Capítulo I

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POV KIM NANA.

-¡Agarra tus cosas Kim! -gritó la guardia-. ¿O acaso te quieres quedar otro rato en la sombra?

-Ya voy -respondí con impaciencia.

La guardia se alejó y yo tuve oportunidad de despedirme de mi compañera.

-Estaré esperándote afuera, Ah In -dije sonriendo.

-Aún me queda un año, NaNa -respondió con tristeza-. Además ya no estarás aquí.

-Pero estaré haya y juntas construiremos una nueva vida. Tienes que luchar. Promete que lo harás -ofrecí mi dedo meñique.

Ella lo tomó y sellamos la promesa.

-Te veré pronto -dijo Ah In con una sonrisa.

Tomé mi mochila con las escasas pertenencias que tenía y salí de la celda, la guardia que me había gritado estaba esperándome en la puerta del pabellón.

-Ojalá que no te vuelva ver por aquí Kim -dijo con la sonrisa que odiaba.

Abrió la puerta y me encontré con la guardia de la entrada.

-Adiós NaNa -dijo alegremente.

-Adiós, señora Han -dije sonriendo.

A diferencia de la guardia anterior, la señora Han siempre fue buena conmigo y con todas, ella de alguna manera intentaba comprender las razones por las que llegábamos a ese maldito lugar y no nos trataba como si fuéramos basura.

Me revisaron una última vez al salir y llegué de nuevo al mundo exterior. En cuánto puse el primer pie fuera de la cárcel recordé como es que llegué a ese lugar tres años antes.

Mi infancia se puede decir que fue feliz, mis padres eran una pareja relativamente estable. Digo relativamente porque mi padre tenía problemas con el alcohol, al principio no parecían ser tan severos pero se agravaron con el tiempo, sobre todo cuando mamá enfermó de algo incurable. Eso sucedió cuando yo tenía dieciocho años, tuve que hacerme cargo de todo ya que mi padre decidió esconderse detrás de una botella.

Mamá solo resistió seis meses antes de morir en un hospital pidiéndome que cuidara de papá.

Como mamá necesitaba cuidados tuve que dejar la escuela, después de su muerte ya no pude regresar porque tenía que mantenerme.

Mi padre ya era prácticamente un alcohólico, no se daba cuenta si yo estaba viva o muerta, solo me pedía dinero para más alcohol.

Una noche ya no lo soporté más y salí de casa, me puse a llorar en un parque hasta un chico se me acercó, me preguntó si estaba bien, yo me sentía sola, estaba vulnerable y triste. Le conté mi historia y él me llevó a su casa.

Había muchos chicos en ese lugar.

-Este es mi palacio -dijo JungRok.

-¿Todos ustedes viven aquí solos? -pregunté sorprendida.

-Claro, todos estamos solos igual que tú -dijo sonriendo.

Ellos me hicieron sentir acompañada y me quedé ahí. Algunos se drogaban o bebían, después de lo que le había pasado a mi padre yo no probé nada, se lo había prometido a mi madre antes de morir y tenía que cumplirlo.

Estuve en esa pseudo familia por tres años, era pareja de JungRok, él nunca dejó que nadie se me acercara, yo lo amaba por todo lo que había hecho por mí. Me cuidaba, me quería y siempre se preocupaba por mí.

Éramos una pandilla, JungRok se dio cuenta de que yo era buena con los números así que me puso a administrar su dinero, nunca me dijo de dónde lo sacaba y yo tampoco me atreví a preguntar.

Someone Like MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora