Capitulo 32

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El mundo se vino abajo, sé que no me voy a casar, y tengo la idea fija, pero es inevitable sentir un enorme vacío dentro de mí, es como un baldazo de agua fría en pleno julio. Mi corazón se detuvo una vez mas y me cuesta mucho respirar, de verdad esperaba que al menos unos sea niña ¿Tanta mala suerte puedo tener? Pude ver de reojo la sonrisa victoriosa de mi mama ¿Cómo una madre puede intentar obligar a su hija a casarse con un desconocido por plata? Estuve segura toda mi vida de que las madres lo único que buscan es que sus hijos sean felices, en cambio la mía, lo único que quiere es asegurar su felicidad.

Comencé a mirar uno por uno a las personas que se encontraban junto a mí. Mi tío Alberth había abrazado a Carmen, de seguro ella se sentía como yo, su rostro estaba completamente angustiado, Manuel y Gonzalo seguían sin entender nada, pero no por eso, estaban felices. Lo que si me sorprendió fue las caras de Nicole y Josh, jamás en mi vida había visto peores caras, estaban más sorprendidos que yo, lo que me aterra. Verla a Nicole enojada no es buena señal, es pésima señal, ahora me preocupa mi vida, Nicole hará lo imposible para hacerla miserable.

Debo admitir que sigo nerviosa, mis manos me tiembla y mi respiración es muy ajustada, y si, definitivamente, sigo teniendo miedo.


-Bueno-Dijo el abogado procediendo, la habitación había quedado en un completo silencio. -Debo recordarles los que se dijo en el testamento y cito "Si ninguno de los bebes es niña, Zoe debe casarse con Austin Lopez y el cincuenta por ciento de mi fortuna será para ella y su amado esposo, y el diez por ciento restantes será de Josh y Nicole. Eso sí, para recibir su parte de la fortuna, Zoe debe haber estado más de cinco meces casada, mientras tanto el sesenta por ciento de la fortuna estará congelada, recién cuando hayan pasado los cinco meces Zoe, Josh y Nicole recibirán su parte. Si Zoe se niega a casarse,-Y resalto esa parte. - el sesenta por ciento de la fortuna será única y exclusivamente de Josh y Nicole sin excepción"-Dijo, mi corazón se detuvo una vez más, pronto me dará un paro cardíaco, estoy segura. Mire por un momento a mi mama, no sé porque lo hice, solo pude ver su sonrisa malévola tratando de convencerme de algo que no quiero. -Señorita Evans-Dijo llamando mi atención. -¿Su decisión esta lista?-Pregunto, mi estomago se estrujo y los nervios evitaban que las palabras salgan de mi boca.

-Ee, eeh, Yo-Dije tartamudeando.

-Su decisión todavía no está tomada-Intervino mi mama interrumpiendo. -Pero cuando la tenga-Dijo mirándome. -Usted será el primero en saber-Su sonrisa era tan grande que no podía ocultarla.

-¿Está de acuerdo?-Pregunto refiriéndose a mí.

-Si-Conteste con la voz apenas audible.

-Muy bien, entonces doy como finalizada esta reunión-Dijo, mas tarde tomo su maletín y se retiro.

-Es hora de que me vaya-Dijo mi mama mirando a Nicole. -Tengo algunas cosas que hacer-Comento con una de sus falsas sonrisas.

-Está bien Alicia, cuídate-El tono de voz de Nicole fue grave, realmente se esta esforzando para que no se note su furia.

-Adiós-Contesto mi mama con su tono de grandeza.

-Yo también debo irme-Anuncie luego de que mi mama cruzo la puerta.

-Está bien Zo-Dijo Nicole tratando de sonar dulce. -¿Quería preguntarte si ya tenias una decisión?-Pregunto entre palabras.

-En realidad...

-Porque sería una lástima, que ese chico... ¿Cómo se llama? ¿Ian? Si Ian-Dijo con una sonrisa, mi rostro cambio rotundamente cuando la escuche nombrarlo. -Pobre, parece tan dulce y tierno, sería una lástima que le rompas el corazón por un asunto tan innecesario como casarse por unos míseros pesos ¿No?-Comento Nicole tratando de sonar comprensible, ¿Simples pesos? Ella se muere por esos simples pesos ¿De qué me está hablando?

