26. Una pequeña tumba

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A primera hora de la mañana Will no tenía ánimos para hacer nada. La noche anterior había experimentado otra vez su muerte y el olor de su propia sangre mezclada con un aroma floral aún no desaparecía de sus fosas nasales. Desde un primer momento todo indicaba que ese día era uno para permanecer escondido entre las sabanas.

Hannibal se aclaró la garganta y se sentó al borde de su cama, "¿Vas a bajar a desayunar?".

Will sacó una mano de entre sus cobijas y la agitó a modo de respuesta, "No tengo ánimo, vete sin mí".

"Está bien, pero cuando regrese necesito que me ayudes a alimentar al cachorro" dijo Hannibal antes de cerrar la puerta tras de sí.

Will se acomodó una vez más dispuesto a seguir dormido. En la habitación se colaban repentinas ráfagas de viento que hacía ondear la blanca cortina colocada en la ventana abierta y el clima comenzaba a dar algunos signos del cambio de estación. No importaba cuantas estaciones pasaran la sensación de vivir en un bucle temporal siempre era más predominante en el ambiente de Mirfield.

Sin poder conciliar el sueño de nuevo Will se quitó la ropa con la que había dormido y se alistó para ir a alimentar a Winston, así había llamado al pequeño cachorro a espaldas de Hannibal. En camino al lugar a donde solía encontrarse el animalito la mente de Will vagaba entre pensamientos sobre su muerte y sobre la situación en 1981, aun por más que se negase a admitirlo una duda había nacido en él sobre la inocencia de Hannibal en todo esto.

Las manos de Will comenzaron a temblar antes de que sus ojos pudieran confirmar lo que estaba viendo. En cuanto llegó al lugar en donde solía alimentar a Winston junto a Hannibal lo invadió la ansiedad, el animalito estaba recostado en la hierba en una manera innatural, a primera vista parecía que estaba dormido, pero si le veía con atención era evidente que no tenía vida.

Los ojos de Will se convirtieron en fuentes y su cuerpo se estrelló contra el suelo sin que él pudiera hacer nada para detenerlo. En ese estado de sollozo constante y desesperanza el tiempo transcurrió sin que él pudiera notar que pasaba a su alrededor hasta que alguien lo tomó por los hombros sacudiéndolo con fuerza.

"¿Qué pasó?", preguntó confundido Hannibal.

A Will le tomó un momento comprender lo que tenía al frente y cuando quiso hablar su voz salió en un tono irreconocible, "Está muerto".

"¿Quién está muerto?"

"El perrito".

"¿Y tu cómo lo sabes?".

"Vi su cuerpo está en la hierba".

Hannibal se acercó hasta el lugar donde yacía el pequeño animal y se inclinó para confirmar que había fallecido. Su rostro tenía una mueca de desagrado y sus cejas estaban a punto de tocarse de lo fruncidas que estaban, "¿Tú dejaste esto aquí?"

Will alzó el rostro confundido para poder ver a qué se refería Lecter y agitó la cabeza cuando vio un pequeño fragmento de papel, "Eso no es mío, yo ni siquiera lo había visto".

"Conoce tu lugar", Lecter desdobló el papel y lo leyó en voz alta con una mueca para luego lanzarlo al suelo enfurecido, "¿Qué es esta mierda?"

"¿Acaso tú hiciste esto?", preguntó Will señalando a Hannibal, "Si quieres darme un mensaje puedes hacerlo en mi cara no necesitabas hacer algo tan horrible".

"Yo jamás sería capaz de hacer algo así" se defendió Hannibal llevándose una mano al pecho, "Pero tú, de ti no sé qué esperar".

Will se limpió las últimas lágrimas del rostro y avanzó hasta donde estaba Hannibal para luego empujarlo, "Quítate de mi camino, me estorbas con tus estupideces y alguien tiene que enterrar a Winston para que pueda descansar".

Con sus propias manos Will comenzó a quitar la hierba debajo de un árbol y luego con ayuda de una rama empezó a escarbar un agujero donde poner al pequeño animal inocente. Un minuto más tarde Hannibal se agachó a cuclillas a su lado e hizo lo propio tratando de ayudar con lo que tenía a la mano.

Hannibal tomó la mano derecha de Will para detenerlo, "Déjame hacerlo, tú estás sangrando".

En ese momento Will notó que dos de sus dedos estaban sangrando por el tiempo que había escarbado desesperado y sin decir nada se quedó ahí observando como las diestras manos de Hannibal apartaban la tierra cada vez más hasta que se hizo un agujero lo suficientemente profundo para poner a Winston en él

El atardecer comenzaba a llegar para cuando Winston ya estaba en su morada de descanso eterno. Hannibal recolectó algunas flores salvajes y las acomodó alrededor de la tumba improvisada a modo de tributo y en un gesto completamente inesperado tomó la mano de Will, "No te preocupes, yo me voy a encargar de buscar quién hizo esto y lo va a pagar".

Will miró a los ojos a Hannibal y por un momento su corazón se detuvo. Ahí estaba ese brillo que solo había notado en 1980, esa chispa de amabilidad que hasta ahora solo existía en el pasado no desapareció por completo, aún estaba escondida en alguna parte de la coraza que Lecter le mostraba a los demás.

Ambos adolescentes se detuvieron para lavarse las manos antes de llegar a su dormitorio y en su camino de regreso pasaron por un pequeño negocio que vendía alimentos, ahí Hannibal se detuvo abruptamente y dijo, "Espérame tengo que comprar algo".

Will se quedó parado esperando a que regresara su compañero de habitación y luego lo vio volver con dos pequeños cartones de leche, uno en cada mano.

"Ten" Hannibal extendió su mano ofreciéndole unos de los cartones a Will, "No has comido nada y parece que te vas a desmayar".

Will aceptó el cartón ligeramente confundido y por primera vez le sonrió sinceramente a ese Hannibal, mientras pensaba, "Después de todo tú y el son la misma persona".


Lonestar[Hannigram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora