Apodos

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-Mira Caroline, lo único que puedo decirte, es que no te acerques a ella, en serio. -la miré fijamente y pude notar, incluso, un poco de temor en sus ojos- Hey! -le abrazé del hombro -Tampoco es para que te pongas así, es como si hubieses quedado mal después de lo que pasó, no es para tanto, relájate.

-Emma, llevo sólo un día en ésta escuela y acabo de ver una pelea, eso no es nada normal, por lo menos no para mi en el primer día.

-Okey, te entiendo, aunque no fue una pelea... Y creo q tendrás que acostumbrarte al tener a Amber en la misma aula, ella siempre arma conflictos. -hice una mueca y seguimos nuestro camino.

-Hey chicas, ya me tenían preocupado -dijo Sam parandose rápidamente.

-Qué nos podría pasar en la escuela -cargué la palabra escuela- Niño sobreprotector.

-Uhm... Estás bien Emma? -dijo él confundido.

-Si, todo bien -dije seca.

-Caroline...? -dijo Sam buscándo respuesta.

-A mi no me mires... -corrió la mirada a otra parte.

-Sam, que no ha pasado nada! -seguí caminando hasta llegar al lado de Thomas y me deslisé por la pared, hasta estár sentada junto a el.

-Qué tal chica misteriosa -alsó una ceja.

-Me coqueteas otra vez chico aplicado? -copié su gesto.

-Si para tí coquetear es poner apodos, pues tu también estás coqueteando conmigo... Chico aplicado -copió mi voz y sonrió hacia el lado.

-Touché...

-Entonces... No dirás nada más? Sólo touché? -dijo siguiendo la conversación.

-Y qué quieres que diga? Que sí coqueteo contigo? -alcé una ceja nuevamente.

-Sólo si es verdad -se encogió de hombros.

-Entonces... No... Y aunque lo estuviera haciendo te diría que no -sonreí.

Me quedó mirando con una alegría muy escondida en su rostro, pero sus ojos lo delataban. Cuando por fín se le vino algo a la cabeza, e iba a decirlo, tocaron el timbre, me paré de inmediato y entré al aula, dejándolo sin oportunidad de responderme.     

Nos tocaba música, me encantaba, en serio, era uno de mis ramos favoritos, no podía negarlo, amaba la música! Okey me calmo.
El profesor todavía no llegaba, odiaba eso, los profesores podían demorarse el tiempo que quisieran, pero si nosotros, los alumnos, llegábamos un minuto atrasados, nos mandaban a la oficina de inmediato, sin pensarlo dos veces... Pero era música, así que no reclamaría nada.

Alice llegó corriendo a mi lado, se sentó y no me dijo nada, respiró profundamente y soltó todo el aire que tenía en sus pulmones, bueno, no todo, si así fuera, habría muerto.

Estaba actuando raro, es decir, llegó corriendo, se sentó a mi lado sin siquiera mirarme, e hizo como si nada hubiese pasado. Venía muy acelerada y de un momento a otro actuó muy calmada.

-No dirás nada? -le dije mirándola casi como si fuera su mamá.

-Decirte?... Algo? ...Uhm algo cómo qué? -dijo con voz nerviosa, pero nerviosa? Por qué nerviosa?

-Estás nerviosa? -alcé una ceja.

-Nerviosa? Yo? Pff... Claro que no! Por qué lo estaría? -habrió sus ojos, esperando una respuesta.

-Estoy 100% segura de que estás nerviosa, y sábes por qué mi querida amiga? -dije acercándome más a ella.

-Uhm... Cómo lo sabría? Tengo cara de genia? Pues no lo creo, o tú me crees genia? Porque si es así, sería fantástico...

-Ya cálla! -le interrumpí y agachó su mirada -Sólo debías preguntar por qué. Bueno, sé que estás nerviosa y que me escondes algo, porque haces muchas preguntas, y no me digas que no te diste cuenta -solté una risita.

Levantó su cabeza y me miró con cara de cachorrito empapado.

-Y bueno, me dirás qué es lo que ocurre? - le dije con voz de confianza.

-Bien, lo que pasa es que...

Magnífico, el profesor se demoró casi diez minutos y llega justo en la mejor parte. Un aplauso mental por favor, gracias.

Ay Emma! Por qué dejaste a Thomas! Yo ya quiero que se besen.
Gracias lectoras por seguir la novela <3 las amo <3

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora