Capitulo 25

664 44 3
                                    

Sentí un puntazo en el pecho. De un momento a otro me quede sin aire, sin poder decir una palabra. Mi mejor amiga sabe quién es Romeo y no es capaz de decirme. Siento todo el odio y la bronca acumulada en mi pecho. Noa me observa por un momento, pero luego baja la mirada notando mi decepción. 

– No puedo creerlo– Digo finalmente con un hilo de voz. Noa me observa y sabe de inmediato lo que estoy pensando.
– Zo no hagas un escándalo– Reprocha  con el semblante cerio. Cada palabra que dice desataba una ola de odio, ¿Cómo puede estar diciendo eso? Se supone que es mi amiga, sabe lo mucho que he deseado saber quién es, y ella lo sabe y no piensa decírmelo.
– ¿Un escándalo? ¿En serio Noa?– Pregunto tratando de controlar mi rabia.– ¿Estás hablando en serio? Vos más que nadie sabe todo lo que esperé este momento, y vos que sabes no queres decirme– Digo entre dientes.
– Se lo prometí Zoe– Confesa a la defensiva.
– ¿Quién es como para que estés prometiéndole cosas?– Mi voz ya no es tranquila y calmada, cuanto más discutíamos mas aumentaba el tono de voz.
– A vos eso no te importa– Contesta en el mismo tono.
– ¿No me importa? Noa, estamos hablando de Romeo, si me importa– Dice levantando aun mas el tono de voz.
– Zoe ¿vos no entiendes? Él pretende que vos lo descubras– Dice tratando de tranquilizarme.
–Ah– Suspiro ofendida.– ¿Sos amiga mía o de él? ¿Qué? ¿Ahora vas a empezar a defenderlo?– Pregunto irónica.
– Nunca estuve en su contra– Admite neutralizando su voz.
– Te recuerdo que todos los días hacías un berrinche de nena pequeña porque decías que no te prestaba atención por él– Digo señalándola, ella no contesta nada.– No lo puedo creer, creí que eras mi amiga– En ese momento un incomodo silencio se prolongó.
– No puedo creer que me estés diciendo esto– Dice Noa con una pequeña risa.– ¿Te das cuenta por la estupidez que nos estamos paliando?– Pregunta levantando la voz.
– Para mí no es una estupidez– Continué defendiéndome.
– Hey– Dice Ian para llamar nuestra atención, acababa de entrar al salón y tenia el ceño fruncido.– ¿Qué pasa?– Pregunta observandonos a ambas. Primero a mi y luego a Noa sin entender el porque de la tensa discusión.
– Si es una estupidez para vos, ¿Por qué haces tanto escándalo? Lo único que debías hacer es decirme un estúpido nombre– Digo tranquila pero en un tono algo fuerte, indiferente.
– Es una estupidez Zoe, ya debiste descubrir quién es hace años– Dice. Hay un tenso y largo silencio en el medio.
– Pero ya ves que no, soy algo estúpida, por si no te acordase, pero sería menos estúpida si me dicis el maldito nombre de una vez por todas– De un salto me levanto y me dirijo hacia la puerta, no quiero seguir viendo a Noa.
– Zoe no sos estúpida– Dice Ian en un grito.– ¿Qué pasó Noa? ¿Por qué paleaban?
– Esto es tú culpa– Sentencia Noa en un susurro.

Entro al baño y le doy un portazo a una de las puertas de los cubículos, donde se encuentran los inodoros. Me apoyo contra la pared y la pateo, estoy demasiado molesta. Escucho el ruido de la puerta al abrirse, veo como una sombra pasa delante de la puerta que acabo de cerrar.

– ¿Te acordas cuando éramos pequeñas y no querías contarme nada de lo que pasaba en tu familia, porque decías que era secreto? Bueno, esto es algo así– Dice Noa del otro lado de la puerta. Respiro profundo, no quiero estar paleada con ella.
– ¿Estás diciendo que Brian es Romeo?– Pregunto tratando de sonar graciosa.
– No– Contesta Noa soltando una risa.– Mi hermano es un idiota, jamás podría ser Romeo– Dice entre risas. Comencé a reír también, el momento incomodo se había esfumado, pero el silencio volvió.– Zo... me encantaría ver tu sonrisa cuando te diga quién es– En ese momento abro la puerta con toda la emoción.– Pero no la veré, porque no te lo voy a decir, perdón,  pero sabes que no me gusta romper las promesas que hago– No podía seguir enojada con ella, odio cuando pone sus ojos tristes, sabe que me puede. –Ademas, no es mi secreto, no soy yo quien debe rebelarlo.
– Sigo sin entender porque le hiciste una promesa a alguien que no conoces– Digo sin entender.
– ¿Por qué crees que no lo conozco?– Pregunta con una sonrisa. La curiosidad mato al gato resuena en mi mente en un grito de desahogo, pero luego vuelve a hablar, pero con la voz de Noa en un recuerdo, Pero murió sabiendo.
– ¿Entonces otra vez vuelvo a ser la única que no sabe nada?- La miro tratando de que diga algo más.
– No voy a contestar esa pregunta– Sonrie, sabia que habia descifrando mis intenciones.– Solo te diré...– Dice guardando algo de suspenso. Mis ojos se abrieron con sorpresa.– Que está más cerca de lo que crees– Finaliza en un susurro cerca de mi oído. La observo un momento, esperaba que me dijera algo mas, pero no lo hizo, me mira apretando los labios mientras estos dibujaban una sonrisa. No es mas de lo que ya sé.

