Después de tantas emociones vividas a estas horas de la mañana me dan ganas de tomarme una ducha y relajarme un rato, cojo mi neceser de la mesita de noche y una muda limpia de la maleta de viaje, voy hacia el cuarto de baño y cierro la puerta detrás de mi. ¿Se habrá ido ya?, desde que me encerré en mi habitación no volví a escuchar ningún sonido, solo el de la puerta de la calle cerrarse al poco tiempo. Me voy quitando prenda por prenda hasta quedar desnuda frente al espejo, me meto debajo de la ducha y espero a que el agua caliente salga de esta, los chorros de agua relajan mis músculos y me permiten abrir mi mente para poder desestresarme y relajarme un poco, todavía siento los labios de Erik sobre los mios y con las ganas que los poseyó.
No pienso en otra cosa que en ello, solo de recordarlo mis mejillas se sonrojan y mis labios se elevan, parezco una enamoradiza primeriza pensando en su primer amor, ¿la diferencia?, no estoy enamorada y él no es mi primer amor, solo es mi salvación, la persona que va a salvarme de esta oscuridad que me rodea, ya sea con sus piques o besos inesperados. Cojo el gel de baño, huele a vainilla, froto con la esponja todo mi cuerpo y me enjuago rápido.
Cierro el grifo y cojo una toalla para el cabello y otra para el cuerpo, envuelvo mi delgado cuerpo en ella, salgo de la bañera y comienzo a secar mi cuerpo y a vestirme, los vaqueros me cuesta la misma vida subirlos, al estar mojada cuesta más trabajo, doy pequeños saltitos para subírmelos y una vez puestos quito la toalla de mi cabello y lo desenredo, listo, sonrío al espejo, meto la ropa sucia en el cesto para lavar, salgo del baño y camino hacia la cocina para desayunar, en la casa no se escucha ningún ruido solo el rechinar de la madera cuando la piso, bajo las escaleras y entro a la cocina.
Pego un respingo al ver a Dilan apoyado en la islita de la cocina con una tostada en su mano.
-¡Buenos días!-llevo mi mano al pecho y comienzo a reír, Dilan me mira extrañado y se incorpora para darme un castro beso en la mejilla.
-Buenos días a ti también...-se sienta en una de las sillas al rededor de la islita y yo le sigo-¿has dormido bien?.
Asiento.
-Ajam-cojo un bol de la mesa y me lo lleno de cereales y leche.
-¿Estas bien?.
Asiento y llevo una cucharada de cereales a mi boca, están deliciosos.
-Ya veo...-susurra-¿te quieres venir a lavar el coche?.
-¡Claro!-me termino la leche de un trago y me levanto de la mesa, cojo una servilleta y me limpio las comisuras de mis labios-yo ya estoy cuando tu quieras..
Camino hacia a fuera de la cocina y escucho los pasos de mi primo venir detrás, me giro hacia él y le hago señas para que siga caminando, él ríe y camina hacia mi.
-Hoy te has levantado con energía eh..-me revuelve el pelo con sus grandes manos.
-¡He!. ¡me vas a enredar el pelo!-grito.
Ríe y camina hacia la entradita para coger las llaves, abre la puerta de la calle y salimos cerrando detrás de nosotros.
El camino se nos hace ameno, entre canciones, bailes y chistes malos, no me e dado cuenta de que hemos llegado a la gasolinera, Dilan aparca en el lavadero de coches y sale hacia afuera, yo prefiero esperarlo adentro, no valla a ser que me manche la ropa limpia y es la que voy a llevar en todo el viaje, doy voz a la canción que comienza a sonar en el coche y sonrío, es pegadiza y con ritmo, me gusta.
Golpean en la ventanilla y veo que es Dilan con un cubo rojo de plástico y dos esponjas de colores, río y bajo la ventanilla.
-Lo siento no tengo suelto..