Capítulo 11

112 9 3
                                    


– Solo imagina que eres un ave. Un muy lindo y liviano pajarito. – Dijo por vigésima vez Jason.

– Lo dice el chico que no tiene alas. Jasón, creo que ese el problema. – Marianne, la hermana de Max nos miraba desde donde estaba sentada en el auto de su novio. – En realidad no sabes cómo funciona lo de las alas. –

– No es diferente a lo que hago yo. – Con eso se refería a su transformación. Con transformación me refiero a una verdadera transformación de humano a tigre.

Dos meses atrás si alguien me hubiera dicho que esto era posible. Habría dicho que claro que era posible, pero con la ayuda de muchos efectos especiales. La primera vez que vi una transformación fue al regresar de casa de mis padres. Aunque había mantenido varias conversaciones con Max explicándome más sobre por qué éramos diferentes, en realidad no sabía que tan diferentes podíamos llegar a ser.

– ¿Quieres ver algo que muchos pensarían que es imposible? – Me preguntó Max cuando nos volvimos a encontrar varias semanas atrás. Imposible

– ¿Imposible? ¿Así como es imposible que tú tengas alas? – Estaba nerviosa y hacia frio así que mis palabras salieron con algo de inseguridad.

– Algo así. – Dijo. Ante mis ojos vi como Max desaparecía y en su lugar quedaba un gran oso negro.

Quería salir corriendo. Antes que diera un solo paso alguien lanzo una sábana sobre el oso. Charlotte se detuvo a mi lado y colocó una mano sobre mi hombro, impidiéndome huir.

Tan rápido como había desaparecido así volvió a aparecer Max.

– Decirle que pensabas hacer habría sido de ayuda. – Lo reprochó Charlotte.

Unos días más tarde Jason había ocupado el lugar de Max enseñándome todo lo necesario sobre ser diferente. Intentaba enseñarme cómo hacer que mis alas salieran. La explicación de Jasón fue más detallada y a la vez algo perturbadora. Controló la transformación lo suficiente para que viera como los huesos y músculos de su pierna cambiaban y en su lugar iba apareciendo la pata de un gran felino.

– Lindo y liviano pajarito, ¿es en serio? – Marianne se había acercado mientras estaba perdida en mis recuerdos. – Tu descripción parece la de un periquito. Sabes que ese tipo de genes no están en ninguno de nosotros ni de nadie. –

– ¿Cómo puedes estar segura? – Ambos me miraron y Jasón dejó que Marianne me explicara.

– No es el tipo de animales que proporcione alguna ventaja. O eso es lo que creemos que pensaron los que hicieron esto. Querían depredadores no presas. Porque eso es lo que buscaban, reforzar nuestro lado depredador. – Osos, tigres y lechuzas. Todos depredadores, pero...

– Los cisnes no son depredadores. – Esas grandes aves de plumaje blanco no eran tan peligrosas o especializadas como los tigres o las lechuzas.

– Lo de los cisnes creemos que fue hecho por otros motivos. – Esta vez habló Jason. – Con los otros animales buscaban aumentar habilidades de batalla, pero con los cisnes las habilidades que trataban de reforzar eran relacionadas con la belleza y el arte. Como bono lograron reforzar también su audición. Quizás para que escucharan mejor su canto. –

– No nos preguntes cómo esperaban conseguir eso. – Marianne miraba hacia el cielo. Cada cierto tiempo hacia lo mismo, en caso de que Hermes le avisara de alguna persona en los alrededores. – Los cisnes en la mitología era relacionados con Apolo y Venus. Música y belleza, suponemos que eso los hizo tener la brillante idea. –

Mi hermana estaría feliz de saber que nuestros antepasados fueron creados para tener belleza y habilidades artísticas. No sé si el resto de la historia sería de su agrado.

Increíble (Una historia sobre Quimeras 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora