Al día siguiente volví a encontrarme con Richard. No pude contactarme con Max, Charlotte, Jason o Marianne, en realidad Charlotte si contestó, pero era obvio que estaba ocupada, se escuchaba el llanto de un bebé, así que no tuve tiempo para preguntarle lo que quería y después de eso desistí.
– Estaba pensando que podemos ir al mediodía y regresar al día siguiente. ¿Qué dices? – Richard había estado hablándome sobre su familia. Le pregunté sobre ellos y él muy feliz comenzó a decirme qué esperar de su familia. Ahora estábamos organizando qué día ir a visitarlos.
– Me parece bien. – Si salíamos al mediodía eso me daba tiempo para dormir. – No tengo mucho asignado para la próxima semana, por lo que será perfecto. –
–Genial. Yo tampoco tengo mucho que hacer. – Richard se levantó y me tendió la mano. Mi próxima clase empezaba en menos de diez minutos. – Mis padres han estado preguntando la razón por la que ahora llevo esta sonrisa de bobo en mi rostro. Cuando les dije que tenía novia quisieron que te presentara de inmediato. –
Por la mirada perdida de Richard supuse que estaba recordando algo. Si era algo bueno o malo no podía decirlo. Seguimos caminando hasta que me dejo en la puerta de mi clase. Se despidió de mí con un beso, sabor a chocolate por supuesto, y luego fue prepararse para sus clases. Cuando comenzamos a salir también iniciamos esta rutina. No siempre podíamos seguirla, pero tratábamos. Teníamos horarios diferentes y esto lo dificultaba, pero intentábamos vernos por lo menos una vez al día y cumplir una vez a la semana nuestra rutina.
***
– Verdes. – Decía una.
– Azules. – La contradecía la otra.
– Verdes. – Volvía a repetir la primera.
Llevábamos unos cinco minutos junto a su auto mirándolas. Y las únicas palabras que decían eran 'azules' y 'verdes'. Ashley era quien decía 'verdes' y Meghan decía 'azules'. Encontrarlas había sido pura casualidad. Íbamos de camino a encontrarnos con Susan para comer porque Richard quería incluirla en nuestro viaje a conocer a su familia, él también apreciaba mucho su amistad. Las encontramos en el estacionamiento a unas metros del auto de Richard. Nos acercamos a saludarlas, pero ambas estaban muy concentradas diciendo una y otra vez las mismas palabras. Verdes y azules. Al principio me pareció gracioso. Cinco minutos más tarde, empezaba a preocuparme. Richard por otra parte parecía entender de qué iba todo esto y solo se reía de las chicas frente a nosotros.
– ¿Me podrías explicar? – Le pedí.
– Tratan de decidir el color de los ojos de su futura hija o hijo. – Se encogió de hombros. – Creo que si eligen bien al donante las posibilidades para cierto color son mayores. –
Eso explicaba un poco el comportamiento de las chicas. Obviamente Ashley quería que el bebé tuviera sus ojos verdes como Meghan, pero Meghan por la misma razón quería los ojos del bebé fuesen azules justo como los de Ashley. Estas chicas sí que iban en serio o eso parecía.
– Parece que es un tema muy importante. – Ninguna de las dos parecía querer dejar que la otra ganara.
– Supongo. Según me han dicho todo se llevará a cabo dentro de unas semanas. – Una expresión cruzó por el rostro de mi sexy novio. Era una muy parecida a la que había visto en Jasón antes de hacer uno de sus comentarios alocados. – Hey, chicas. – Llamó, atrayendo por fin la mirada de ambas. – Yo digo que mejor chocolates. –
Tanto Ashley como Meghan lo miraron como preguntándose de qué estaba hablando. Luego las tres caímos en cuenta a que se refería. Chocolates como sus ojos, estaba insinuando que él podía ser el donante. Mi rostro posiblemente mostraba cuán celosa esa idea me ponía, en ellas sin embargo la idea aparentemente les causaba disgusto.
ESTÁS LEYENDO
Increíble (Una historia sobre Quimeras 2)
FantasyIntento mantenerme bajo el radar y que no me molesten, pero con mi familia eso es tarea casi imposible. Para ellos atraer miradas es para lo que vinieron a este mundo. Digo que soy diferente a ellos, pero al parecer esto no depende enteramente de mí...