El miedo es tan paralizante como el trauma, yo supere los míos, vencí con convicción todo para ser lo que se necesitaba de mi, me perdí en el proceso y me encontré en la oscuridad, pero no me arrepiento, hice lo que tenía que hacer, mate a quien deb...
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Génesis.
Está loco.
Me fascina que lo esté.
Pero no puedo sentirme lo suficientemente contenta, incluso viendo la cabeza del hombre que dió la orden que hirió a mi hermano, no me siento contenta y eso es porque no los tengo a mi lado, estoy tan acostumbrada a sus presencias que ahora que no los tengo siento vacío, sentir intensificó todas esas emociones y causa estragos en mis ánimos y reacciones.
Él parece notarlo por qué se apresura a tirarle la cabeza a uno de sus hombres que la agarra con asco antes de acercarse a mí y agarrar mi rostro.
Vitaly: ¿Por qué estás triste? ¿Ellos te pusieron así? Los mataré, tu solo dime quién fue y lo mataré.
Génesis: No estoy triste.
Estoy devastada.
No sé qué otra palabra usar para expresar lo que siento, porque siento y mucho, pero lo que más predomina en estos momentos es el vacío, la soledad, la desesperación.
Vitaly: ¡Tengo más regalos! ¿Eso te animará verdad? Sí, yo digo que sí.
Se da la vuelta y uno de sus hombres le tiende una caja que tiene el tamaño de un estuche de anteojos, tiene un moño dorado que brilla con el sol que entra por la ventana, al abrir la caja me encuentro un par de ojos de un color gris idéntico a los míos mirándome tan vacíos obviamente sin vida.
Génesis: ¿De quién son?
Vitaly: Un soldado que quiso defender a su superior, me molestó tanto que tuviera tus ojos que se los saqué, eres única y nadie va a cambiar eso.
Me sonríe tiernamente mientras me da la pequeña caja como si fuera un tesoro, me dan ganas de abrazarlo y agradecerle porque se que así es como demuestra su amor, pero siento que no tengo fuerzas ni siquiera para eso.
Génesis: Gracias.
Tomo la caja y empiezo a caminar otra vez a la habitación para ir a dormir otras cuarenta horas más de ser posible, sus pasos me siguen apresurados, pero no me detengo, lo único que quiero ahora es dormir.
Vitaly: ¿Te sientes mal?
Su mano agarra mi brazo deteniendome así qué me giro para mirarlo, quiero gritarle que sí, que él desestabilizó mi vida y mi cabeza, pero ni siquiera para eso tengo energía.
Incluso la perra loca de su prometida tiene a su hermano, aunque sea en una forma bastante retorcida.
Génesis: Siento, ese es el problema.
Vitaly: ¿No sientes nada por mi? —no digo nada, me dispongo a mirar detrás de el un cuadro abstracto que no tiene ningún puto sentido y en teoría ese es el sentido, él parece interpretar mi silencio como una negativa a su pregunta porque me suelta y da un paso hacia atrás alejándose de mí— ¿Por qué no te fuiste? Todas las puertas y ventanas de esta casa están abiertas a tu disposición, entonces ¿Por qué no te fuiste? ¿Por qué no me dejaste?
Y ahí está la pregunta del millón, porque no me fui cuando puedo hacerlo si quiero, él me dejó claro que podía irme, no quería retenerme en contra de mi voluntad, pero no quiero irme, porque aunque quiera a los demás conmigo, no quiero separarme de él tampoco.
Él me a acompañado en tantos momentos malos y buenos que no puedo percibir la vida sin él a mi lado, él fue mi mayor confidente, vio lados de mi que no le he mostrado a ninguna otra persona, vio más allá de mis sentimientos, mi sombra, mi estúpidamente sexy parca es alguien tan importante que no puedo perderlo tampoco.
¿Entonces qué tengo que hacer? Porqué elija el lado que elija siempre me va a faltar algo en el interior que antes podría no haberme importado, pero ahora lo hace.
Génesis: No puedo.
Asiente con su cabeza, puedo ver qué algo lo está afectando, no sé exactamente qué, pero saber que seguramente es mi culpa hace que mi pecho se oprima.
Vitaly: Tengo un regalo más que hará que te sientas mejor.
Sonrió sin poder evitarlo.
Génesis: No necesito más partes de cuerpos parca.
Abro enormemente mis ojos cuando veo un leve sonrojo cubrir sus mejillas y sonrió en grande, no es algo que haya esperado del frío y sádico Pakhan de la Bratva.
Tan tierno.
Carraspea escondiendo su rostro de mí cuando ve la sonrisa en mi rostro y me señala una puerta en mi espalda.
Vitaly: Entra, te mostraré algo.
Génesis: ¿Tus herramientas de tortura? Adorable.
Susurrando palabras ininteligibles abre la puerta y casi me empuja al interior para que deje de burlarme de él.
Vitaly: No hay herramientas de tortura.
Génesis: ¿Computadoras, para qué quiero eso?
Para muchas cosas en realidad, pero no importa ahora.
Vitaly: Me dijiste que querías saber que tus hermanos están bien, entonces plante cámaras en tu departamento para que siempre que te sientas triste puedas verlos, sé que son importantes para tí y soy egoísta en mantenerte aquí cuando claramente quieres estar allí, pero si tú no te vas por tus propios medios entonces yo no te devolveré por los míos.
Prende la pantalla de la computadora y allí veo a mis hermanos sentados en el sofá de la sala uno con la cabeza entre sus manos y el otro mirando el techo, el cabestrillo en su brazo casi me hace gruñir de enojo, pero respiro calmandome porque eso no solucionará nada.
Génesis: Ellos no beben.
Al menos no lo hacían mientras yo estaba allí, la mesa lleva de latas y botellas de bebidas alcohólicas me contradice y me molesta.
¿Están así por mi culpa?
¿Por qué estoy siendo egoísta quedándome aquí cuando les estoy haciendo mal?
Vitaly: Ya nadie en Rusia les venderá alcohol, lo prohibi en cuanto lo vi.
Génesis: Apagalas, no quiero ver eso, me iré a dormir.