Capítulo 3

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Pi,pi,pi

Mi despertador suena volviéndome a la dura realidad, a lo que se refiere mi rutina, abro mis ojos y estiro mis piernas por el blanco edredón que cubre mi cuerpo y así poder salir de la cama para vestirme y poder enfrentarme a otra horrible semana de instituto y terapias. Abro mi armario y cojo unos vaqueros con mi sudadera holgada roja, deslizo mi pijama por mis piernas hasta que este cae al suelo y salto para salir de él, alcanzo mi móvil para poner música y sonrío al escuchar la melodía que comienza a sonar de Maroon 5, vuelvo a mi cama donde deje mi ropa y comienzo a vestirme mientras muevo mis caderas al ritmo de la música, me desprendo de la parte de arriba de mi pijama y busco un sujetador para ponerme seguido de mi blusa de tirantes negro y mi sudadera, me siento en la cama y cojo mis deportes para abrocharlos, me miro en el espejo y veo que algo falla en mi, ¡ah si!, llevo mis manos a mi cabello y lo revuelvo, ahora sí, perfecta.

Puedo oler desde mi habitación el dulce aroma a tortitas y a zumo de naranja que prepara todas las mañanas mi madre, bajo a paso ligero las escaleras y voy hacia la cocina para reponer energías con el gran desayuno que me espera, entro por el umbral de la puerta, me siento en la islita de la cocina frente a mis tortitas de arándanos con sirope de chocolate y mi zumo de naranja, mi olfato nunca falla, cojo el tenedor y parto un trozo para llevármelo a la boca, y como era de esperarse está deliciosa.

-¿He acertado con el desayuno?-mamá apoya sus manos en mis hombros con una sonrisa ladeada.

Asiento y bebo un poco de zumo.

-Que no se te olvide que hoy tienes terapia..

Deposito el vaso en la islita de mala gana, provocando un fuerte estruendo.

-Lo sé mamá, no hace falta que me lo repitas todos los días-me llevo otro trozo de tortita a la boca.

-Veo que como siempre te has levantado con el pie izquierdo-responde con ironía.

-¿Por que sera?-me levanto de la silla y la encaro-¿puede ser por que mis padres me recuerdan todos los putos días como me siento por lo que paso hace seis años? O ¿por que pienses que llevarme a un puto psicólogo sea la solución a mis problemas cuando no lo es?.

-¿Sabes Katie?-suspira-estoy harta de intentar ayudarte, estoy harta de esta guerra continua, ¡esto va a acabar conmigo!.

-¡Y yo estoy harta de que siempre me estéis recordando la misma historia que hace que me sienta como una mierda!-grito-¡si queréis ayudarme empezad por no remover la mierda que me rodea!.

Paso por su lado y cojo mi mochila, ignoro los gritos de mi madre y cojo las llaves del coche para ir al instituto, abro la puerta y cierro de un portazo.

-¡Joder!-golpeo el volante y entierro mi rostro en mis manos.

No me gusta discutir con mi madre, cuando el viernes la abracé después de tanto tiempo me sentí tan bien, tan satisfecha, pero como no, llegó el lunes y con él mi rabia acumulada al saber que toca terapia, se que suena infantil o absurdo ponerme así por el simple hecho de ir a un psicólogo, pero eso no es en realidad el problema, el problema es que no puedo controlar mis emociones, mis miedos, sé que pagar esta rabia que siento por no saber como superar esto con mis seres queridos no me va a llevar a ninguna parte, que solo los alejo, pero no puedo evitar esconderme tras esta coraza que me rodea y en la que de alguna manera me siento más segura a la hora de enfrentarme al mundo, mi mundo. No es fácil llevar una vida en la que ante tu visión de esta ves todo negro, cuando en realidad es gris, no todo es malo lo sé, pero mi cabeza me dice algo diferente, todo me recuerda a él, a ese maldito hombre, a sus musculosos brazos y a esa mirada, esa mirada que me estremece de solo recordarla, de solo recordar como aquella expresaba ira, rabia, desprecio...

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora