Los pasillos del Castillo Kaggeholms estaban cargados de historia qué paulatinamente Amelia iba presentándoles a través de recorrido con un tono gentil y servicial y con una sonrisa alegre.
Simon está extasiado sus ojos viajaban de un lado al otro, boquiabierto y incapaz de enfocarse en una única cosa, los pasillos, los techos, las paredes, decoraciones. Todo era tan extravagante y único, digno de ser visto y detallado con más tiempo del que dispone.
Para Simón esto era especial, al contrario de los otros invitados, en el pasado, él no había tendió el mismo privilegio de observar algo si quiera comparable.
La realidad es externa, existe independientemente de tus propias creencias y aún Simón está consiente de las familias que lo rodean, una parte de su cerebro no puede procesar que la mayoría de ellos fueron criados y residen en lugares como estos. Le parecer absurdo pensar en su propia familia viviendo en un lugar así. No solamente, por el tipo de familia que son, o porque este lugar es totalmente contrario a la casa en donde él se crió, sino también porque la simple imagen de su hermano maldiciendo al bajar las finas escaleras, con un ceño frunciodo y su camiseta de Garfiel de "odio los lunes" lo más chistoso que pueda existir
El único lugar en el que había estado que podría llegar a ser comparable es el mismo Chilton. Que al contrario de Kaggeholms es un lugar oscuro, antiguo y húmedo, hasta el punto de resultar deprimente, con una ausencia de arte tan gran que le parece decepcionante, sin contar que mucho del misticismo y a su vez de ese efecto"mágico" se pierde al ser este su lugar de estudio.
En Alemania existían diferentes monumentos históricos pero debido al desprecio que sientes los alemanes por su pasado Político-Social, se eliminaron los fondos para las restauraciones y mantenimiento de estos y en su mayoría lentamente fueran quedando en el olvido. Siendo sinceros la mayoría podrían considerarse ruinas a comparación de Kaggeholms.
Debido a lo anteriormente dicho, Simon poseía una mirada totalmente diferente de lo que lo rodeaba. Él era capaz de apreciar lo excepcional que era aquel lugar, por lo que es y no por la familia a la que pertenece.
Su intriga y curiosidad artística habían tomado el control de sus emociones. Se sentía como un niño en un a juguetería incapaz de decidir que llevar. Constantemente se veía en al obligación de tomar profundas respiración y contraer su rostros esforzándose por ocultar la emoción que sentía y que al parecer el resto e los invitados carecía. Ellos parecían estar mucho más interesados en la princesa.
Amelia los guió por un largo y delgado pasillo, con diferentes ramificaciones. Pisos de mármol cuadriculados en blanco y negro, muros y techos forrados en madera oscura, decorados por una seria de retratos hechos a mano de cada monarca Sueco de la historia en las últimas tres décadas.
Por otra parte, Wilhelm estaba lejos de maravillarse, para él era como estar en una especia de retorcido sueno psicodélico. Su ansiedad estaba detonada, cada uno de los bellos de su cupo, se habian erizado, se sentía asfixiado, por la frustración y por sus profundos deseos de quebrarse a llorar. Sabia que tendría que resistir máximo cuarenta minutos, hasta que el recorrido acabara y pudiese excusarse y correr a refugiarse en su habitación, pero el angosto pasillo y el volumen de adolescentes apretujado se a su alrededor solo hacían que cada minutos se sintiese más eterno. Estiro su cuello y tomo una profunda respiración observando las molduras del techo abovedado. << Este día debe estar maldito >> pensó con autocompasión cruzándose de brazos para intentar hacer algo de espació entre la chica apretujada a su costado y en chico en hombro.
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That Way: Young Royals (+18)
RomanceDespués de que el príncipe se vea en vuelto en una serie de incidentes, el mejor acuerdo que La Corte y sus abogados logran conseguirle, es que regrese a Suecia y continúe sus estudios en el internado Chilton, ahí conoce a Simón. Después de tres año...