–¿Noa? ¿Zoe?– Grita Ian del otro lado de la puerta.– ¿Están ahí?– Con Noa comenzamos a reír, es increíble que una puerta ordinaria no le permita entrar al baño de mujeres. Miro a Noa una vez mas y la abrazo, odio estar paleada con ella.– ¿Están ahí?– Volvió a gritar Ian.– Ya las escuche, ¿Pueden salir?- Salimos del baño. Ian esta apoyado en la puerta mientras la golpea.– ¿Está todo bien?– Pregunta con el ceño aun fruncido, parece preocupado.
– Si– Contesta Noa de inmediato. Me observa por un momento y sonrio para que sepa que está todo bien.

Mas tarde, despues del recreo, volvimos al salón. Fue en el momento que Ian se puso más insistente, no sé porque, pero sentía que esperaba algo mas. Que le dijera algo más. Estamos sentados en nuestros lugares y no deja de mirarme ni por un instante, busca mi mirada en todo momento, se vuelve algo molesto cuando es tan insistente.

– ¿Qué pasa Ian?– Pregunto finalmente, suelto mi lápiz dramáticamente demostrando cansancio.
– Nada, solo que...– Dice, luego toma aliento para seguir hablando.– ¿Estás segura que solo eso dijeron en la lectura del testamento?– Pregunta curioso.
– Si Ian, eso es todo– Digo lo más convincente posible.
– ¿Estás segura?– Pregunta aun más curioso.
– Si– Vuelvo a contestar.
– ¿Segura?– Pregunta insistente.
– Si Ian– Dice Noa mientras apoyaba con fuerza su lápiz en la mesa. -Te volves bastante molesto cuando te lo propones– Dice irritada. –Si sabes algo que Zoe no sepa de la lectura del testamento que ella misma presencio decilo.
– Bueno, solo preguntaba– Se excusa acomodándose en su silla.
– Hace como media hora que te dice que no dijeron nada mas– Dice Noa enojada, luego toma aliento. –Si te dice que nada mas, es NADA MAS ¿Entendiste Ian?– Pregunta fastidiada. Intento contener la risa, pero no puedo.
– Está bien, no te enojes– Dice Ian.

Continuamos copiando las respuestas de las preguntas, pero Ian no dejaba de buscar mi mirada, finalmente provocaba que me ponga nerviosa. Cuando No a fue a entregarle el trabajo al profesor y este la retuvo haciéndole preguntas, fue cuando Ian volvio a insistir con sus preguntas.

-¿Estás segura que solo eso dijeron?- Insiste.
– Si Ian– Digo tratando de convencerlo.– ¿Por qué preguntas tanto?
– No sé, siento que no me estas contando todo– Confesa sosteniéndome la mirada, me pone nerviosa, si había algo que no les estaba contado, pero carecía de importancia. Ademas, es imposible que Ian lo sepa ¿Quien podría decírselo? –Zo, podes contarme todo– Comenta, estaba mirándome con sus ojos tiernos, es indispensable no derretirme cuando lo hace.
– Ya lo sé Ian– Digo con una sonrisa tomando sus manos.– Vos también podes contarme lo que sea– Mire fijo aquellos ojos cafés que tanto me gustaban. Tienen ese brillo constante que hacen que me pierda en ellos, pero no solo encontré eso, sino que también sentí algo de tensión cuando sostuve su mirada.– ¿Tenes algo que contarme? Estas tenso– Comento con una media sonrisa, no quería que se ponga nervioso ante mi suposición.
– No– Dice al instante. Piensa. – Bueno...en realidad si.
– ¿Qué pasa?– Pregunto.
– Bueno, yo...– Dice, toma algo de aire, parece nervioso. – Hace ya tiempo quiero decírtelo...
– Estas asustandome.
– Es algo difícil para mí– Contesta mirando hacia abajo mientras rasca su nuca.
– Solo decilo– Digo alentándolo. Trato de regalarle una sonrisa para que no se sienta nervioso.
– Quería decirte que... yo...– Dice levantando la mirada. Mirándome con sus hermosos ojos cafés.
– ¡Aprobamos!– Grita Noa apareciendo de la nada. Su grito me sobresalta, en realidad estaba muy concentraba en lo que Ian me decía.
– Oh– Digo con una sonrisa, pero mi mirada de inmediato volvió a Ian.
– Después hablamos– Dice Ian en voz baja.
– ¿Interrumpo algo?– Pregunta Noa.
– No– Se apresura a decir Iban mientras yo contesto. –Sí.
– ¿Sí o no?– Pregunta confundida.
– No– Decimos los dos. Noa se sienta algo extraña al lado mío y luego comenzamos a hablar. De vez en cuando busco la mirada de Ian pero él ya no busca la mia. Estoy segura que me quería decir algo importante.

Mi Amigo Invisible [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora