-Hey, Nathaniel -llamé al rubio.
Nathaniel Torres, rubio con ojos verdes, de 1'85, de Fuente Vaqueros, Granada, con 30 años era un buen abogado, y era el relativamente nuevo compañero de cuarto de Sam.
Halina se giró a mirarlo con una sonrisa.
Halina Zelinski, con el pelo verde y los ojos azules, de 1'70, de Los Ángeles pero que vivía en Málaga, con 20 años era una modelo bastante famosa.
Y mi compañera de cuarto.
-¿Vamos? -pregunté.
Aprovechando el buen tiempo, íbamos a darnos un chapuzón en la piscina.
-Ya estoy -Sam apareció.
Me quedé mirando a mi hermano con sorpresa. En lugar de su curiosa ropa consistente en una bata de laboratorio y un jersey a rayas, llevaba una camiseta azul eléctrico y unos pantalones rojos.
Halina había decidido bajar directamente en bikini, para ahorrar tiempo, y Nathaniel llevaba su ropa habitual: camisa blanca y pantalón negro. Al menos no llevaba chaqueta.
Yo, por mi parte, andaba con un vestido corto veraniego azul y blanco, aunque con mi estrella colgada en mi bañador.
Al llegar a la piscina notamos que Beatriz, Bárbara, Marcos y Gabriel ya estaban allí, las hermanas en el agua y los chicos tomando el sol.
Obviamente faltaba Diego, el último eliminado.
Halina fue directamente a la piscina y se tiró, mientras los demás nos desvestíamos.
-¡Paso que voy! -gritó Sam, tirándose al agua y salpicando a todos.
-¡Sam! ¡Vaciaste media piscina! -grité.
-¡Espera, que vacío lo que queda!
Nathaniel se tiró, volviendo a salpicar a todos. Yo, por mi parte, agarré un libro y me puse a leer tranquilamente.
Una sombra se acercó a mí.
-Esto es una piscina, no una biblioteca.
Me agarró en brazos y me lanzó al agua.
-¡SAM! ¡COMO TE COJA NO VAS A TENER OPORTUNIDAD DE TENER HIJOS EN LO QUE TE QUEDA DE VIDA!
El mencionado, mientras tanto, se partía de la risa en el borde. Hasta que lo agarré y lo hice caer al agua.
-¡Oye!
Le saqué la lengua y él me empujó.
En eso vinieron los jueces charlando y vieron toda el agua tirada previamente cuando se tiraron Halina y Nathaniel -y cuando Sam y yo nos tiramos el uno al otro -.
-Esto es un desastre -murmuró Samantha.
-¿Qué hicieron, tirar a un elefante? -preguntó Pepe.
-Me entraron ganas hasta de bañarme -se rió Jordi.
Gabriel me echó agua en la cara.
Nathaniel hizo lo propio con Halina.
Marcos y Sam se tiraron sobre las gemelas y las hundieron.
Yo agarré a Gabriel y le hundí la cara en el agua mientras Nathaniel y Halina se seguían salpicando.
En cuanto a las hermanas, Beatriz aprovechó para quitarle la coleta a Sam y dejarlo sin ver nada, mientras Bárbara se colgaba de la espalda de Marcos.
Los jueces se miraron y se encogieron de hombros, luego Jordi se tiró de cabeza a la piscina mientras Pepe prefería meterse normalmente y Samantha usaba las escaleras.
Gabriel me miró fijamente a la cara y trató de enfocarme bien.
-Creo que voy a ir adentro, ¿me acompañas?
Sonreí y le asentí, saliendo de la piscina agarrada a Gabriel para que no se cayera.
-Mira que dejarme las lentes de contacto -murmuró él por lo bajo.
Nos entretuvimos un rato buscándolas, hasta que las encontré debajo de la cama. Me levanté, cansada de buscarlas por todos lados, y se las enseñé.
Gabriel me sonrió y se las puso.
-Qué bonito el mundo bien enfocado -se rió.
Volvimos a la piscina y noté las miradas de los chicos sobre mí.
-Se te descolocó el bañador -informó Sam.
Me lo recoloqué, sonrojada, y los chicos volvieron a lo suyo: habían montado una pequeña partida de waterpolo en media piscina.
Sin embargo, noté que Jordi aún me miraba fijamente, de arriba abajo.
Me lancé a la partida y me puse junto a Sam, mientras Gabriel se ponía en el otro equipo.
-¿Por qué tardaron tanto? -preguntó Sam.
-La caja estaba escondida bajo la cama y no podíamos encontrarla.
-Pensé que no recordabas cómo se ponen, como no las usas nunca... -se rió Sam.
-Deja de reírte de mí -se quejó Gabriel.
-¿De qué hablan? -preguntó Pepe, que estaba jugando también.
-Nah, la mushasha que anda máh perdía que un pulpo 'n un garahe -dijo Sam, con acento andaluz.
-¡Sammy! ¡No seas idiota!
-Ay, vale, mija, que tieneh una mala leshe que pa' qué -se burló el pelirrojo.
-¿Al final por qué fueron adentro? -preguntó Jordi.
-Nada, Gabriel que no encontraba las lentes de contacto.
Gabriel me lanzó la pelota a la cabeza.
Yo le devolví el golpe y salí del agua.
-Sammy, Sammy, ¿te vienes a hacer la cena?
-Claro, Alice querida.
Me sonrió y me siguió a la cocina, donde preparamos un buen plato de pasta carbonara para los demás, y una pequeña macedonia para nosotros.
Por la noche, salí a la piscina con la bata puesta, pues me encantaba nadar bajo la luna.
Miré hacia la ventana del armario de la limpieza, cerca de mi cuarto, y recordé el motivo de mis ganas de bañarme: los ruidos de Halina y Nathaniel en el dichoso cuartito.
Fui hacia la piscina y dejé caer el albornoz, para luego dejarme caer en la piscina y nadar hacia el otro lado de la misma.
Al llegar, vi al más joven de los jueces agachado junto al agua, la luz de la luna, las estrellas y las lámparas de la casa se reflejaba en la piscina y la hacían brillar, iluminando el rostro del chef.
Mi reacción: pegar un gritito y hundirme en el agua.
Luego mi cerebro reaccionó y se dio cuenta de quién era, con lo que salí y lo miré.
El muy hijo de puta se estaba riendo. De mí.
Lo salpiqué con las mismas, mojándole la camiseta.
-¡Eh!
Empecé a reírme, hasta que él se tiró en plancha y me empezó a salpicar. Luego, empezó a hacerme cosquillas.
-¡S-Suéltame! JAJAJA -intenté que parara.
-Nop.
Lo aparté y salí corriendo del agua.
Jordi salió también y empezó a temblar.
-Ay, Dios, encima con la ropa mojada. Anda, vamos dentro.
Lo acompañé y luego me fui a mi habitación, pero recordé que me había dejado la bata y volví a por ella antes de ir a dormir.
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Helado de limón y chocolate [Jordi Cruz] [Masterchef]
FanfictionElla es una aspirante a Masterchef. Él es un chef y uno de los jueces del programa. Ella simplemente no se permite sentir nada. Él cree que el pecho le va a estallar si se sigue conteniendo. Ella parece inocente, pero es culpable. Él no lo sabe, per...