Capítulo 20

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Richard

El rastreador funcionaba a la perfección. Sabíamos en dónde estaba Melanie o por lo menos esperábamos que ella aún llevara el colgante. A unas siete horas de la casa de los Bennet-Bardackov, en un deposito propiedad del padre de Thomas Smith. Sorpresa, sorpresa. Odiaba a ese sujeto con todo mi ser.

– Richard. – Llamó Charlotte. – Te dejamos venir con nosotros porque sabemos lo importante que es para ti estar aquí. Pero ten paciencia, cuando lleguemos nuestros guardias tienen que hacer un reconocimiento del área primero, en base a esto modificaremos nuestros planes para entrar y sacar a Melanie. Confía en nosotros, por favor. Y mantente siempre cerca de Max y de mí. –

– No hay lugar más seguro que ese, créeme. – Afirmó Meghan.

Ella y yo éramos los únicos puramente 'humanos' dentro del grupo de cuarenta personas que se dirigía a rescatar a mi novia de su exnovio loco. Aún me parecía increíble todo lo que me habían contado los amigos de Ashley sobre genes, experimentos y cosas increíbles. Saber que Melanie era como Gregory, quien se ofreció a demostrarme que lo que decían era cierto mostrándome un par de alas que parecían las de un águila, no fue difícil de creer, desde que conocí a Melanie sabía que era especial, esto, esto simplemente lo terminaba de demostrar.

Meghan había insistido en acompañarnos alegando que le debía eso a Melanie por arriesgar su vida para salvar a Ashley y a su bebé. Charlotte aceptó, pero durante el viaje le explicó que ella se quedaría afuera con George y los otros guardias que servirían de refuerzo.

– Rachel, – Como optaba por llamar Charlotte a Ashley. – es mi mejor amiga, si algo te llegara a pasar eso la destrozaría. No voy a arriesgarme y tú tampoco, salvo que sea necesario. Por esta razón te quedarás con George y quince guardias que servirán de apoyo de ser el caso. ¿Entendiste? –

– Sí. – Meghan no lucía muy de acuerdo, pero como el resto de las personas que conocían y respetaban a Charlotte obedecía las órdenes que esta impartía.

– No es que estemos dudando de tu capacidad para ayudarnos. – Max miró a Meghan por el espejo retrovisor. – Charlotte es testigo de tus habilidades en combate. Tú manejo de diversas armas es maravilloso. –

– Me enseñaron los mejores. – Meghan le dirigió un guiño de complicidad a George que iba sentado a la derecha de mi amiga.

– Me reservo mi opinión respecto a eso. – Comentó Max con algo de humor en su voz. Volviendo a su tono serio dijo: – Mi punto es que, sabemos que eres buena y que puedes ayudarnos, pero este no es el momento para poner en riesgo tu vida. –

– Entiendo Max. No se preocupen. Me quedare con el resto de los guardias. –

Meghan no había insistido en entrar con nosotros después de eso. Durmió un rato y no hacía mucho estaba hablando con Natalie por teléfono para que le informara de cómo estaba Ashley. Era la primera vez que intervenía en una conversación desde aquella con Max y Charlotte.

Les hice saber que no me separaría de ellos como habían dicho. En mi interior no podía dejar de pensar en que no conocía a la Meghan que tenía a mi lado. No era la chica que conocía de tantos años, ni siquiera la de tres años atrás. Esta Meghan conocía cosas que muy pocas personas sabían, manejaba armas, en plural. ¿Qué tipo de armas? No lo sabía y no me atrevía a preguntar.

***

– Todo sigue igual, señor. – Informó un guardia a Max. – No se han dado cuenta de nuestra presencia. –

– Bien. Entonces demos inicio a la operación. Rescatando a Patito Feo. – Charlotte le dio un golpe en el hombro a Max, sin disimular su sonrisa.

Increíble (Una historia sobre Quimeras 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora