That Way: Young Royals (+18)

Los malditos numeros impares.

Su cuerpo se estalló contra uno de los casilleros, Simón sintió un fuerte dolor recorriéndolos su columna vertebral y expandiéndose en su cabeza. Se aferraba al trabajo entre sus manos, no importa si lo mataban él no iba a entregárselos, había trabajado muy duro para poder obtener un ensayo de diez y si alguien más presentaba el mismo trabajo él ya no podría entregarlo y en caso de que lo hiciera sería sancionado por plagio, aunque tuviese las pruebas de que fue él quien hizo el trabajo.

Para su suerte las campanas volvieron a resonar por la escuela, anunciando el final del receso. El chico que aún lo sostenía por los rizos pegó su cuerpo nuevamente contra los casilleros. Si se preguntan porque Simón no se defiende, pues por una parte la única vez que lo hizo obtuvo una sanción y una advertencia, mientras que su acosador salió impune. Y por otro lado un par de idiotas de segundo lo sostenían mientras que jalaban sus brazos intentando quitarle el trabajo. Agradece al cielo haberlo guardado en una carpeta porque de no ser así las páginas ya estuviesen rotas.

Una gruesa voz resonó por el pasillo vacío, Simón la reconoció de inmediatos con alivio es el profesor de Español, el Señor Ramos — ¿Que está pasando ahí? —

Los chicos lo soltaron y salieron corriendo por el sentido contrario. Las piernas de Simón fallaron haciendo que cayera resbalado al piso, aún con el fuerte dolor que sintió suspiro aliviado. — ¿Eres tu otra vez? —

El moreno asintió levantándose del suelo. — ¿Ahora si me planeas decir quien fue? —

Se encogió de hombros negando — Para que igual no podemos hacer nada —. Como alumno becado ha aprendido que sin importar que sucede todo será culpa de él, incluso sino tienen nada que ver y simplemente iba a pasando. Si hay que colocar un culpable siempre escogerán al chico que no paga, antes del que sus padres "dona" cantidades obscenas.

Simón se agachó a recoger sus pertenencias que fueron tiradas al suelo, cuando los idiotas decidieron abrir y vaciar su mochila para buscar el ensayo.

— Muchas Gracias pero me tengo que ir — respondió enderezándose y lo endosé con prisa por el pasillo.

Mientras que caminaba se acomodaba su uniforme, se retiró el blazer que terminó arrugado debido al incidente previo. El uniforme de la escuela consistía en un pantalón azul, una camisa celeste, corbata roja con rayas azul y un blazer de botones cruzados. Exceptuando ocasiones específica, la escuela es muy permisiva con la forma de utilizar los uniformes, por lo mismo de que no se le puede decir nada a los alumnos. Por lo tanto Simón esta corriendo por los pasillos utilizando su pantalón recto, la camisa, la corbata y un hunddie rojo, junto con sus converse negras.

Wilhelm bufo con molestia apenas va por su segunda semana estudiando en Chilton y está punto de caer en la locura. El príncipe jamás a sido una persona especialmente sociable, para ser honestos le cuesta bastante abrirse con las personas y poder conseguir amigos. Además de que sus horarios apestan y entrar a una escuela cuando el ciclo escolar ya comenzó es un completo asco.

Está cruzando la puerta del salón de historia una materia la cual detesta, pero que sus padres y la corte insistieron que tomará porque no es adecuado que un príncipe no viese historia. Aunque debe admitir que lo de vivir en la residencias no está tan mal, es a lo que está acostumbrado, y al menos en esta escuela nadie lo despierta a las siete para ir a rendir honores a la bandera.

Esta es otra de las cosas malas de comenzar clase a medio ciclo escolar, tener que ponerse al día con las materias. Para su suerte las clases nunca habían sido un problema para él. Wilhelm ama estudiar y ser de los mejores, ademas que las clases con instructores he institutrices a las cuales asistió durante su niñez han sido de mucha utilidad.