Capitulo 31: Final Giyuu

167 32 11
                                    


La noche que escogiste para declararte estaba totalmente despejada y el firmamento estaba decorado con cientos de estrellas que no pudiste evitar contemplar. Mientras estabas volteada viéndolas no te percataste que el tímido chico de la pensión se encontraba al final de las escaleras contemplándote a ti, en silencio con igual o mayor admiración con la que tu contemplabas el firmamento. Cuando lo notaste le sonreíste.

— Giyuu sempai... ¿llevas mucho allí? Lo lamento...

— Descuida, he tenido una hermosa vista...- dijo sin dejar de mirarte.- ¿Por qué me has llamado?

— Yo... quería decirte mi respuesta.

— Entiendo.- El mayor se acercó y haciendo una reverencia dijo.- Gracias por haber pasado tiempo conmigo y por haberme tenido en cuenta, jamás olvidare nuestros momentos juntos, espero que a quien hayas elegido te haga muy feliz.- y dándose media vuelta emprendió la retirada. Apresurándote tomaste su camiseta y tiraste de ella para detenerlo.

— ¡Espera!- Giyuu detuvo su paso.- ¿Por qué das por sentado que no eres tú a quien elegí, sempai?- sin voltearse respondió.

— Hay mucho mejores hombres que o, más simpáticos, sociables, divertidos, confiables... yo soy insuficiente.

— ¡No digas eso Giyuu! -El pelinegro se dio la vuelta sin entender a lo que te referías por lo que tuviste que ser más directa para que te comprendiera.- Tú eres el hombre más amable y tierno que conozco, - tomo el rostro del mayor entre sus manos y agregó.- Eres más que suficiente así como eres. Sería un honor para mí ser tu novia, Giyuu sempai.

El siempre inexpresivo rostro de Tomioka se llenó de asombro, los ojos se abrieron de par en par y un leve sonrojo apareció en sus mejillas. En un vano intento por ocultarlo atravesó su mano en frente de su rostro pero era muy evidente que tus palabras lo hicieron muy feliz.

— En... entonces... ¿me eliges?

Acercaste tus labios a los suyos y lo besaste con ternura, luego te apartaste y con una sonrisa le dijiste.

— Te amo Giyuu sempai, te elijo una y mil veces.

— Y Yo te amo a ti, ______.

Ambos se abrazaron y permanecieron así largo rato bañados por la luz de las estrellas.

Al día siguiente les comunicaron a los demás acerca de su decisión y para sorpresa de Giyuu que estaba nervioso, todos lo aceptaron de inmediato. Aseguraban que él era un tipo confiable y que cuidaría bien de ti. Eso lleno de confianza al pelinegro que juro para sí mismo ser tu baluarte y tu lugar seguro toda la vida.

El tiempo pasó y llevaste al mayor a conocer a tu familia y aunque la personalidad retraída e insegura de Giyuu solía traer algunos malentendidos, con el tiempo todos lo terminaron queriendo porque descubrían su naturaleza amable, así como tú lo hiciste.

Giyuu se recibió de profesor de educación física y comenzó a trabajar en una escuela cercana, la misma en la que Tanjiro, Inosuke y Zenitsu iban. Se volvió un profesor muy bueno, aunque algo estricto y exigente como aseguraba Tanjiro. Y poco a poco fue reuniendo el dinero suficiente para comprar un anillo, cierto día te llevo a la playa y a orillas del mar se arrodillo y pidió matrimonio formalmente. Tú aceptaste de inmediato y comenzaron a organizar todo para la fiesta. Todos sus amigos de la pensión colaboraron y lograron tener una ceremonia en la naturaleza rodeados de todos sus seres queridos. Así todo mundo fue testigo del amor que se profesaban y juraron amarse y protegerse, en las buenas y en las malas, por toda la eternidad.

Giyuu poco a poco fue volviéndose más seguro de sí mismo y aprendió a hablar correctamente con los demás para expresar lo que sentía, todo esto gracias a tu apoyo que lo fue mejorando como persona. A su vez él se volvió tu lugar seguro, tu protector que te reconfortaba en cada dificultad que aparecía en tu vida. Juntos les depara un gran futuro.

 Juntos les depara un gran futuro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La pensión de los Hashira- KNY x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora