6-(Vanganza)

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NOTA: EN LA PARTE DE VENGANZA ESCUCHEN la canción FUCK YOU
-¿Por qué estas tan segura de que tendremos que entrar ahora?- Patrick miraba su reloj mientras hablaba.
Estabamos detras de unos arbustos a un lado de la casa de Luck. El olor a pasto mojado inundaba mi olfato.
-Porque ahora, en algún momento, la madre de Luck llevará a su partido de fútbol y volveran para cuando tengamos todo preparado y calculado.
Mire a Nora, obesa y antipática madre de mi ex, guardar una canasta con alimentos en el baúl del auto. Luego de unos minutos Luck salio de la casa con su bolso deportivo cargado en el hombro y subió del lado del hombro.
El sonido del caño de escape del auto nos dijo que se habían ido.
-Ahora vamos.- dije sacudiendo su hombro- atrás hay una enredadera.
Caminamos por un lado de la casa en su exterior hasta llegar al patio trasero donde había unos columpios para niños y un tipo de parrilla con su mesa, sillas, etcétera.
Nos acercamos a la casa para examinar como subiriamos.
-Aquella es la habitación de Luck- apunte un balcón del cual caía una enredadera de madera para las plantas.- Tu primero.- me miró con las cejas en la frente.
-¡¿Qué?!
-Fue tu idea primero en principal.
-Pero tu conoces la casa, yo no- susurró.
-Sube y me ayudas a subir es mas fácil. Eres hombre tienes que ayudarme, tu eres el fuerte aquí.
-No seas machista, yo se como es tu familia.
-¡Por favor Patrick! Se nos va el tiempo.
Resongo y comenzó a trepar la enredadera hasta llegar al borde del balcón.
No lo tuve en mi campo de visión por unos momentos hasta que se acercó al borde nuevamente y me asintió en señal de que no había nadie allí.
Comencé a trepar la enredadera con dificultad, nunca fui buena para los deportes. Nunca. Luego de 20 minutos de tortura y temblores del cagaso que tenía, porque en serio temía a caerme. Llegué a un punto al que alcanzaba la mano de mi nana.
Tomó mi mano y de un momento a otro estaba frente a él. Estaba muy agitada, sobresaltada. ¡Maldita sea! Casi muero ahí.
-Tampoco era para tanto Alex- rodeó los ojos.- tenemos mucho menos tiempo del cual contábamos. Podemos ir presos lo sabes Alex.- sus cejas estaban unidas por el fruncido.
-Um, claro solo que no soy buena para esto de deporte ¿Entiendes?
Carcajeo, no entendía su rotundo cambio de humor. En las esquinas de sus ojos se formaban arrugas por su melodiosa risa.
-Solo era broma, claro que podemos ir presos por allanamiento pero... no creo que pase.
Reí neviosa.
-Mejor comencemos. No quiero que nos encuentren.
Abrimos el ventanal que daba entrada a la habitación de Luck. Hacía mucho tiempo que no entraba aquí. Nostalgia me invadió inmediatamente. Sacudi mi cabeza y sonreí tratando de darme animos.
-Bien, empecemos por el su baño.
-Oh, yo te aviso que no hare nada solamente vine a inspeccionar tu venganza.- lo mire con una ceja alzada.
-Como quieras... sin embargo creo que te gustaría saber que mi ex novio- camine al baño mientras me ponia guantes de látex- no me puso el cuerno solamente con Sophia- lentamente comence a chistar la lengua.- me cuerneo con primer trasero que se le cruzó. Incluyendo tu amada Caroline ¡Pues claro! No se iba a quedar satisfecho con solo una chica. Fueron veinte de las que yo me enteré. Pero la de Sophia es la gota que revalso el vaso. ¿Aún sigues pensando de la misma manera?.
-A mi nadie me pone el cuerno Alex- sonrió mientras negaba con la cabeza.
Saque de mi mochila la crema depilatoria y vacie su shampoo hasta que quedo un cuarto de su totalidad.
-¿A no? Pues por lo que yo se a ella le encantan los deportistas, Luck es uno de los mejores del equipo del instituto en fútbol americano. Por algo me odia tanto. O bueno, me odiaba.- giré mi cabeza para ver su reacción.
Estaba apoyado en el marco de la puerta cruzado de brazos, sus labios estaban apenas separados y pude notar decepción en sus ojos.
-Oye pero no te sientas mal, no.- me miró- se que duele ¡Pero! Te puedes vengar... aún. De ella o de el, inclusive de ambos.
-Te juro que te follaria en esa cama solamente para joderlo- habló con rabia.
Okey, me quede impactada lo que dijo fue muy fuerte pero estaba furioso y lo entendía. Debo admitir que la idea de que me violaria pasó por mi cabeza. Claro, enseguida borre esa estupida idea.
-Lo-lo siento, no lo digo en serio.
-Yo sé que no Patrick... creí que sería bueno que lo sepas.- sonreí de lado de manera reconfortante.
De la mochila saque la bolsa qye tenía la mezcla de pimienta entre otras cosas y se la pase.
-Eso va arriba del ventilador de techo.- Me sonrió y asintió luego salió del baño.
Seguí haciendo mi trabajo que consistía en llenar su shampoo en crema depilatoria y mezclarlo. Agité la botella para que se mezclara mas rápido. En cuanto terminé con ello deje su nuevo shampoo en su lugar.
Abrí nuevamente la mochila para; esta vez, sacar la naranja gigante... Abrí el retrete. Un "Diu" salió de mis labios, asco me dio al ver su pipí. Tome su cepillo de dientes y lo moje en su orina, deje el cepillo en su lugar y volví a lo mío.
Después de tirar de la cadena dejé la naranja en el retrere para que, cuando tirasen de la cadena nada se pudiera ir sino que salirse de si, o sea lo tapé.
Cuando estabamos en casa cambiamos el olor del desodorante de ambiente. Luego de vaciarlo lo pinchamos con una aguja de jeringa que estaba conectada a una manguera con su otro extremos a un spray con olor a pescado que encontramos en la cocina de papá.
Salí del baño y encontré a Patrick parado en la silla de escritorio de Luck dejando la mezcla sobre las aletas del ventilador de techo.
Cuando bajo me ayudo a pegar una bocina en la misma silla.
-Esto es muy cruel-dijo riendo. Su risa era contagiosa y no soporte asi que comence a reírme de manera exagerada.
-Esto es aun peor.
En el cajón de su mesita auxiliar se encontraba una caja de preservativos.
-A-Alex no te pases.
Frunci el seño y largue un Ptss
-No hare nada grave Nana. Solo- saque una aguja de mi pantalón.
-¡No Alex! Ya basta te estas pasando.
-¡¿Qué te pasa?!
-Alex eso es grave, se que te dolió lo que te hizo pero eso ya es mucho- intentó quitarme la aguja. Me senté en la cama. Y calmadamente hable...
-Patrick, me engaño con mas de veinte chicas, solo Dios sabe cuantas mas... yo estaba muy enamorada de él. ¿Y sabes que tuve que hacer con ese amor? Llorarlo. Día y noche. Lo hice más de veinte veces. Si, fui una idiota pero por amor haces todo y eres todo. No se que me pasaba, solo se que no queria verlo y cuando lo descubrí con mi mejor amiga no pude evitarlo más. Ya no podía hacer de cuenta que nada había pasado. ¡Ya no! Y y y lo peor es que siempre lo defendí, cuando lo escribia en mi diario lo defendía diciendo que ellas eran las zorras que lo provocaban, que lo buscaban, el era un angel que caía en la terrible tentación.- Rei sin ánimos mirando a la aguja- Y decidí tomar la aguja y pinchar mis burbujas. No podía seguir así. El tomo la decisión de estirar mi corazón como goma de mascar hasta mas de lo posible. Ahora no creo en el amor. No creo que un par de hijos le hagan daño.
Patrick paso una mano por su cara.
-¿Sabes lo grave que es esto no?
-Lo sé Patrick.
Y comencé a pinchar discretamente los 20 preservativos.
Deje todo en su lugar nuevamente. Y sonreí.
-¡Arriba ese ánimo! Aquí esta todo listo solo tengo que cambiar los lubricantes ¿Me pasas el de la mochila? Son de la misma marca dije tomando el suyo. Se lo lancé y lo guardo en la mochila para luego pasarme el que yo habia preparado.
-¿Qué le hiciste a eso?
-Sólo le puse un poco de sal y pimienta.
Río negando con la cabeza mientras cambiaba el spray del aparato que tira aromatizantes automáticamente.
-Bien, entonces cuando entre habra un olor a pescado tremendo abrira las ventanas para que se ventile y tal vez prenda el ventilador y caerá la harina entre otras cosas.
-Oh! Y será padre- comentó mi nana- no lo olvides. ¿Cada cinco minutos?- pregunto refiriendose al aparato de perfume. Asentí.
-Aquí todo esta listo. Solamente hay que pegar la puerta.- dije mientra embarraba el marco de la puerta con pegamento.- ¡Voila!
Salimos de la habitación de Luck cerrando la puerta.
-Ya vamonos- dijo mirando su reloj de mano.- quedan 20 minutos para que termine de jugar.
-Y diez para que lleguen aquí.- dije mientras bajaba las escaleras- estúpida casa, me despreciaba su madre cuando estaba aquí ¡Y nunca le hice o dije nada malo!- entre al garaje por la puerta de adentro.
Tome las patatas y las deje en lo mas profundo del caño de escape del auto de Luck.
-Que malota- me burlo desde la puerta.
-¿Creíste que solo haría eso? Pues creíste mal Nana.
Abrí el ducto de gasolina y le heche la gaseosa que había mezclado con azúcar.
Sonreí. Luego camine al capó del auto y lo abrí. Vacíe tres paquetes de azucar en el motor..
-¿Y qué hara eso?- Preguntó desde la puerta.
-A los pocos días el motor se pega, se sobrecalienta, se tapan los inyectores y hay que hacerle un tune-up mayor para que recupere su estado original.
-Oh... oye ya deberíamos irnos todavía no sabemos por donde saldremos por el balcón no se puede ya que pegamos la puerta.
-Okey, okey buscare como salir de aquí mientras tanto cambia las manzanas de la nevera por las de la mochila.- Asintió y se fue trotando.
Entre a la casa nuevamente. Bien, en las puerta había rejas que no nos permitían salir y la puerta tenía llave. Las habitaciones de arriba tenían ventanas pero no había manera de bajar por ellas sin lastimarnos gravemente. El sonido del caño de escape del auto de Nora se escucho alterandome. Patrick tenía razón debí apresurarme.
-Alex entra ahí.- tomó mi mano y corrimos a la puerta del sótano. Cerramos la puerta y nos escondimos debajo de las escaleras. Nuestra salida era la ventanita pequeña de aquel lugar. Escuchamos como entraban a la casa.
-"Ire a darme una ducha mamá"
-"Claro cariño, te prepararé tus manzanas"
-"Rayos mamá ven a ayudarme"
-"¿Qué pasa cariño? "
-"Mi puerta esta atascada"
-"Quizás en el sótano hay algo que ayude"
Comence a alterarme más y más. Abrimos la ventanita pequeña y primero salí yo con ayuda de Patrick quien me empujó el trasero para que suba mas rápido. Luego tomé sus manos y con toda mi fuerza salió afuera. Cuando estábamos completamente listos lo único que hicimos fue correr mientras reíamos de lo patéticos que nos veíamos.

Mi Niñero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora