Capítulo 14

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Una semana ha pasado ya desde que volví de Washington, estamos a viernes y la hora de la hoguera se a cerca, ya no hay vuelta a atrás, tengo que ir. Las clases han ido avanzando adecuadamente, los exámenes finales se aproximan y tengo que ponerme las pilas en matemáticas. Mikel esta semana a dejado de molestarme, raro pero cierto, solo sigue acosándome con la mirada cada vez que me ve, no intenta tocarme y acorralarme, cosa que agradezco. Nat sigue como siempre, loca y desenfrenada por la vida, aun que desconcertada por lo que le conté de Dilan, me lo aclaró y si, ellos dos se acostaron, ella sentía mucho por él y él al parecer por ella, es algo que no termina de encajarme parece que ese sentimiento sigue en el aire, solo hay que ver como ambos hablan de ellos o como me preguntan el uno por el otro, la cuestión es que cada vez que Nat lo hace es a escondidas de Nick, ¿raro verdad?, si no sintiera nada por mi primo y fuera agua pasada no le importaría hablar de este tema frente a su novio, pero claro, al parecer ella sigue sintiendo algo por Dilan, no hemos profundizado en el tema de por qué no siguieron con lo que tenían si tanto sentían, pero como Nat me dijo "quien no te valora te termina perdiendo" o algo así, dijo con tanto enojo la frase que decidí no seguir hablando del tema, es como si hablar de ello siguiera dañándola. Ha Erik llevo sin verle desde el encuentro en casa de mi abuela, por lo visto no ha vuelto aun a Ohio, sigue en Washington con su hermana. Su hermana, sonrío al recordar la carita de esa pobre niña, se por Dilan que esta mejor y posiblemente pronto le den el alta, le envié por correo unas muñecas a Dilan para que se las llevara al hospital de mi parte y se por él que la pequeña los a recibido con mucho cariño, y bueno, Erik... Me agradeció a través de mi primo el gesto que tuve con su hermana, nada más. ¿Que pensabas?, ¿Que te diría algo más?, dios Katie piensa, joder.

Voy hacia mi taquilla para dejar los libros y coger mi neceser con la ropa limpia para ir a por la última clase que toca en el día, gimnasia. Es la asignatura después de matemáticas que menos me agrada, ya sea por la entrenadora Desmond o porque después tengo que ir a las duchas mixtas. Cierro la taquilla con fuerza y giro sobre mis talones encontrándome con Nat a mis espaldas, llevo mis manos al pecho del susto y suspiro.

-¡Joder!.

-Si. No me e maquillado hoy pero por dios. ¡No estoy tan mal!-río y le robo unas patatas de su paquete.

-Últimamente me asusto con facilidad-respondo y me llevo una patata a la boca.

Nat asiente y va hacia un contenedor cercano a tirar el paquete vacío, le sigo y me paro a su lado.

-¿Has vuelto a hablar con tu primo?.

-No-me encojo de hombros indiferente-la última vez que hable con él fue cuando le envié las muñecas.

-Claro-susurra y comienza a caminar hacia el gimnasio.

Se que ella quiere saber noticias sobre Dilan pero no puedo estar toda la vida enviando mensajes entre ellos, tienen que solucionar sus diferencias frente a frente. Hay una conversación pendiente entre ambos y hasta que no la tengan seguirán a sin.

-¡Nat espera!-corro hacia su lado-si que tienes ganas de comenzar la clase de hoy eh.

Nat resopla y se recoge su largo cabello platino en una cola alta.

-Tengo la regla. ¡como voy a tener ganas!.

Suelto una escandalosa carcajada y niego con la cabeza mientras me coloco en el círculo formado en el centro de la pista de baloncesto.

La entrenadora Desmond llama nuestra atención con su silbato y todos de inmediato dejamos de hablar o reír, no queremos que la entrenadora se enfade, con su temperamento es mejor evitar algún tipo de conducta que pueda enfadarla, ¡dios!, da una impresión... con ese cuerpo tan basto y corpulento y esos moños cogidos a cada lado de su cabeza, si no supiera que es mujer dudaría de su orientación sexual.

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora