Meghan
– Es sábado, Ash. Deja eso y ven aquí. –No era la primera vez que le decía eso. Tampoco era la primera vez que me ignoraba. – ¿Por favor? –
– Espera unos minutos más. – Miró nuevamente las fotos que estaban sobre la mesa. – Quiero que quede perfecto. –
– Todo quedará perfecto. No tienes de que preocuparte. – Si ella estaba así no quería ni imaginar cómo estaría Gaby. – Necesitas descansar. Casi no has dormido y ahora estas nuevamente mirando los detalles de la decoración. –
Camine por su estudio, en realidad era su área de trabajo. Amplio con paredes pintadas con colores que te hacían pensar en la tierra y la madera. Varias pinturas en distintos estados estaban dispersas por la habitación. El lugar podía parecer un caos, pero todo estaba ordenado según patrones que solo Ashley sabía. Miré la pintura en la que estaba trabajando, sabía que a Gaby y Aristo les encantaría su regalo. Bajo el estante en que estaba la pintura una sábana blanca cubría el piso de madera pulido. Hice una mueca al recordar todas las veces que había tenido un encuentro demasiado cercano con ese dichoso piso. Aprendí de la manera más dura a no caminar y mucho menos correr en calcetines en lugares con pisos muy pulidos, ya fuese de madera o de mármol, como en algunas partes de la casa de los padres de Ash.
– Quiero que la decoración quede perfecta. – Llegó la voz suave detrás de mí, pensé que no me había escuchado por lo que su voz me sorprendió. Miré sobre mi hombro, ella seguía inspeccionando las fotos. – Gabriela es tu mejor amiga y que haya pedido mi ayuda para organizar su boda es un gran honor. –
Gabriela y Aristo se casarían a mediados de año, faltaban más de cinco meses, pero Ashley estaba empeñada en hacer que esa boda fuese una de las mejor alguna vez realizadas. No solo porque era la boda de Gaby, mi mejor amiga, con Aristo, uno de los mejores amigos de Ashley sino también porque ella se sentía responsable de mi amiga y se sentía en deuda con ella.
Más de dos años atrás Gabriela nos ayudó en un plan para proteger a Ashley y su familia. Mi amiga nos ayudó incluso sabiendo que con dicho plan su familia se vería afectada. Sus padres eran materialistas, prejuiciosos y no les importaba quienes se vieran afectados por sus acciones, razones por las que a Gaby no le importó que la credibilidad de la revista de su padre decayera y el negocio y economía de sus padres se fuera a la ruina.
– Faltan meses para la boda. Relájate un poco. – Me acerqué a ella por la espalda y comencé a masajearle los tensos músculos. Ash dejó escapar un largo suspiró, eso me dio una idea para hacer que descansara. – Soy la madrina y ni siquiera he planeado la despedida de soltera. Además recuerda que hay un matrimonio más importante que planear. –
***
Llevaba la última media hora o algo así, trazando círculos en la espalda de Ash con mi mano izquierda. A mi lado derecho sonó un celular, por la canción que estaba sonando supe que era el mío. Traté de alcanzarlo pero en mi posición actual me era imposible. El sonido y mis movimientos despertaron a Ashley, quién se estiró para contestar, pero lo alcanzó justo cuando dejó de sonar. El reloj contra la pared indicaba que habíamos dormido alrededor de cinco horas. Mi celular volvió a sonar y esta vez Ash lo respondió casi inmediatamente.
– ¿Hola? ¿Quién es? – Preguntó Ash. Su voz todavía algo ronca por acabar de despertarse.
Escuchó en silenció por unos segundos. Una expresión de molestia en su rostro que fue rápidamente reemplazada por una de alarma, entendimiento y luego preocupación. Me tendió el teléfono y mientras se levantaba pronunció el nombre Melanie, muy bajo para indicarme quién estaba llamándome. Ashley abrió ampliamente los ojos al notar por primera vez la cantidad de horas que habían pasado. Me reí de su expresión mientras la veía salir.
ESTÁS LEYENDO
Increíble (Una historia sobre Quimeras 2)
FantasíaIntento mantenerme bajo el radar y que no me molesten, pero con mi familia eso es tarea casi imposible. Para ellos atraer miradas es para lo que vinieron a este mundo. Digo que soy diferente a ellos, pero al parecer esto no depende enteramente de mí...