16: Dreams aren't made, they're won

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(Iba a poner otra foto, pero la frase es de esa canción y me enamoré de la foto)

-¿Ally? Ally, sé que estás ahí. Abre la puerta.

La voz de Jordi me sobresaltó, pero me negué a salir del estrecho armario. En posición fetal, seguía llorando, agarrando mi collar con una perla violeta en mi mano derecha.

La perla estaba abierta, y podían verse las fotos de una niña albina y con una mancha bajo un ojo, riendo a caballito sobre un chico de pelo violeta, apenas más grande que ella.

En la otra mitad de la perla se leía: "Follow your dreams".

La cerré y seguí llorando.

-Ally, por favor, no me obligues a romper la puerta. Contaré hasta cinco: uno...

Cerré los ojos y me encogí aún más.

-Tres, cuatro...

Abrí la puerta mientras Jordi se lanzaba, con lo que el hombre acabó sobre mí. Para mi desgracia, la puerta se cerró antes de que pudiera recoger las llaves.

-Salgamos de aquí -Jordi me dio la mano y trató de salir-. Mierda, no se abre.

-No me digas. La llave cayó al otro lado cuando te tiraste sobre mí.

-¿Ahora es mi culpa? ¡Si no te hubieras encerrado no pasaría nada!

-¡Si no te hubieras empeñado en entrar y me hubieses dejado en paz, no estaríamos aquí!

-¡Quizás si no me gustaras no estaría aquí! -gritó.

Me sonrojé de golpe.

-D-Deja de jugar conmigo de esta forma. Siempre que me enfado contigo sueltas estas cosas y... no sé qué decir.

Me agarró la barbilla y me obligó a mirarlo. Estaba mortalmente serio.

-¿Tengo pinta de estar jugando contigo? -preguntó, hastiado- ¿Cuándo vas a entender que te quiero? ¿Cuantas veces tendré que decirlo para que me creas? Dime qué debo hacer para que me creas, y lo haré.

Deslizó su mano por mi mejilla y luego se acercó a mí para besarme, pero me giré y besó mi mejilla.

El chef suspiró.

-Por ahora, podrías alejarte -murmuré.

-No sé atravesar paredes.

Miré a nuestro alrededor y me percaté del escaso espacio. De hecho, pocos centímetros separaban nuestros cuerpos.

Miré la perla que apretaba en mi mano derecha y una lágrima salió de mis ojos.

-¿Lo amas? -preguntó.

-Es mi hermano, lo quiero...

-¿Lo amas? -repitió.

Yo negué con la cabeza.

-Entonces, aún me quedan posibilidades -sonrió.

Limpió las lágrimas de mis mejillas y me besó. Traté de girarme, pero me sujetó a tiempo. El contacto duró unos segundos, y el chef me miró a los ojos.

-Quiero ayudarte.

-No puedes -susurré.

-Voy a hacerlo. Voy a borrar su nombre a fuerza de besos.

Deslizó sus dedos por mis labios.

-...voy a besarte hasta que te quedes sin aliento...

Me besó suavemente.

-...voy a hacerte el amor hasta que no recuerdes ni tu nombre...

Comenzó a besar mi cuello.

-...voy a acariciarte hasta que no puedas más...

Bajó una de sus manos por mi espalda hasta mi trasero y me apretó contra él.

-...voy a hacerte lo que ningún hombre se ha atrevido a hacer contigo...

Me mordió el lóbulo de la oreja. Podía notar la sangre agolpándose en mis mejillas.

-...créeme, no vas a querer que este momento acabe, Saphira.

Tragué saliva.

-¿Alice? ¿Estás ahí?

Halina Zelinski, destroza-momentos oficial, al rescate.

-S-Sí -respondí.

La modelo abrió y vio a Jordi.

-¡Pero serás...! -se lanzó contra él.

-Tranquila, fiera -la sujeté-. ¿A qué vino eso?

-¡Como vuelva a intentar aprovecharse de ti te juro que lo...!

-No es lo que crees -trató de explicar el chef.

-¿¡Y por qué estaban ahí dentro!?

-Se escondió para llorar, yo iba a romper la puerta y ella abrió, se le cayeron las llaves fuera y una corriente nos encerró -explicó.

-Ya, y ahora querrás hacerme creer que eso es el móvil -se burló la mujer, señalando el pantalón de Jordi-. ¿Te crees que me chupo el dedo o qué?

De hecho, el bulto del pantalón no parecía muy platónico que digamos...

Halina se zafó de mi agarre y le dio una patada en la entrepierna que lo dejó en el suelo y me llevó a la habitación.

-¿Te hizo algo?

-Que no...

-No te habrá amenazado con echarte si no accedes a tener sexo con él, ¿no?

-¡No!

-¿Entonces te acuestas con él para ganar?

-¡No todo tiene que ver con el puto programa, y no me he acostado con él!

-¿Segura?

-No, Halina, me violó mientras no miraba, ¡no te jode! ¿¡Cómo no voy a estar segura!? ¿Por qué no puedes aceptar que no ocurrió nada?

-Quizás por eso en tu cuello.

Me pasó un espejo y vi una marca oscura en mi cuello.

-Ese hijo de la gran... -gruñí.

-¿Me vas a contar ya lo que ocurrió?

Le relaté lo ocurrido.

-¡Oh Dios!

-¿Qué?

-¡Le gustas!

-N-No creo...

-¡Y a ti te gusta él!

-N-No es cierto...

-¡Y hacen tan buena pareja! ¿Cómo no me di cuenta antes?

-Y dale, ¡que no me gusta!

-Recuerdo que Gabriel hizo mucho menos y está en la UCI.

-Es diferente, Jordi no me forzó a nada...

-Entonces tú querías hacerlo, ¿no?

Me tenía arrinconada.

-Puede que me guste, pero no quiere decir que vaya a salir con él.

-¿Por qué no?

-Dios, Halina, ¡usa la cabeza! Es un juez, pueden echarnos a ambos y manchar su reputación.

-¿Piensas esperar a que acabe el programa?

-Aún no estoy segura de que deba estar con él. ¿Y si solamente quiere acostarse conmigo? ¿Y si me hago ilusiones y él luego me abandona?

-Realmente te gusta...

-Me temo que sí -suspiré.


Helado de limón y chocolate [Jordi Cruz] [Masterchef]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora