Helado de limón y chocolate [Jordi Cruz] [Masterchef]

21: And the story goes on...

Nos acercamos lentamente a la puerta del plató. Acaricié suavemente la tersa superficie antes de avanzar por el espacio cada vez más amplio que había entre las metálicas hojas.

-Bienvenidos de nuevo -le sonrió Eva a Sam y Diego.

Sam sonrió y asintió, apretando mi mano con fuerza. Pude sentir el calor de su cuerpo a mi lado y sonreí, casi por inercia.

El hombre de pelo violeta, que por tanto tiempo había sido mi único apoyo, colocó su brazo alrededor de mi cintura antes de susurrar algo en mi oído:

-Esta vez no voy a dejar que te me escapes, ma chère.

Presionó un fugaz beso en mi mejilla y se giró hacia adelante.

-Sam, si mal no recuerdo en tu eliminación descubrimos que Alicia y tú sois hermanos, aunque tu amor por ella es algo más que platónico. ¿Sigues decidido acerca de lo que sientes por alguien de tu propia sangre?

-La única sangre que compartimos son los 2 litros que me donó cuando recibí una puñalada en el vientre -sonrió nostálgicamente mi hermanastro-. Sus padres murieron cuando ella era pequeña y la adoptamos, de modo que somos familia política pero no biológicamente -aclaró ante la perpleja mirada de los demás concursantes y del jurado-. En realidad, dado que cambiamos nuestra identidad al venir aquí, ya no estamos conectados por ningún parentesco, así que no debería haber problemas con eso.

Besó sutilmente mi frente y sonrió brillantemente hacia la cámara. Eva recompuso su cara y se dirigió a mí.

-Y tú, Alicia, ¿cómo ves esto? ¿Crees que lo vuestro podría funcionar?

-Esto se siente como una entrevista para una revista del corazón -me quejé con una sonrisa-. Siempre vi a Sammy como mi hermano mayor, el que siempre me protegió y ayudó cuando las cosas fueron difíciles... así que se quedó en la brotherzone por mucho tiempo -bromeé-. Sin embargo, tras todo lo que hizo por mí y saber cómo se siente, no estoy tan segura de verlo solamente como a mi hermanastro.

Vi a Eva y Samantha sonreír como niñas ilusionadas por una novela cutre de amor y a Pepe mirar muy preocupado a un Jordi que parecía a punto de explotar, debido a lo hinchada que estaba la vena de su frente. Miraba fijamente a Sam como si creyera que, a fuerza de hacerlo, podría hacer que cayera fulminado.

Él le sonrió cordialmente y se pegó aún más a mí, haciendo que se acentuara el ceño fruncido del joven chef.

Eva acabó el interrogatorio y los jueces procedieron a explicar el plato que deberíamos preparar. Sería pasta fresca con una salsa a nuestro gusto.

Fui a por algunos ingredientes al supermercado: haría unos tallarines al pesto. De modo que comencé a preparar la pasta haciendo un volcán con la harina y poniendo los huevos y el aceite dentro. Luego hice una masa y, mientras mis manos se movían por la pegajosa sustancia, me dediqué a observar a los demás. Sam me guiñó un ojo y yo le regalé una gran sonrisa. Al momento apareció frente a mí uno de los jueces: Samantha.

Sonreí al cámara, al que ya podía considerar como mi amigo, mientras hablábamos tranquilamente.

-¿De qué piensas hacer la pasta?

-Tenía pensados unos tallarines al pesto -me encogí de hombros.

-Suena bien, pero cuidado con la pasta, que no te quede muy gruesa.

-Saph, look wot ya're doing! (Saph, mira lo que haces!)

Me fijé y estaba a punto de tirar la mitad de la masa al piso. Agradecí con la cabeza y me puse a estirarla. Tras un rato, cuando consideré que estaba lo suficientemente fina, la corté y me puse a ver cómo iba la salsa, que llevaba ingentes cantidades de albahaca. Tras probarla y moverme un poco para colocar agua en la olla, me giré y vi al chef más joven junto a mi hermano.