-Gracias por preocuparte-Fingí una sonrisa comprensiva .-Pero no es necesario que trates de convencerme, yo sé lo que quiero hacer, gracias igual-Dije con una sonrisa igual de falsa que la de ella. Nicole no dijo una palabra, seguro que piensa que no iba a descubrir lo que planeaba. -Adiós-Dije finalmente y me retire de su casa.


Entre a mi auto y me quede un momento con las manos sobre el volante, simplemente pensando. Realmente esperaba que al menos uno sea niña, pero no fue así, y ahora tendré a mi madre torturándome para que me case, y Nicole y Josh para que diga que no. Me encantaría que haya un pozo en el medio de La Tierra y poder tirarme así nadie me encuentra. En ese momento recordé Grecia, la propuesta de Ian, pero quizás lo decía solo para que me quede tranquila, no sé, pero sería una gran idea en este momento.

Encendí el auto y comencé a alejarme de aquella horrible casa, donde solo había recibido malas noticias. No pude evitar pensar en lo que me había dicho Nicole, tiene razón, le rompería el corazón, en fin y al cabo, eso esta mas a su favor, le suma un punto a mi decisión de dejarle toda la herencia a ella, yo no la quiero, y sinceramente, mi madre está bien, no necesita más.

Llegue a mi casa, las luces estaban encendidas, son como las siete de la tarde, mi padre ya habrá llegado. Estacione el auto en el garaje y entre a la casa con total neutralidad.


-¿Hija?-Pregunto mi papa desde el living.

-Si-Dije vagamente.

-¿Cómo te fue?-Pregunto, ya se encontraba junto a mí. Volteo y lo mire, mi rostro respondió todas sus preguntas, la sonrisa en su rostro se borro, provocando arrugas de preocupación en su frente. -Los dos son niños-Afirmo decepcionado solo en un susurro como si fuera su ultimo aliento.

-Si-Conteste. -Mama pretende que me case, volvió a decírmelo-Cada palabra reflejaba mi enojo.

-¿Y tú que le dijiste?-Pregunto.

-Se lo deje bien en claro, yo no voy a casarme-Conteste. -Pero luego siguió insistiendo, no se que se le pasa por la cabeza-Admití disgustada.

-Hija, ella puede decir lo que quiera, pero solo tú decides que hacer-Dijo mientras me abrasaba. -Ahora sí, cuéntame, ¿Qué cara pusieron Nicole y Josh cuando supieron que eran niños?-Pregunto dejando a la luz una enorme sonrisa, parecida a la sdwe un niño cuando le dan un dulce.

-Pusieron una cara peor que la mía, no lo podían creer-Conteste entre risas.


Mis abuelos de parte de mi papa se separaron cuando él solo tenía tres años, él más que nadie sabe lo que se siente tener a tus padres separados, lo sufrió mucho de niño, y por eso, siempre intenta hacer que vea la parte graciosa de toda la historia, luego de contarle algo referido a la familia de mi mama, siempre termino riendo gracias a él. Me gusta que sea así, hace que las cosas no sean tan duras.

Luego de la cena, subí a mi habitación y me tire en mi cama. -Dos bebes, son dos ¿Y ninguno es niña? Agh-Grite en mi almohada. Voltee para quedar sobre la cama mirando el techo, desee una y otra vez que esto sea un sueño, pero nunca me desperté, es más real de lo que quería. Mi celular comenzó a vibrar sobre la mesa de luz, lo tome con pereza, en realidad no quería atender.


*¿Cómo te fue? Firma: Romeo*

*Niños. Firma: ♥* Conteste de inmediato.

*No estás hablando en cerio. Firma: Romeo*

* Más en cerio de lo que desearía. Firma: ♥*

*¿Qué vas a hacer? Firma: Romeo*

*No pienso casarme, ni loca. Firma: ♥*

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Espero que les haya gustado., no se olviden de dejar sus comentarios :3

Mi Amigo Invisible [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora