CAPITULO 40:"YA NO SIRVE DE NADA OCULTAR LA VERDAD".

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Introducción-Monólogo-???:

¿Ocultar algo es realmente malo?, ¿la confianza tiene alguna forma de medirse?, ¿las acciones pueden ser catalogadas en buenas y malas?, ¿la moralidad es realmente necesaria para la sociedad?, un solo hecho puede desembocar en un sin fin de preguntas, basta con que la mente correcta se haga esas preguntas, quizás ocultar algo no sea tan malo, tal vez ocultar algo pueda poner en tu contra a muchas personas, la confianza no tiene un medidor en números, quizás no sea necesario medirla, todos actúan conforme entienden su conveniencia, las acciones pueden ser catalogadas dependiendo sus múltiples resultados, para unos podría ser una buena acción, para otros podría ser la peor acción que se pueda realizar, todo depende de la forma de ver cada aspecto de la misma, la moralidad no es realmente necesario, fue creada para regular la actitud del ser humano, pero al final si no entiendes la moralidad estás condenado a encadenar tus acciones a un abismo, las críticas y el desprecio de la sociedad.

Se dice que el hombre es el lobo del hombre, una frase que se le atribuye a Thomas Hobbes, aunque hay varios debates sobre su origen, realmente nos hace pensar que el humano es de lo peor, el mayor daño que se ha producido en contra de un humano no fue por otro animal distinto a nosotros, el peor crimen cometido fue por los mismos humanos, nosotros somos depredadores por naturaleza, pero hemos excedido cualquier estándar de crueldad que un animal puede tener, los animales como los leones o cualquier otro depredador mata por necesidad, tiene hambre, ese es su lugar en la cadena alimenticia, pero... nosotros, que hay de nosotros, en que parte nos situamos, nosotros ya no somos parte de ella, en nuestra egocéntrica mente pensamos que podemos oponernos a la naturaleza misma, que ingenuos fuimos, al final, el daño que nosotros podemos ocasionar a nuestra misma especie es prueba de nuestra crueldad que no notamos debido a la costumbre que poseemos de ser crueles sin darnos cuenta, no hace falta tener un arma física para herir a alguien, son nuestras palabras las que lastiman a alguien de por vida, disfrazamos todo con moralidad, siempre con la misma excusa, yo no soy así, yo no soy capaz de hacer algo como esto, son mentiras pero con el suficiente encanto puede lucir como una verdad.

Acaso el hombre está destinado a fracasar, ser la especie dominante es algo tan estúpido que olvidamos que quizás solo fue casualidad, quizás no fue ningún mandato divino, compararnos con un lobo es incluso una falta de respeto para esa especie, aunque también hay algo bueno, aún existe esperanza debido a todos aquellos que aceptan su parte del daño y quieren arreglarlo, pero el mismo humano se ha empañado en frenar dicho avance, siempre con el miedo de no tener el control, nunca lo tuvimos, entonces, a que le tenemos miedo, a reconocer la verdad.

Si realmente somos una especie pensante y racional, por qué son muchos los que actúan de manera contraria y por qué son pocos los que obedecen la regla, plantear un buen argumento para justificar nuestra crueldad es lo mismo que tratar de limpiar el arma con la misma sangre, pero al final la mayoría lo acepta, el ser humano es bello, una especie que logró cosas extraordinarias, pero el costo al final fue para otras especies.

"Al final todo esto no importa, siempre haremos un daño mientras seamos humanos, en vez de fluir como el agua, construimos una presa para retenerla"

Trama Principal→Perspectiva--(Sakayanagi Arisu):

Mis cartas ya fueron lanzadas, una revelación de la tan admirable Ichinose Honami sería como ensuciar una obra de arte, pero al final resulta que la suciedad le queda bien a la obra de arte, Kamuro y Katsuragi me obedecieron aún cuestionando sus propias creencias, Katsuragi tiene un deber del trabajo, pero no es tan autosuficiente como otros, no es malo, me beneficia, Kamuro por el contrario fue más fácil de convencer, aunque me preguntó que ahora Ayanokouji, me dejara el control de la situación, al parecer no le interesa en lo más mínimo, ha estás alturas ya habría hecho algo, aunque... se me pasó un pequeño detalle, él actúa cuando menos te lo esperas, me emociona saber que hará, quizás sea la diversión del día.

DOS MENTES, UN OBJETIVO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora