Pensé que cuando Richard había dicho 'fiesta' se refería a la típica fiesta de fraternidad o algo parecido, no esto. Estábamos en una sala que si bien tenía toda la decoración típica de Halloween de alguna forma todo parecía gritar dinero y estilo.
– Otra vez se retrasaron. – Richard negó con la cabeza. Una sonrisa de diversión en sus labios. – No debería sorprenderme, en realidad. – Escaneó una vez más la multitud frente a nosotros. Sus ojos parecieron encontrar un rostro conocido. – Vamos, quiero que conozcan a otros de mis amigos. –
Nos condujo entre la multitud repartiendo uno que otro saludo. Finalmente llegamos a un grupo compuesto por tres chicos y dos chicas. Dos eran pareja, si las miradas y manos unidas eran algún indicativo.
Una chica rubia, se presentó como Julieth. La otra chica, una pelirroja, era Melissa y su novio era un chico rubio llamado Gregory. La otra chica salía con el que al parecer era el gemelo de Melissa, Matthew, un chico de cabello castaño claro. El último chico era el que había llamado a Richard el día anterior, Trevor. Un yelmo cubría su cabeza y parte de su rostro por lo que no podía ver todos sus rasgos, pero por lo poco que era visible quedaba claro que el chico debía atraer muchos miradas.
Estaba disfrazado de caballero, un caballero medieval. Su disfraz era perfecto. No era una de esas armaduras que cubrían de pies a cabeza a quien los usaba sino, de lo más sencillos con cota de malla, yelmo y otros accesorios que indicaban que el disfraz había sido hecho para lucir cien por ciento real, era como sacado de un libro de historia. Pase mi mirada hacia el resto del grupo, los otros cuatro vestían como personas propias de los años 1800 o algo por ahí.
– Sus disfraces son geniales. En especial el de Trevor. – No pude frenarme de decirlo.
– Gracias. – Dijo Trevor haciendo una leve inclinación. – Pero no tuve mucha elección. Mi reina quería un caballero que la protegiera esta noche mientras disfruta con su rey de esta fiesta organizada por tan importantes señores y señoras. Es imposible negarle algo a la reina. –
Todos los presentes nos reímos de sus palabras. Cualquiera habría creído que era un caballero medieval real.
– No os burléis. Aquellos que la conocen saben lo peligroso que es desobedecerla. – Continuó Trevor en aquel tono tan solemne. Sacudió la cabeza. – He de advertir a quienes no la conozcan que a la menor muestra de desobediencia... me pedirá sus cabezas. –
– Trevor, querido. – Llego una voz femenina detrás de nosotros. – No estarás diciendo mentiras sobre mí otra vez. En verdad espero estar equivocada.
– Vuestro fiel caballero no se atrevería, amor mío. – Dijo el chico que acompañaba a chica que se había parado junto a Trevor. – Ni yo me atrevería a cometer semejante agravio.
Ambos eran hermosísimos. Y al verlos comprendí lo que había dicho Trevor al principio. Había pensado que estaba bromeando cuando mencionó una reina y un rey, pero ante mi estaban parados dos chicos que lucían como reyes de los tiempos medievales. La chica era alta con risos rubios que caían alrededor de su rostro enmarcándolo, vestía completamente de blanco y una corona se posaba sobre sus cabellos. El chico en cambio vestía completamente de negro desde las botas hasta la capa que llevaba sobre su camisa, si, negra obviamente. Su cabello rojo estaba cortado bajo a los lados y alto en el medio de la cabeza y un mechón le cubría la parte izquierda del rostro, en el lado visible se veía un ojo verde. Él también llevaba una corona en la cabeza.
La voz de Richard interrumpió mis observaciones de los recién llegados. – Mis queridas señoras. –Dijo dirigiéndose a Susan y a mí. – Permítanme presentarles a sus altezas. La reina Charlotte y el rey Max. –
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Increíble (Una historia sobre Quimeras 2)
FantasyIntento mantenerme bajo el radar y que no me molesten, pero con mi familia eso es tarea casi imposible. Para ellos atraer miradas es para lo que vinieron a este mundo. Digo que soy diferente a ellos, pero al parecer esto no depende enteramente de mí...