aprobar la idea.
—¿Y mi pijama? —respondo cruzando mis brazos.
—Te prestaremos una —responden al unísono.
Me quedo con la boca abierta tratando de pensar en otra excusa para no ir con ellos, si bien, realmente me causa curiosidad ir a una pijamada, algo completamente nuevo para mí, no creo que algo tan apresurado vaya a salir bien. Pese a ello, no puedo pensar racionalmente cuando ambos me miran con sonrisas auténticas, esperando mi aprobación a su plan extraño para pasar la tarde.
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¿Qué hacer antes de morir?
Genç Kız Edebiyatı«Jazmín Pérez. Hija del respetable abogado Julián Pérez y de la famosa psiquiatra Julia Ortega-Núñez, conocida por sus libros sobre crianza. Hermana de Joseph Pérez, el prodigio musical de Tijuacali con solo nueve años y José Pérez. Miembro del cuad...