Cinco minutos. Oh Dios, solo cinco minutos. Richard me había informado que solo faltaban cinco minutos para que llegáramos a casa de sus padres. Lo dijo para tranquilizarme, pero el efecto había sido el contrario. Este momento se sentía importante. Conocer a la familia de la persona con la que estabas saliendo era importante ¿cierto?
– ¿Richard? Mejor dile que se tranquilice. De lo contrario terminará dándole un infarto antes de que pueda conocer a tus padres. – Bromeó Susan desde el asiento trasero.
– No entiendo por qué estas nerviosa. Son solo mis padres. –
Oh si, solo sus padres. Y sus dos sobrinos y su cuñada... ¿Qué pasa si no me aprobaban? Quizás no les agradara. Dirían que Meghan era una mejor novia para Richard y tratarían de convencerlo para que volviera a salir con ella. Wao ok, ¿de dónde habían salido esas ideas locas?
– Aquí estamos. Dulce hogar. – Anunció Richard frente a una casa de tres niveles. Un hermoso jardín al frente le daba un aire acogedor.
Estacionó el auto en el garaje para tres coches. Entramos por la puerta que comunicaba con la cocina. El brazo derecho de Richard colocado posesivamente alrededor de mi cintura. Mi nerviosismo disminuyo un poco al sentir el calor de su brazo a mi alrededor. Supongo que era hora de conocer a los padres.
Un minuto con la familia de Richard y mis nervios se calmaron. Su padre, Randall, era casi una copia exacta de su hijo. Podía imaginar a Richard dentro de varios años luciendo como su padre. La diferencia entre ambos estaba en el color del cabello y los ojos, rubio y azules en su padre.
Su madre. Margaret Patterson era una mujer que llegabas a querer de inmediato. Me di cuenta que el color sus ojos y cabello eran lo que había heredado su hijo. El amor hacia su familia resaltaba al instante que la conocías. Por otra parte no estaba segura si debía reír o huir cuando nos dejaban solas o con Jillian. Las chicas sabían de lo que estaban hablando cuando dijeron que estarían esperando las invitaciones para la boda. De formas no tan sutiles Margaret estuvo informándome de los detalles para mi boda con su hijo. Algo que según ella no tardaría mucho en suceder. Me pregunto si Meghan tuvo que pasar por lo mismo. La respuesta estaba claro que era si, de que otra manera estaría al tanto de lo que estarían esperándome en esta visita. Sentí una punzada de celos al pensar en ello.
– Hizo lo mismo conmigo y Robert. Nos casamos seis meses después de conocer a sus padres. – Me informó Jillian cuando me quede con ella y sus dos hijos. – Unos meses más tarde nació Gilbert...–
Con la sola mención del nombre de su hijo, la mujer fuerte ante mí se desvaneció. No podía imaginar el dolor que debía sentir una madre al perder un hijo. Aún así trate de brindarle apoyo. Si bien la familia nos había recibido a Susan y a mí con mucha alegría, podías sentir la pérdida del pequeño Gilbert.
Ese fue el único momento triste de la visita. El resto del fin de semana pasó rápido. Los pequeños sobrinos de Richard tenían ese algo que te hacía quererlos, si sonreían tú sonreías con ellos y si estaban tristes tratabas de hacerles sonreír nuevamente.
***
– Solo llámame cuando vayas a subir y abriré la segunda puerta. – ¿Qué era ese sonido que se escuchaba al otro lado de la línea? Sonaba como la risa de un niño.
– Seguro. Solo demoraré unos minutos en mi apartamento mientras recojo algunas cosas que olvidé. –
Mi apartamento se había convertido en nuestro cuartel general. Con nuestro me refería a que allí nos reuníamos Susan, Richard y yo. Tener un lugar propio alejado de la universidad tenía sus ventajas. Una de ellas era que te alejabas de tus compañeros los cuales trataban de distraerte constantemente y arrastrarte a la fiesta que estuviera celebrándose. Les había entregado llaves del mismo a Susan y Richard. Como bono, gracias a esto logré que él no pasara tanto tiempo con Meghan. Si, estaba celosa de ello y no podía negarlo. Richard hacia lo que Meghan le pidiera. Hoy por ejemplo, le había pedido un favor sin importarle que fuera nuestro primer San Valentín como pareja. Razón por la que él estaba en su penthouse y yo estaba de camino a mi apartamento a buscar los libros que olvide dos días antes.
ESTÁS LEYENDO
Increíble (Una historia sobre Quimeras 2)
FantasyIntento mantenerme bajo el radar y que no me molesten, pero con mi familia eso es tarea casi imposible. Para ellos atraer miradas es para lo que vinieron a este mundo. Digo que soy diferente a ellos, pero al parecer esto no depende enteramente de mí...