Hoy se cumple exactamente un año desde la muerte de Joseph. Todos los años, la Orquesta infantil lanza un concierto navideño, uno en el que Joseph participó el año pasado, este año, han decidido hacer también un show de talentos en honor a la competitividad de mi hermano menor. Después una pequeña feria navideña, donde habrá una ceremonia para ponerle una placa conmemorativa a mi hermano en el salón de música donde solía practicar.
En cierto sentido, esto es bastante alegre y nostálgico.
Miro el concierto navideño con nostalgia, como si el espíritu de Joseph estuviera tocando con ellos, es una réplica exacta del concierto del año pasado, inclusive la silla donde estuvo Joseph sentado está vacía. Miro a mi madre, que sostiene fuertemente mi mano, mientras se esfuerza para no soltarse en llanto pensando en mi hermano. Junto a mí, está mi padre con su novia, Renata, la cual le sostiene la mano con una sonrisa amable y mi padre le dedica una sonrisa cada cierto tiempo. Del otro lado de mamá, está José, el cual tiene las manos llenas de pintura que no ha podido quitarse. Pasó toda la noche fuera de casa y regresó hoy en la mañana a dormir una siesta y bañarse para el concierto, si mal no recuerdo, este centro cultural es el mismo en el que hizo servicio comunitario.
El concierto termina con una ovación, muchos de los niños están llorando discretamente, supongo que tampoco es fácil para ellos ver esa silla vacía. Muchos de ellos aprendieron a usar instrumentos junto a Joseph, crecieron con él, son una comunidad muy cercana, seguro que también lo veían como un hermano más.
Es curioso pensar que nos sentimos insignificantes, como un pequeño grano de arena en la playa. Creemos que, si desaparecemos, nadie lo notaría y nunca haría ninguna diferencia, cuando no es cierto. No somos granos de arena, somos seres humanos, sostenidos por una serie de vínculos con todas las personas en nuestras vidas. Hay lazos débiles y lazos fuertes, todos importan porque, cuando estos se cortan, puedes sentirte más ligero y mientras más fuerte era el vínculo, es más fuerte el sentimiento de vacío cuando desaparece. Hay veces que cortar ese vínculo puede derrumbarnos, pero jamás estaremos en el suelo, porque jamás estaremos solos. Eso es algo que he aprendido este año, algo que creo que todos en mi familia lo han aprendido.
Una vez que acaba el concierto, nos invitan a la feria navideña, organizada por la directora del lugar para recaudar fondos para mantener el lugar. Observo el centro, sorprendida de lo mucho que ha cambiado en un año, se ve más lleno de vida con los adornos navideños, hay demasiados muchachos ayudando, los cuales saludan a José, cosa que nos sorprende.
—Ven acá, pequeño genio —dice la voz de una muchacha alegre y abraza a José por la espalda, mientras él ríe nervioso. La muchacha tiene el cabello rizado adornado con una diadema de cuernos de reno navideño, usa un suéter rojo tejido y sacude el cabello de mi hermano mientras no deja de agradecerle.
José sonríe de una forma que nunca lo había visto sonreír, de forma amplia con sus mejillas ligeramente rosadas mientras la ve, sus ojos brillan de felicidad y él se ve como el chico de quince años que siempre ha sido. Nos voltea a ver y su rostro se apaga para aclararse la garganta y señalar a la muchacha con una mano.
—Les presento a Daniela Medina, la organizadora del evento —nos dice mi hermano y Daniela nos saluda con energía desde su lugar—. Señorita Daniela, ellos son mis padres, Juan y Johana, mi hermana Jazmín y la novia de mi padre, Renata.
—Debes ser nueva, jamás te habíamos visto —dice mi padre estirando su mano para que Daniela la estreche, mientras la ve de forma curiosa.
—Algo así —responde Daniela sin dejar de sonreír y suelta la mano de mi padre para vernos apenada—. Estoy muy entusiasmada por este festival, jamás habría sido posible de no ser por chicos tan maravillosos como José.
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¿Qué hacer antes de morir?
Genç Kız Edebiyatı«Jazmín Pérez. Hija del respetable abogado Julián Pérez y de la famosa psiquiatra Julia Ortega-Núñez, conocida por sus libros sobre crianza. Hermana de Joseph Pérez, el prodigio musical de Tijuacali con solo nueve años y José Pérez. Miembro del cuad...